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—¿Entonces?

—Sí, es mi hija, mamá —le dijo en un tono bajo, sintiendo tantas emociones, que no sabía como reaccionar en ese momento—. Es una bebita preciosa, tiene un poco de cabello castaño, y la forma de ojos como nosotros —sonrió, un gesto que se le hizo imposible contener—. Si la vieras, se parece mucho a mí.

—T-Tienes una hija... Soy a-abuela.

—Sí, tengo una hija —sonrió emocionado, aceptando más la idea—. Tengo una bebé preciosa.

—¿Y cuándo la traerás? ¿Cuándo la conoceremos?

—No lo sé aún, Eliana no quiere que esté cerca de la niña, y su padre me ha puesto condiciones... Y debo cumplirlas ahora si quiero estar cerca de la bebé —pronunció bajo, borrando su sonrisa—. La niña la tiene ella, no puedo hacer nada.

—¡Pero esto es increíble! ¡¿Acaso se piensa que la bebé sólo le pertenece a ella?! ¡Es tu hija también! ¡Todo nos quiere sacar esa maldita familia!

—Yo lo que menos quiero es traer más problemas, y que me alejen de la bebé. Voy a hacer lo que ellos me piden, y si las cosas no cambian, veré qué puedo hacer.

—Tú no tienes que cambiar nada, hay que buscar un abogado. No puede ser que ellos se crean con el poder de hacer lo que se les antoje con la vida de los demás.

—Mamá, es mi hija, mi decisión ¿De acuerdo? Y si estoy diciendo que no quiero un abogado, que no quiero más problemas, tú debes aceptarlo. Ya bastante harto de toda ésta mierda estoy, sólo quiero ver a la bebé, y la única forma de hacerlo por el lado pacífico, es llevándome bien con Eliana y su familia.

***

—Eres una bebita muy glotona ¿Lo sabías? —sonrió dándole el biberón, tomando una de sus manitos—. Vas a ser una cerdita si sigues así.

La bebé la estaba mirando, y aunque su vista no fuera clara a esa corta edad, reconocía la voz de Eliana.

—Mañana iremos a visitar a Ivanka, y conocerás a tu primer amiguito —sonrió—. Tiene un nombre algo... Viejo, pero es un bebito hermoso también, estoy segura que se llevarán muy bien.

Ya podían imaginar la vida de ambos niños juntos. Ivanka y ella llevando a ambos bebés a la guardería, luego al nivel inicial, a la escuela, que fueran grandes amigos de la vida luego.

Qué Natalie pudiera conocer la amistad de un hombre de un modo sano, sin necesidad de pensar que ese sería su esposo al cumplir la mayoría de edad.

—No, no, yo no voy a permitir que mi bebita tenga una vida horrible, como la de las mujeres de aquí. Tú vas a ser libre de casarte con quién quieras, o no hacerlo, de tener novios, de vivir la vida, de estar con quién te guste, sin necesidad de un compromiso. Y mamá nunca va a juzgarte —le dijo en un tono bajo, acariciándole el cabello, mientras la bebé cerraba los ojos—. Vas a ser una niñita muy feliz, lo prometo, Natalie.

***

—Señor.

Iván se giró, y miró curioso a Martin, que se le había acercado al verlo llegar al negocio.

—Hoy quisiera pasar a ver a la bebé, me gustaría llevarle algo.

—Mm, bueno, debería hablar primero con Eliana, creo que ella hoy iba a visitar a su amiga.

—¿A Ivanka?

—Sí, y a veces se queda todo el día allí hasta el anochecer.

—Entiendo.

—Pero tal vez puedas venir mañana. Supongo que ya empezaste con lo que habíamos acordado ¿Verdad?

—Sí, señor. No he bebido nada desde ayer, y sé que es muy pronto para decirlo, pero no voy a seguir haciéndolo.

—La verdad que después de lo que le hiciste a mi hija, tus palabras para mí no valen nada, pero intentaré creerte. Supongo que quieres lo mejor para la niña, y estar cerca de ella. Todo dependerá de ti ahora.

—Lo sé, y créame que cambiaré.

—Ya lo veremos.

***

—Ow, mira lo que es esta princesita preciosa —sonrió enternecida Ivanka, tomando a la bebé en brazos—. Qué linda que es.

—Yo cada día la veo más parecía a él —murmuró Eliana.

—Puede ser que tenga algunos rasgos parecidos a él, es su padre después de todo, pero es preciosa, Eli.

—Sí, es hermosa, pero es imposible verla, y no pensar en Martin. La misma forma de ojos, de color, el mismo color de cabello claro... Comienzo a creer que se parecerá mucho a él.

—¿Y por eso no podrás amarla?

—Por supuesto que sí, la amo, es mi bebé, pero detesto que se parezca a él. Marin no se merece a mi hija, y mucho menos, que se parezca a él.

—Es muy pequeña aún, Eli. Quizás cuando pasen algunos meses, su carita cambie.

—Espero que así sea —suspiró—. ¿Y Uriel?

—Durmiendo en su coche, hace unos diez minutos terminó de alimentarse, y se quedó dormido —sonrió antes de darle varios besos cortos en la carita a Natalie, y susurrarle que era preciosa.

—¿Le das sólo la teta? —preguntó curiosa, observando al bebé dormir cómodamente en su coche.

—Sí, sólo toma teta —sonrió la joven madre, sentándose en el sillón.

—Wou, está súper grande. Lo miro a él, y la miro a Nati, y mi hija parece una pulguita a su lado.

—Los niños siempre crecen más rápido y comen más —rio bajo—. Además, ésta princesita sólo tiene una semana, es una pequeñita aún. Uri en una semana y media cumple los dos meses.

—No sé cómo haces para darle sólo teta, yo tuve que empezar a darle el biberón, me hace doler demasiado.

—Si te duele mucho, es porque la bebé no se prende bien —le dijo masajeándole la espalda a la niña—. Tal vez deberías pedirle a la doctora que te explique cómo darle.

—No, así estamos bien. Sólo le tengo que preparar su biberón, y listo. Además es más cómodo cuando debo salir, no tengo que andar escondiéndome con ella, o abriéndome la ropa, es más práctico y sencillo. Y a ella la llena más. Antes cada hora y media me pedía de comer, ahora con el biberón, duerme dos horas y media o tres.

—Se adapta rápido —sonrió suavemente.

—Sabe que le conviene ser así, o terminará en el hogar.

—No digas estupideces —le dijo en un tono molesto, abrazando a la niña.

Eliana sonrió divertida, y observó a su bebé en los brazos de Ivanka. Por supuesto que sólo estaba bromeando, ya no imaginaba su vida lejos de esa belleza pequeña.

...

Hasta aquí por hoy... Sayla hizo un gran esfuerzo para terminar el capítulo. Ya no veo la hora de que termine el año, y llegue uno mejor...

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