Esa mañana debía ir a trabajar, ya que no podía permitirse estar otro día sin trabajar, aunque sólo deseaba quedarse con su familia.
Pasó por la habitación de Beverly ya que la noche anterior no la vio y quería asegurarse que estaba bien. Beverly dormía profundamente y eso hizo que Will sonriera.
-Buenos días papá- James llevaba un vaso de leche en la mano.
-Hola hijo
-Esta en su habitación? -Will afirmó moviendo la cabeza- Seguramente estaría con Travis, no debes preocuparte.
-Lo se... y tú qué tal con tus amigos? Unas cervezas de más he? -Will sonrió a su hijo.
-Si alguna que otra de más- James rió - Papa como supiste que sentías algo por mamá?
Will quedó sorprendido ante la pregunta que le hizo su hijo, realmente le había aceptado rápido sin ninguna clase de rechazo y eso le hizo muy feliz.
-Oh James, quien no sintiera algo por tu madre es que estaba loco.
-Tienes razón, era maravillosa.
Notó que su hijo no estaba satisfecho con la respuesta, estaba claro que necesitaba respuestas hacia sus propios sentimientos.
-Tu madre me hacía sentir tan bien, tan especial. Simplemente sabía que la amaba por el hecho de que no quería que se alejara de mi- James abrazó a su padre y Will se sintió tan aliviado.
-Bajamos al pueblo? Nos queda un día largo de trabajo.
Dejó a James en la herrería y se dirigió a su trabajo. Al llegar ahí se fijó que aquel tal Travis no estaba allí, pero no le dio mucha importancia. Cogió su hacha y empezó a talar.
-Will te buscan- dijo su viejo jefe.
Vio a un hombre bien vestido esperando a que se dirigiera hacia él.
-En que puedo ayudarle?
-Buenos días señor Will
Parecía el típico rico que se aprovechaba de los pobres, incluso le recordo a los padres de Rose.
-Oiga vaya al grano, tengo trabajo.
-Le pagaré las horas de trabajo de hoy si viene conmigo.
No sé lo pensó dos veces, hablar con ese hombre sería rápido y podría volver antes a casa.
Subió a su carruaje y lo llevó a una casa del pueblo.
-Siéntese- le ofreció asiento en una silla- cuánto lleva en este pueblo?
-Se puede decir que toda una vida.
-Y por lo que he oído no le iría mal un poco más de dinero no?
-Por supuesto que no.
-Eso es justo lo que quería oír.
-Y bien?
-Tengo dos hijos, son pequeños todavía pero crecen muy rápido- empezó a reírse- cuantas hijas tiene usted?
-Se por dónde va y no me interesa.
-Lo que le estoy ofreciendo es un regalo, mi familia tiene muchas tierras.
-Gracias pero no- se levantó de la silla para marcharse.
-Se olvida de su dinero- Will lo cogió de mala gana y se dirigió a la puerta- Si se lo replantea estaré aquí durante un tiempo- cerró de un portazo la puerta.
Sabía que ese día llegaría, Rose también lo sabía, pero jamas vendería a sus hijos como animales. Ellos debían elegir su destino.

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Tu tesoro
Lãng mạnEn 1780 la familia lo era todo, se necesitaba una para sobrevivir a la sociedad y llevarse comida a la boca. Los padres casaban a sus hijos con otros hijos de familia con más dinero... Pero y si eso cambiara y cada uno sellara su propio destino?