Dejó a la niña en su coche, y se sentó en el sillón, llorando, escuchando a su hija llorar también, que se había despertado por la discusión de ambos.
No sé sentía de ánimo para cargar a la niña, y sus padres habían salido media hora antes de que llegara Martin, y aún no regresaban.
—Ya bebita, ya no llores —sollozó, tomándola en brazos, levantándose la camiseta para darle el pecho.
Si tan sólo ella pudiera calmarse tan rápido como su bebé. La miró, y Natalie la estaba observando también. Sus ojitos aún estaban brillosos, y tenía algunas lagrimitas en ellos.
—L-Lo siento —le dijo con tristeza, secando sus lágrimas—. Tú no debes llorar, bebita, perdón por no tomarte rápido, lo siento —pronunció bajo, en un tono lastimero, tomando una de sus manos para besarlas—. Luego de que te llenes, iremos a visitar a Ivanka ¿Sí?
Le acarició suavemente el cabello, observando a su bebé cerrar los ojos, tomándose de su pecho, succionando ya más tranquila.
—Te amo, hijita, aunque te parezca a él, te amo —le dijo en un tono quebrado, antes de darle varios besos cortos en la mejilla.
***
Debería sentirse satisfecho luego de verla llorar, de saber que había cumplido su cometido. Le había arruinado la vida ¿No es lo qué él quería? ¿Quebrarla?
Pero entonces ¿Por qué no se sentía feliz con eso?
La única que pagaría con todo lo malo que habían hecho ambos, era la bebé. Ella quedaría en medio de sus disputas, y no le harían bien.
Se recostó en la cama, y se sintió tan culpable al recordar todo lo que le había hecho pasar. Al saber que él era el único responsable de esa bebé.
Qué sólo él era consciente que no estaba usando protección.
"—M-Más despacio —le pidió en un hilo de voz, antes de tomarse con fuerza del borde del colchón.
Pero él no se detuvo, siguió embistiéndola de esa forma furiosa, sin parar, hasta correrse en ella, gruñendo. Era su mujer, él podía hacerlo como quisiera con ella.
Salió de la jovencita, luego de recuperar el aliento, y se fue directo al baño para tomar una ducha. Había vuelto luego de las doce de la noche a su casa, después de haber estado bebiendo con sus amigos, y aún estaba bajo los efectos del alcohol."
Se pasó una mano por el rostro, y suspiró. Sí, la había lastimado demasiado.
***
—Entonces, mamá se giró, y se encontró con la bebita más hermosa de todas —le contó a su hija, quién la observaba muy atenta, acostada junto a ella—. Y ahí se fueron todas las inseguridades, todas las dudas, no podía dejar a mi bebita sola. No podría alejarme de ti, mi amor —le dijo en un tono bajo, abrazándola a ella, besándola por la frente y sus mejillas—. Porque tú eres quien me mantiene fuerte.
Había estado todo el día muy afligida, apenas y había almorzado con sus padres, y luego de eso, no había vuelto a ingerir nada. Sabía que no debía hacer eso, porque la bebé necesitaba leche.
Si bien la pequeña solía tomar biberón, a Eliana le gustaba darle el pecho para la hora de dormir, así dormía mejor su hija y ella.
Su única compañera ahora de lágrimas, con quién podía hablar, era su bebé. Ivanka tenía sus propios problemas con la familia de su esposo, para sumarle los suyos.
Y a sus padres ya no quería contarles más nada, suficientes problemas les había causado también. Era ella y su bebé, nadie más.
—Estás muy despierta hoy —sonrió mirando sus ojitos azules, que no lucían para nada cansados—. ¿Qué vamos a hacer si no quieres dormir ahora? ¿Una noche de pijamada de bebé y mamá?
La tomó en brazos, y le dio un beso sonoro en la mejilla, sonriendo. Estaba enamorada de su hija, cada día le parecía más preciosa, sin importar su parecido con él.
—Tal vez si tomas un poco de leche, quieres dormir.
La acomodó sobre su brazo, y la pequeña rápidamente se prendió de ella cuando acercó su pezón a su boca, abrazándose a su pecho. Le encantaba cuando hacía eso, y la observaba.
Pero aún así, la niña seguía con los ojos abiertos, sin signo alguno de querer dormir.
—Creo que yo ya tengo algo de sueño, preciosa, ha sido un día muy largo —sonrió antes de bostezar, ya acariciarle el cabello—. Es hora de dormir.
***
Se había sorprendido bastante de no ver llegar a Martin a su casa, a la hora que habían acordado, pero se alegraba de no verlo también.
Quizás luego de lo que había pasado el día anterior, se ausentaría unos días, para victimizarse como siempre había hecho. La madre de él, la detestaba cada vez más.
Y peor aún había sido, cuando en el supermercado se había encontrado con Eliana, y le exigió ver a la bebé, diciendo que ella era su abuela y tenía derecho de conocerla.
Y la joven madre, ya harta, le había dicho que no vería a la niña, y no porque no quisiera mostrársela en ese momento, sino que porque al ser tan pequeña, la había dejado al cuidado de su mamá, en su casa.
¿Y para qué había dicho eso? La mujer se había puesto como loca, acusando de mala madre a Eliana. Diciéndole que si ella no quería a la bebé, que si le molestaba y no quería cuidarla, que se la diera a su hijo, que sí la cuidaría con amor, y estaría al pendiente de ella.
Eliana ya estaba cansada de esa familia, y de todo lo que venía de ella. Lo único que quería en ese momento, era irse de allí y llevarse a su hija.
Su pequeña no podía crecer en un ambiente tan tóxico y machista como ese. Eliana quería que su hija creciera en un lugar más equitativo, dónde no fuera juzgada por no seguir reglas absurdas y arcaicas.
Y si debía pagarle a un abogado para llevarse a su hija de allí, lo haría. Ella no permitiría que a Natalie le arruinaran la vida como a ella.
...
A pocos capítulo del final 💔😢