Avance.

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Cuando su madre logró desocuparse para ir con ellos ya era de día y su pareja dormía.

James les había traído a esa cabaña para que descansaran, era pequeña pero acogedora. 

Y lo más importante, estaba ubicada y rodeada de las únicas personas en las que confiaba.

No había querido preocupar a Anthony en el camino con sus preguntas a Bucky, pero ahora necesitaba ponerse al día de como estaban las cosas.


—Helmut se llevó a más de la mitad de los nuestros. — Explicó el castaño.—Los más fuertes y jóvenes.


—¿Todo esto es obra suya? ¿Ese cretino se atrevió a quererte como su pareja?


—Digamos que su herencia es muy codiciosa. 


—Repulsivo diría yo. —Coincidió con su hermano. —La noticia de nuestra división es boca de todos el muy bastado la regó como la lluvia, al separarnos significa que una nueva manada será formada, que sus territorios serán reducidos y eso—


—Provocará una guerra entre los Clanes. —Negó con la cabeza irritado. —¿Y los ancianos apoyan su egoísmo?.


—Creen que me gustó tanto el puesto que no lo quiero ceder, que soy una tonta por querer mantener mis votos aún después 6 siglos de la muerte de tu padre. —Pudo notar el cansancio y dolor en su mirada. —Quizás tengan razón, he vivido tiempo de regalía.


—No digas eso. —Le tomó de la mano.—Eres la Alfa más fuerte que existe en el mundo, solo quieres hacer lo correcto para todos.


—Gracias cariño. 


—¿Cuales son nuestras opciones?


—Pocas. —Admitió la rubia. —Helmut mandó a esos seis para avisarme que solicita una reunión con los ancianos.


—¿Que hay del ritual?. —Es—


—¡James!. —Se levantó enojada. —No hablaremos de eso.


—El no se atreverá a solicitar un duelo contra ti. —Le dijo con calma. —No sólo su séquito lo dejaría si levantase sus garras contra la pareja de Joseph, todos los clanes lo cazarían. La mejor opción es él.


—¡Pero querrá llegar a Steve! —Negó varias veces. —Y al saber del vínculo con su pareja, de su cachorro nonato lo usará a su favor, es un riesgo que no correré.


—¿Vas a ceder a sus deseos?. — Le vio furioso. —¿Eso es lo que quieres? ¡Sabes perfectamente que no puedes negociar con él!.


—No, James, eso jamás. —Suspiró agotada. —Pero tampoco puedo dejar que mis hijos sufran por mi culpa.


—Mamá, no es tu culpa. —Le abrazó con cuidado. —Pero Bucky tiene razón, es la mejor opción a seguir.


—¿Recuerdas lo que siempre decía tu padre?


—¿Eres demasiado blando? — La mayor le vio con reproche. —Una batalla no es una guerra, a menos que dejes todo en ella.


—Apenas inicias una vida con tu pareja. —Acarició su mejilla viéndole con tristeza —¿Estás dispuesto a ponerla en riesgo por nosotros?.


—Por mi culpa ya están en riesgo. —Suspiró agotado. —Sé que no será fácil, pero no voy a perderlos, a ti, a la manada; ni mucho menos a mi pareja por la avaricia de ese salvaje.


—Pues entonces tenemos que trabajar rápido. —Asintió rendida. —James podrías traerla? Necesitaremos a una madrina.

Mordida SempiternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora