Hacía un día perfecto para investigar por el bosque y ir a molestar un rato a Emma. Se destapó y se frotó los ojos, la tripa le sonaba por pensar en los bollos que habría preparado Beverly para desayunar.
-Hueles eso Ben? - Alissa miró con cara pícara, se levantó corriendo y Ben la siguió. Ambos se empujaban riendo y corriendo por la casa hasta llegar a la cocina.
-Tenéis hambre? - Beverly estaba sacando los bollos del horno.
-Se olían desde la habitación- Ben sentía que se le caía la baba.
-Y dónde están mis besos? - los observaba sonriendo esperando las quejas de sus hermanos.
-Ya somos muy mayores - Ben puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos.
- Pues te quedas sin bollos - Alissa se rió de él burlona y fue a dar un beso a su hermana.
-Quien es mi niño pequeño? - Beverly se agachó ante él y extendió sus brazos.
-Yo - frunció el ceño y fue hacía su hermana a darle un beso, pero ella lo cogió y lo acorraló entre sus brazos - Basta ! Déjame! - pero antes de soltarlo le besuqueó toda la cara.
-Siempre vas a ser mi pequeño gamberro- mientras sonreía le dio un bollo.
-Y tú siempre serás la mejor cocinera- se metió el bollo en la boca, tan sabroso y blandito como siempre.
-Buenos días
Ben miró a su padre con rabia, al despertarse ni siquiera había recordado que él estaba allí.
-Buenos días- Beverly sonrió y le ofreció un bollo a su padre, pero antes de que lo cogiera Ben se lo quitó de las manos y le pegó un bocado- Pero que haces?
-Y tú qué haces? No le ofrezcas nuestros bollos.
-Basta! Ya está bien, estás castigado.
-Ni hablar.
-Ha tu habitación ya!
Ben empujó a su padre y se dirigió a su habitación tal y como le dijo su hermana, pero no pensaba quedarse encerrado.
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Tu tesoro
RomanceEn 1780 la familia lo era todo, se necesitaba una para sobrevivir a la sociedad y llevarse comida a la boca. Los padres casaban a sus hijos con otros hijos de familia con más dinero... Pero y si eso cambiara y cada uno sellara su propio destino?