Sarah.

791 115 1
                                    

Créditos a: Winona Nelson ( Arliin Embraced by the Moon).


No era un secreto, ni siquiera para él que los licántropos preferían la fuerza antes que la inteligencia.

Había escuchado historias tan descomunales de el tamaño que lograban tener tales imponentes seres como los Alfas.

Jamás podían permitirse demostrar debilidad ante nada, en especial los suyos.

Por ello le tomó con la guardia baja poder asimilar que esa pequeña y hermosa mujer fuese un Alfa, en especial su suegra.

No lo negaría, tenía una belleza inigualable,  Se alegró de saber que su pareja había heredado eso de ella.

Despachó a esos perros con la cola entre las patas, con una autoridad y modales que no merecían.

Lo admitía ver a esos enormes salvajes acatar las órdenes de esa mujer sin rechistar fue todo un espectáculo digno de observar.


—Espero que el viaje haya sido amable con todos vosotros. —Les regalo una sonrisa. —Aunque quizás no lo fue para ti James.


—Un pequeño imprevisto nada más. —Le restó importancia y bajó la cabeza. —¿Cómo les fue en la cacería?


—Muy bien, gracias por traer seguro a mi hijo. Sabía que podía contar contigo. —Palmó su hombro derecho y giró a verles por primera vez. —Ahora, ¿no piensas saludar a tu madre cachorro? No recuerdo haber educado a un grosero.


—Madre. —Le abrazó alzándola y uniendo sus frentes. —Te extrañe.


—Mi cachorro por fin en casa. —Sostuvo su cabeza como si fuese la de un pequeño. —No sabes la alegría que me da verte. Este día, debemos celebrarlo.


Se sintió un intruso ante aquellas muestras de afecto, pero sabía lo importante que era para su pareja. No pudo evitar recordar con nostalgia lo que se sentía el amor de una madre.


—Así que eres tú quién robó el corazón de mi pequeño. —Se sintió tan nervioso al ser analizado por esos astutos iris azules. 


—Madre. —Le dejó en el suelo y le tomó de la mano. —Dejadme presentarte a mi pareja Anthony.


—Es todo un placer conocerla.—Asintió perdido en aquella mirada intensa. —Yo—



—Me dijiste que estabas muy  enamorado de él, pero... —Saltó al sentir como se frotaba contra su pecho, buscó la mirada de su pareja alarmado, si se alejaba o la tocaba sería considerado un insulto?. —Jamás me dijiste que fuese todo un encanto, en especial tan atractivo.


—¡Mamá!. —Rugió abrazándolo, en el proceso alejándolo de ella completamente atónito.—¿Qué crees que haces con MI pareja?


—¡Oh, Steven! . —Soltó una traviesa carcajada. —¡Deberías de ver tu cara! No conocía ese lado tuyo posesivo.


No pudo evitar que se le escapase la risa. ¿En serio, quién era el padre de esa relación?.


—¿Desde hace cuánto están las cosas así?. — Dijo para cambiar el tema. —¿Cuántos se han—


—Hablaremos después de eso hijo, primero. —Le invitó a acercarse. —¿Me permites?


Asintió confuso todavía en brazos de su pareja, Steve respiró hondo y terminó aceptando a regañadientes. La mayor se acercó y lo olfateó varias veces.


—Si en efecto cariño. —Tomó sus mano y le sonrió comprensiva. —Tienes a uno de los nuestros contigo gestándose en tu interior.


—Steve me contó que usted ya sabía.  —Hizo una mueca nerviosa. —Es decir, que podría pasar esto, quizás usted pueda darnos una idea mas clara de como pasó.


—¿En serio tengo que explicarles a los dos como llegó ese cachorro dentro de ti?. —Les regaló una mirada escéptica. 


Mientras su rubio carraspeo, él se rascaba su cabeza, ambos visiblemente incómodos y avergonzados.


—Descuiden. —Les calmó con una sonrisa. —Entiendo todas sus preocupaciones, pero primero deben de estar agotados por el viaje, James les llevará a sus aposentos, yo me reuniré con ustedes pronto, tenemos mucho de que hablar.

Mordida SempiternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora