Fea

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~Alissa~
Al levantarse de su cama, con cuidado de no despertar a Ben, se puso sus botas viejas y fue hacia la cocina. Esta vez Beverly no estaba despierta preparando bollos como de costumbre, así que se conformo con un vaso de leche que alguien había dejado ahí y una manzana para el camino al establo.
Se sentó en la valla de vieja madera y observó a Rumus, tan salvaje como siempre y tan hermoso. Empezó a imaginarse historias sobre cómo habría llegado hasta ahí. Quizás naciera en lo alto de las montañas o quizá escapara de otra granja.
Sacó su manzana del bolsillo y pegó un mordisco, Rumus la miró y movió la cabeza.
-Preferiría un bollo- pegó otro bocado y el caballo se acercó a ella a paso lento- Ya te acercas a mi?
Alissa acarició la oreja del caballo mientras éste intentaba robarle la manzana.
-Eso es lo que quieres?- aprovechó para acariciarlo más antes de que le diera el trasero- Bien toma.
Rumus mordió la manzana y al acabar se alejó de ella, pero no tanto como solía hacer.
-Buen chico.
Pasó un ratito más observando y después decidió dar un paseo por el camino que llevaba al pueblo.

Iba cantando mientras caminaba, canciones que su madre solía cantarle

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Iba cantando mientras caminaba, canciones que su madre solía cantarle. De lejos vio a unas niñas jugando a un lado del camino y Alissa corrió hacia ellas.
-Hola! - las tres niñas la miraron de arriba a abajo y una de ellas le devolvió el saludo- Vivís por aquí?
-Vivimos en el pueblo- La niña no la miraba al hablar y Alissa pensó que era una maleducada- Solo hemos bajado para coger flores .
-Puedo coger con vosotras?
-Tu?
-Sé un sitio donde son más bonitas.
-Ni hablar- La niña al fin la miró para hablar, pero esa mirada a Alissa le producía escalofríos- No nos juntamos con pordioseras, ademas pareces un chico- las tres se rieron sin piedad- Largo de aquí.
Alissa enfadada miró a las niñas que seguían cogiendo flores como si no acabaran de ofenderla. Fue hacía ellas y empujó a la que se había dirigido a ella todo el tiempo, y empezó a pisar todas las flores que estaban cogiendo.
-Es una salvaje corred!
Las niñas salieron corriendo y Alissa más enfadada que nunca fue hacía casa. Se había sentido tan ofendida...
Una vez en casa, entró a la habitación de Beverly sin importarle que durmiera y se sentó en el tocador. Peinó su pelo y empezó a experimentar con el maquillaje de su hermana.

Finalmente miró su reflejo y empezó a llorar

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Finalmente miró su reflejo y empezó a llorar.
-Soy una pordiosera- chilló
-Alissa? -Beverly la miró desde su cama y Alissa siguió llorando- Pero que ocurre?
-Que soy fea.
-Claro que eres fea- se levantó de la cama- Tu has visto la porqueria que te has puesto? -empezó a reír- cualquiera es feo así.
-No lo entiendes Beverly, parezco un chico.
-Chico? Que tonterías dices Alissa?
-Soy una pordiosera fea, tú no lo entiendes por que eres guapa - Beverly la cogió en brazos y Alissa se sintió pesada, pero a su hermana mayor no le importó. Se sentó en la cama y se la colocó en sus rodillas.
-Quien te a dicho eso?
-Que importa?
-Es verdad no importa, haya sido quien haya sido es un mentiroso.
- Mentirosas- le corrigió.
-Encima eran chicas? Entonces tenían envidia.
-No es verdad, ellas eran guapas y llevaban vestidos preciosos.
-Pues me gustaría verlas sin esos vestidos- Beverly empezó a sacar el maquillaje y lágrimas de su cara- Alissa eres preciosa aunque tú no lo creas.
- Lo dices porque eres mi hermana.
-No es cierto- Beverly le dio un dulce beso- Eres como una mariposa.
-Porque una mariposa?
-Pues... sabes que las mariposas no pueden ver sus alas?
-Y que tiene que ver?
-Que no tienen ni idea de lo hermosas que son, tú eres como ellas. Eres una persona maravillosa, pero simplemente no lo ves.
Alissa se acurrucó en su hermana abrazándola y por un momento deseó que fuera su madre quien la estuviera consolando.

Tu tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora