Mordida Sempiterna

Segunda opción...

—¡Te dije que estoy bien!. —Le empujó furioso.

—¡No lo estás!.—Le reclamó furioso azotando la puerta.— ¡Pudiste ser herido gravemente, podrías haber muerto!

—¡¿Pretendes que me quedará de brazos cruzados mientras tú coqueteas con una zorra a mis espaldas?!

La quemadura en su rostro ardía. Como un demonio, pero su orgullo era lo que aún estaba sangrando.

¿Quién demonios se creía esa bruja para darle órdenes y referirse a SU Steve como su propiedad?

—¡No coqueteaba con ella! ¡Solo estábamos conversando!

¿Cómo se atrevía él a negarlo todavía?

—¡Seguro! Una conversación con innecesario contacto físico, muy cortés de tu parte. Es una suerte que no fuera una bienvenida calurosa, verdad?

—Lo que estés pensando, olvídalo ya.

—¡Ese es el punto no tengo que pensar nada Steve, ya que lo ví con mis propios ojos!.

El rubio exhaló exasperado viéndolo caminar enfurecido arrojando todo a su paso.

Cansado, fue hasta él.

—Escucha hablaremos de esto, pero ahora mismo tus heridas son primero—

—¡Quítame tus manos de encima! ¡Voy a calmarme en cuanto acabe con esa arpía!

—¿Acaso has perdido la razón?. —Le cortó el paso frente a la puerta. — ¡Es de día, no permitiré que salgas otra vez!

—¡Sí, perdí la maldita razón estúpido alfa, justo cuando tú decidiste ocultarme que tenías una aventura con esa bruja!.

—¿Cómo puedes pensar algo así?. —Pudo notar como la mirada de Steve se tornó gélida.

—¡Entonces explícame qué demonios fue todo eso!

—Rachel solo es una vieja conocida.

—¡Eso es obvio, estúpido sarnoso! Lo que te estoy preguntando es, ¡¿Qué maldita relación tienes con ella?!

—Tony, realmente te parece que éste es el mejor momento para tener esta conversación?

—¿Qué pasó con eso de "tú y Peter son lo más importante para mi?".

—Por eso te pedí que dejaras que me encargará de esto en persona. —No quería involucrarte en esto.

—Debiste pensar en eso antes de embarazarme. —Respondió mordaz.

Su pareja tuvo que hacer varias respiraciones para relajarse.

—Sucedió un tiempo después de ser exiliado de la manada. —Comenzó a explicar con molestia. —Francamente en ese entonces no esperaba durar tanto por mi cuenta, como te dije antes, un lobo solitario no sobrevive mucho por su cuenta. Al ser una presa fácil, no pasó mucho tiempo antes de que un grupo de licántropos me encontrará.