Tan solos

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-Sam despierta, Sammy- el niño entreabrió los ojos al oír la voz cálida de su hermana mayor.- el bebé ya está aquí, ven a conocerlo.
Sam al ir despertando recordó la noche anterior, que al pasar el tiempo solo recordaría como una pesadilla.
El niño siguió a Beverly nervioso hasta la chimenea donde estaba su padre sentado en una mecedora.
-Sam acércate hijo-la cara de su padre desprendía cansancio y tristeza- mira a tu hermanita.
Sam nunca había visto a un bebé y su hermana le parecía muy pequeñita.
-Se llama Cassie- lo dijo muy decidido y firme, para que nadie se lo pudiera discutir- y será mi tesoro.
El padre empezó a reírse muy fuerte tanto que Sam se asustó al ver ese cambio de actitud como si su padre se hubiera vuelto loco.
-Pues decidido nuestra hermana se llamará Cassie-dijo también riendo su hermano mayor James.
A partir de ese día sus hermanos empezaron a ser diferentes, más serios, más tristes y más mayores. Su hermana Cassie no hacía más que llorar y nadie sabía calmarla y Sam odiaba los llantos de esa pequeña niña furiosa, así que siempre se alejaba cuando lloraba.
Una noche despertó por esos llantos y nadie más se daba cuenta, dio vueltas en su cama y se tapó los oídos para no escucharla, pero le ponían muy nervioso. Se levanto y fue hacía su cuna, el bebé le miro lleno de lágrimas haciendo pucheros, pero dejo de llorar. Sam le dio su dedito y el bebé lo cogió y le devolvió una sonrisa, tiró para quitarle el dedo y irse a la cama aprovechando que no lloraba, pero no lo soltaba. En ese momento entendió que Cassie se sentía tan sola como él y decidió quedarse con ella toda la noche. A partir de ese momento Sam se prometió a si mismo que jamas se alejaría de Cassie.

Tu tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora