Secuestro

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Tony corrió sin parar, temiendo que cada paso que no fuera lo suficiente para llegar a tiempo.

El olor de la sangre y los cuerpos cada vez aumentaban al acercarse a su hogar.

Esa noche, una de sus peores pesadillas se hacía realidad.

Su cuerpo se detuvo en frente de su hogar.

Observó los dos pelear, garras y colmillos llenos de sangre y tierra.

Al final sólo uno se mantuvo en pie.

La sangre tiñó la tierra mientras uno aplaudía con prepotencia.

Vio como bajó por las escaleras y pisó la misma sin ningún remordimiento de que la vida de alguien terminará en ella.


—Te tardaste pequeño, comenzaba a pensar que no vendrías. Tuve que entretenerme con estas bestias en tu ausencia.


Su cuerpo tembló al verlo frente a frente.

Su aroma tan sofocante y desagradable.

Debía mantener su mente serena, no era el momento para entrar en pánico.


—¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos ciento setenta, ciento ochenta años?. —Ver a su pequeño en sus brazos le revolvió el estómago.


—No lo sé. —Aclaró su garganta fingiendo que intentaba recordarlo. —pero algo me dice fueron gratos momentos, deberías no aparecerte más seguido.


Observó el cuerpo de Carol en el suelo, suspiró aliviado al ver que todavía respiraba.

Varios licántropos rodeaban su hogar, por el color de sus ojos supo que estaban bajo su control.


—Es de mala educación no mirar a las personas cuando te hablan. —Le reclamó molesto al no tener su atención.


—¿Ahora atacas a mujeres y robas niños?.


—Anthoska, Anthoska. —Negó con la cabeza. —Todo este tiempo y aún no has comprendido nada.


—No me importa que tan fuerte seas, lastimar a mi familia te saldrá muy caro. —Le advirtió con frialdad.

—¿Esto es tu concepto de "familia?"—Señaló a su alrededor con una expresión de repulsión. —Las mismas criaturas que crees que son tu familia son quiénes te han traicionado. ¿Acaso sabes cómo logré encontrarte?


—Corta el rollo Strange, no finjas que no planeaste todo esto.


—En efecto lo hice ¿Pero gracias a quién tuve éxito? Estás bestias estaban causando problemas para los nuestros. Así que tuve que encargarme de ellos. —El moreno sonrió con satisfacción.—No puedes imaginar mi sorpresa cuando ese asqueroso pulgoso estaba en los pensamientos de esa mujer, y tú a su lado.


—¿Así que decidiste venir y ser una patada en el trasero para todos?.


—Estaba preocupado por tí pequeño, sólo en este mundo. —Tuvo que usar todo su autocontrol para no vomitar —Cuando me enteré que fueron ellos quiénes acudieron a esa mujer para hacerte daño y que los vampiros te cazarán no podía quedarme de brazos cruzados.

Mordida SempiternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora