Plática.

674 105 1
                                    

Los problemas siempre eran una constante en la vida, y al tratarse de una tan prolongada como era la de ellos, sería imposible pensar que no serían eternos.

Su suegra había preparado una habitación a oscuras para él, estaba agradecido por ello, pero no podía quedarse quieto, caminó en círculos durante casi cuatro horas pensando.

Agradeció que Steve regresara y le pusiera al tanto de todo, pero conforme más le contaba, más ansioso, asustado y enojado se sentía, sin conocerlo comenzaba a odiar a ese sujeto hasta los huesos.


—¿No existe otra manera?. —Le dijo apresurado. —¿Debes de pelear con él?.


—Dejé la manada hace tiempo y no en buenos términos, como viste hace poco no soy bien recibido. —Acarició su nuca distraído. —Es lo más seguro, pero antes tal vez deba de realizar otra prueba para demostrarles que soy digno de regresar.


—¡Pero me dijiste que no es la primera vez que alguien se aparta de su manada!. —Dijo enojado. —¿por qué tanto ensañamiento contigo?


—Porque en mi caso...—Desvió la mirada con dolor. —Mis acciones tomaron la vida de uno de los nuestros.


Se olvidó de lo molesto que estaba y le abrazó para consolarlo. 

Sabía que jamás se perdonaría lo de su padre, Steve se estaba esforzando con todo por su relación.

 El debía de hacer lo mismo.


—Y también dudarán de ti al haber tomado a un Vampiro como tu pareja, no?. —Si no lo fuera, quizás su pareja no pasaría por tantos problemas.


—Anthony. —Sujetó su rostro y le vio con firmeza. —Necesito que comprendas algo, Helmut hará hasta lo imposible por ser el Alfa, usará cualquier medio posible para obtenerlo. Atacará sin piedad a quiénes más amo, a ti más que nada. Por ello, necesito que me ayudes.

—¿Qué puedo hacer?. —


—Necesito que estés tranquilo. —Gruñó molesto. —Si lo sé, es difícil, más con nuestro futuro cachorro, pero mi madre nos ayudará en todo.


—Pero tendrá tiempo para andar con un vampiro preñado y hacer su trabajo con ese cretino queriendo robarle su lugar?. —No era como si desconfiase de sus habilidades, pero ya su suegra tenía suficientes problemas encima.


—Justo por eso nos ayudará a conseguir una madrina. —Dijo con una sonrisa orgullosa.

—¿Una Madrina? ¿Ustedes abrazaron el catolicismo ahora?.


—No —Se rió y le besó. —Verás, las madrinas son hembras que ayudan a las madres, en especial a las primerizas a enseñarles y cuidarlas durante todo el período de gestación.


—Entonces, prácticamente será una sombra en mi trasero durante todo este tiempo?


—Algo así. —Rodó los ojos ante la molestia en su voz. —Nos ayudará por todos los cambios que tenga el embarazo.


—Dices que es alguien con experiencia, pero no soy uno de los suyos,  ¿si será de ayuda?

—Mi madre dice que es la mejor. —Le aseguró uniendo sus frentes.—Y es de su eterna confianza. Pero quiero que estés seguro, no pienso abandonarte ni por un segundo.

Mordida SempiternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora