Bajo el porche

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~ Beverly ~
Notó como una mano tocaba la suya bajo la mesa, al notar ese contacto se puso colorada y su piel se erizó. La mano dejó un papel en la suya y la intriga la devoró por dentro y no pudo esperar.
-Perdonad, voy al baño.
Se levantó deprisa sin poder esperar más a leer el mensaje, cerró la puerta del baño y se sentó apoyada a la pared.
<< Querida vecina, ni siquiera pregunté tu nombre anoche, me siento avergonzado. Me hiciste sentir tan bien. Hacía mucho tiempo que no me sentía de tal forma. Puede parecerte una locura por no conocerme, pero creo que veo en ti felicidad para mi. Espero que tú te sintieras igual con mi compañía. Si no me equivoco, después de la cena que pasaremos juntos hoy con tu familia, reúnete conmigo en el porche de tu casa. Quiero olvidar la tristeza a tu lado. >>
Beverly rió y pensó que había acertado la primera vez que lo conoció al pensar que estaba loco. Pero ese loco extraño había acertado cada palabra y se había colado en su corazón.
Salió del baño intentando disimular su cara de felicidad, ya que no venía muy a cuento con el día que habían tenido, y sus hermanos lo notarían al momento.
-Creo que ya es hora de que Travis vuelva a casa, es muy tarde y los pequeños tenéis que acostaros.
Todos se despidieron y se dieron las buenas noches y Travis salió de la casa. Beverly esperó impaciente a que todos fueran a sus camas, y cuando porfin se acostaron salió al porche. Ahí estaba el apuesto chico nervioso por si ella no salía.
-Esperas a alguien? -le sonreía con travesura.
-Pedía a las estrella que esa persona viniera.- Travis esta vez no sonreía, la observaba con esos claros ojos acercándose de cada vez más a ella. Creía que la iba a besar pero no lo hizo- Sé que has sufrido Beverly, lo vi en tus ojos en el instante que te saqué del barro, si aceptas mis sentimientos solo pretenderé hacerte feliz, sé que es muy precipitado... pero para que retrasar lo inevitable?
-Ya te sabes mi nombre por lo que veo- Travis la miró sorprendido, por un momento no sabía ni de qué hablaba. Ella rió y llenó el espacio que le había faltado por llenar a él. Sintió como sus labios acariciaban los suyos, eran suaves y calientes. Fue un beso lento y dulce, tan lento que al separarse ambos labios quedaron pegados por un segundo- Mejor no retrasar lo inevitable.
-Buenas noches Beverly- Travis salió del porche con el corazón latiéndole con fuerza y fue caminando hacia su caseta, pero antes de alejarse demasiado miró hacia atrás y sonrió a Beverly que aún lo observaba desde el porche.

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