Reencuentro.

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Historia inspirada por tan hermoso arte.

Quién sepa el nombre del artista agradecida con el alma para darle sus créditos correspondientes 😍😍



***


Sentir el pasto entre sus dedos rodeado de la naturaleza era liberador.

Pero ese placer era como el tiempo lunar para su especie, efímero.

Había olvidado la última vez que caminó en dos piernas, su estómago rugió y gruñó de dolor. Así como la última vez que comió.

Sus enormes y filosas garras se clavaron en aquel árbol desgarrando no solo la madera, su tiempo de vida.

Su nariz se llenó de una gama de olores, a muerte, a sangre fresca, pero más que nada ese aroma que alertaba todos sus sentidos.

No era la primera vez que lo percibía acercándose. Aún cuando todo su ser clamaba por ir con él con las pocas energías que le quedaban.

Corrió en dirección contraria, dejando el espeso y frondoso bosque.

Su cuerpo se desplomó cerca de una propiedad humana abandonada. Le pareció familiar.

Pero por más que quisiera recordar, ya no tenía fuerzas para nada más.

El dolor era tan desgarrador que ni sus ojos pudo mantener abiertos.


—Por fin te encuentro cachorro malagradecido.


Si era su final. Así sería.

Abrió sus ojos.

Ese aroma le picaba en su nariz, tanto que logró ponerse de pie con sobreesfuerzo.

Observó como aquel desconocido se movía entre las sombras y acortaba la distancia entre ellos. Estiró su mano hasta él.

Al sentir los suaves toques de sus dedos en su hocico aulló con deleite.

Su pareja. Su amado estaba aquí.


—¿Al fin me recuerdas?.


Las nubes se dispersaron, dejando que la luz de la luna iluminará al menor. Su cabello de ébano, rebelde, sus ojos avellanas mirándolo con amor.


—No está bien que pases hambre. —Sus brazos rodearon su cuello con alivio. —Menos que me evites de esta manera, es doloroso.


Aulló lastimero al reconocerlo. Negó con la cabeza y se alejó.


" ¡No! No puedes estar aquí, vete por favor!"


—¿No lo entiendes?. —Sus ojos cafés cambiaron a un rojo carmesí. —Ya no soy humano anciano, soy un inmortal, ya no tenemos que estar separados.


Lágrimas rodaron de sus ojos.

Lo recordó, como se enamoró de ese cachorro mortal, el hijo de un Lord. El tiempo que tuvieron juntos.

Que se amaron en secreto.

Los aldeanos descubrieron lo que era, por el bien de su amado escapó.

El queria protegerlo, incluso de la muerte. Y había fallado.

Su amor había perdido su alma para ser un Vampiro.


—Fue mi decisión. —Se acercó con lágrimas en sus ojos. —Para mi, incluso un suspiro humano es insoportable sin ti. No huyas más. Te amo Steven.


Lamió su rostro y hundió su hocico en su cuello aspirando su aroma. Lo había extrañado tanto.


"Te amo Tiny"


—Ahora, ¿qué dices si vamos por algo de cenar antes de ir a la cama?. —Sus colmillos salieron mientras sonreía. —Esos bastardos que nos separaron viven allá, serán los bocadillos perfectos.

Mordida SempiternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora