En 1780 la familia lo era todo, se necesitaba una para sobrevivir a la sociedad y llevarse comida a la boca. Los padres casaban a sus hijos con otros hijos de familia con más dinero... Pero y si eso cambiara y cada uno sellara su propio destino?
~ Travis ~ Al encontrarse con su hermano agarrando a Beverly entró en pánico. Tubo que chillarle fríamente para que saliera de ahí y se sintió tan mal. -Puedo decir que has elegido bien sin que me golpees? - bajó los brazos como si no le estuviera apuntando un arma, sin miedo- Como era su nombre? -Que coño haces aquí? Travis se hacia el duro pero realmente temía a su hermano y no podía evitar los temblores y sudores. -Porque no bajas el arma Travis? Con esos temblores no me darías jamás - empezó a reírse burlón. La rabia consumió a Travis y apuntó justo al lado de su oído y no se pensó dos veces el disparar, Edgar se asustó y al segundo reaccionó agachándose. -Uoo hermanito- le sorprendió pero no dejó de reírse de él mientras miraba el agujero en la madera- veo que la rabia te a espabilado un poquito. - Te he hecho una pregunta. -Uno no puede hacerte una visita familiar? -Tu no eres mi familia. -Venga ya Travis, eres muy dramático. -Mataste a mi familia -Ya te dije que yo no fui, sería nuestro padre senil. Travis empezó a soltar lágrimas de ira e impotencia y se dirigió hacia Edgar para apuntar a su cabeza. -No tienes corazón, jamas lo has tenido Edgar. -Pero tú jamás has tenido cerebro - Travis apuntó con más fuerza en su cabeza con intención de disparar- Si me matas jamás sabrás la verdad. -La verdad ya la sé, asesino- se preparó para disparar y justo cuando lo iba a hacer Edgar chilló. -Samantha está viva, joder no dispares. Le recorrió un escalofrío en todo el cuerpo, sin poder evitar llorar desesperadamente. -Estás mintiendo- esta vez apuntó en su cabeza tan fuerte que le pegó un golpe. -Idiota no se encontraron cuerpos, todo era ceniza- por primera vez en su vida notó que Edgar tenía miedo de él- De verdad te vas a arriesgar? Travis dejó de apuntar tan cerca, dio dos pasos hacia atrás y señaló cuerda que tenía en la mesa. -Cógela -Es necesario? -Que la cojas -Edgar se dirigió a las cuerdas sin decir ni una palabra - Ahora tíramela y siéntate en esa silla. Edgar obedeció y Travis le siguió con el arma, una vez sentado lo ató rápidamente sin dejar de vigilarlo y doblando sus manos hacia atrás con fuerza. -Y ahora que hermanito? Vas a torturarme? -Eso mismo voy a hacer -Que? Travis estás de coña no?- de nuevo reía- La escenita del arma muy buena, pero por dios, a quien vas a torturar tu? Pero si no eres capaz de matar ni una puta hormiga, es más, cuando éramos pequeños dudaba que tuvieras rabo. -Donde está? - mientras tanto cogía unas tijeras y las colocaba cerca de el arma que había dejado en la mesita- Samantha, donde está? -Puedes torturarme lo que quieras, no eres el primero. - Bien, entonces empecemos- dio un puñetazo a su hermano ensangrentado su sonrisa- Donde está? - éste solo sonrió, pero esta vez Travis también le devolvió la sonrisa dirigiendo su puño a la nariz de Edgar. -Quieres saber dónde está nuestra querida hermana capullo? - Travis dejó de golpearle para prestarle atención desesperadamente- Está justo como siempre temió, bajo mi control. Yace con quien yo le diga para pagar las deudas que nuestros padres jamás me ayudaron a pagar, encerrada cuando a mi me place- Edgar observaba a su hermano disfrutando de ver cómo sufría- Y sabes que es lo mejor? Que ya ni siquiera tengo deudas, pero me encanta verla bajo mis órdenes. Ha Travis le costó reaccionar hacia toda esa crueldad, la ira le estaba matando poco a poco cada segundo que pasaba escuchando a su hermano. -Donde está? - la voz le tembló. -En el infierno- Edgar rió y escupió a Travis en la cara. La rabia estalló y empezó a golpearle por todas partes hasta que se desmayó.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo habría matado en ese mismo momento, pero jamás habría encontrado a Samantha. Le pegaron ataques de ansiedad, lloró, chilló y golpeó, pero recordó a Beverly. Le prometió felicidad, y le dio todo lo contrario, debía estar tan asustada y decepcionada. Revisó bien las cuerdas y salió a buscarla.