Tortura

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La primera vez que Tony puso un pie en ese castillo supo que no se equivocó con su primer pensamiento al verlo a la distancia.

Aquel no era un sitio del cual sentirse halagado por ser su huésped, mucho menos de sentirse cautivado por su ostentosa decoración. Ese lugar no era un palacio: era una desolada prisión.

Un infierno eterno para todo aquel que alguna vez tuvo vida y felicidad.

Cuando ese bastardo le trajo a ese lugar y lo transformó fue el comienzo de lo que sería una eterna tortura para convertirse en un inmortal.

Si bien los vampiros, ya sean iniciados o maestros eran los encargados de orientar a cada uno de los convertidos por su sangre y de su alimentación, con el tiempo les aburría sus nuevas mascotas.

No era raro ver que otros de sus esbirros o esclavos terminarán instruyendo a los nuevos obligados por las órdenes de sus maestros.

Entre los vampiros, la codicia era parte de su naturaleza.

Los antiguos iniciados no veían de buena manera a los nuevos, pues su llegada solo significaba que sus maestros estaban aburridos de ellos y serían desplazados.

Con ello, perderían sus favores y el beneficio de ser alimentados personalmente por ellos.

No era raro ver que muchos de los nuevos desaparecieran "misteriosamente" o sufrieran accidentes.

Su llegada al castillo estalló en una gran controversia.

El Gran Maestro Stephen Strange jamás había traído una "mascota" al castillo.

Mucho menos concentrar toda su atención y tiempo a ella.

Incluso los sangre pura odiaron los prontos e interminables favores y privilegios que el Gran Maestro le concedió.

Strange le tomó bajo su cuidado directamente, le otorgo una habitación justo frente a sus aposentos.

Se encargó de vestirlo con los trajes más elegantes y costosos, nunca apartaba su mirada de él.

Incluso durante el día muchos habían visto como frecuentaba la habitación del castaño.

En especial por alimentarlo con su propia sangre. Un honor tan grande que ni siquiera los nobles y Lores habían compartido.

Pronto se convirtió en el enemigo público de todos.

Los que se atrevieron a tratar de intimidar o herirlo pronto fueron asesinados por su mano.

Cada vez que el mayor intervenía ni siquiera intentaba ser discreto, declarando con firmeza y autoridad que "era suyo", pero el castaño en vez de sentirse agradecido por su protección solo le maldecía frente a todos por meter sus narices en sus asuntos.

No quería recibir ningún favoritismo de su parte.

Muchos pensaron que sería convertido en polvo por sus palabras, pero era lo opuesto, cada vez que lo rechazaba o insultaba más se interesaba por él.

Para él aquella "buena fortuna" y favores que todos envidiaban eran solo una vil e innecesaria hipocresía, aborrecía por completo de sus frívolos alardes de superioridad.

¿Qué demonios tenía de bueno el ser un maldito juguete en las manos de ese bastardo, el tener que ser torturado físicas y mentalmente por cada uno de sus caprichos?

Con el tiempo, Strange solo permitió que otro vampiro estuviera cerca de él.

Alianovna fue "la niñera" encargada de vigilarlo y ayudarlo mientras el atendía sus responsabilidades.

Mordida SempiternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora