Rumores del pueblo

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~ James ~
Como cada mañana se despertaba temprano para prepararse y ir a trabajar. Trabajaba herrando armas o armaduras desde que su madre falleció, su trabajo no le desagradaba pero le preocupaba que en la casa no hubiera un hombre en todo el día, ya que su padre también trabajaba o iba a tomar unas cervezas con los demás leñeros. Ya hacía tres noches que no dormía en casa, James sabía que almenos estaba vivo por los rumores del pueblo y porque se había vuelto en una costumbre para su padre él no volver a casa en estos últimos meses. Mery la hija de su jefe le dijo que vio a su padre tambaleándose por la calle con la mirada perdida y Robert un cliente suyo que pasaba mucho a por espadas porque su padre era oficial y tenía que hacerle los recados, le dijo que hacía dos días lo había visto con "las chicas del pueblo".

James se lavó la cara y se bebió la leche que daban sus cabras, fue a la habitación de su padre y una noche más no había dormido en casa, antes de salir de la habitación rebuscó en la gabardina que tenía su padre colgada en la silla y sacó un puro. Cerró la puerta y pasó por la habitación de los pequeños para despedirse silenciosamente, pensó en pasar también por la de Beverly pero no quería molestarla, estaba tan cansada la noche anterior. Salió al porche y se sentó en la mecedora en la que solía sentarse su madre para observar a sus hijos mientras jugaban. Sacó el puro y lo encendió con una cerilla, pensaba fumarse ese puro antes de bajar al pueblo a trabajar, viendo cómo amanecía.
-Por ti mama- Y le dio su calada al puro.

Todo el pueblo ya estaba despierto. Mujeres haciendo la colada, cubos de agua cayendo por las ventanas, hombres de familia vendiendo verduras y carne...
Normalmente el jefe de James siempre le esperaba en la puerta de la herrería para empezar juntos, pero en su lugar estaba su hija Mery.

-Buenos días Mery, donde está tu padre? -siempre lo observaba con esos ojos de gata en celo, le recordaba a "las chicas del pueblo"

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-Buenos días Mery, donde está tu padre? -siempre lo observaba con esos ojos de gata en celo, le recordaba a "las chicas del pueblo".
-Mi padre me a mandado para informarte de que hoy no podrá venir por temas más importantes- miraba a James de arriba a abajo moviéndose el pelo- Si quieres puedes escaquearte hoy y vamos a dar un paseo.
-No Mery, tengo doble trabajo hoy.
-Si le digo a mi padre que fue por mi te lo perdonara- se había acercado más a él y jugueteaba con su botones.
-Mery las armas no se hacen solas- James entró a la herrería y se dispuso a hacer lo que tenía que hacer.
-Hay más rumores sobre tu familia- lo decía en tono burlón como si James no formara parte de esa familia y ésta pudiera hablar de ellos como pocilga.
-Mas? -ya había empezado con su trabajo y hablaba sin prestar atención a la joven.
-Todo el mundo sabe que estáis solos y se sortean a tus hermanas como a fulanas.
-Ten cuidado con lo que dices Mery...que significa eso? - deja de hacer su trabajo y empieza a prestar atención a esa chica tan desagradable.
-Normalmente son los padres los que buscan matrimonio para sus hijos y el tuyo digamos que no está cumpliendo ni está capacitado para ello.
-No necesitamos matrimonios en la familia, nos apañamos con mi sueldo.
-Eso ahora- empieza a reírse burlona- pero es inevitable que tus hermanos crezcan y forniquen con cualquier joven y empiecen a traer más miembros a la familia y eso son más bocas que alimentar James.
No aguantó más y la sujetó del escote de su vestido con agresividad para no tener que cogerle del cuello, no dejaba de ser una mujer.
-Que cojones me estás queriendo decir exactamente?- Mery no dejaba de mirarle con esa cara perversa.
-Solo te aviso de que jóvenes buscan matrimonio y tú tienes tres hermanas y en el momento que tú padre senil de permiso para casarse con alguna estando borracho tú no serás quien para detenerlo.
James la suelta y sale por la puerta. La rabia le consume y va directo hacia dónde piensa que está su padre, en el trabajo. Un chico joven que no había visto nunca en el pueblo le informa de que su padre Will no había ido a trabajar esa mañana. Solo quedaba un lugar.
James ve a su padre tirado en la entrada del viejo bar con botellas en el suelo. Lo primero que siente es lastima, pero luego recuerda que se está olvidando de su familia y mal humorado mueve de un lado a otro a su padre pero no responde. La rabia se apodera de él, lo levanta del suelo apoyándolo a la pared con fuerza. Su padre abre los ojos y le cuesta reconocer a su hijo.
-Mírame bien papa y escúchame, estoy cansado de que creas que eres el único que sufre por mamá, te has olvidado de que tienes un hogar e hijos? El pueblo entero se está subastando a tus hijas, crees que Beverly está para casarse con un extraño? Y sabes cuantos años tiene Alissa almenos? Cassie ni siquiera te conoce.- James miró con frialdad a su padre aunque le doliera.
Su padre no abrió la boca, solo se dispuso a andar y James no podía hacer nada más, tocaba ir a trabajar y esperar a que su padre volviera a casa esa noche.

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