Dolor

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~Emma~
Esperó y esperó pensando que Ben no cumpliría su palabra e iría a verla como cada día, pero no llegó. Intentó no darle importancia, estaba enfadada con él, mejor si no llegaba nunca. ¿Como podía pasarle por la cabeza que abandonara a su padre para ir con el? Se repetía mil veces a ella misma que su padre la quería, no era malo, solo estaba triste por perder a su mujer.
Se asomó por la ventana para que le diera la brisa en la cara. Quería salir, deseaba salir... pero sentía que si Ben no estaba su padre aparecería en cualquier momento. Escuchó un pajarito cantar, pensó que o bien se le daba muy mal cantar o bien lo estaba pasando mal. Ojeó de dónde venía el sonido pero desde esa ventana no podía ver nada. Se dijo a sí misma que no saliera, no estaba bien, pero no pudo evitar saltar y ayudar al pájaro. Siguió el sonido y apartó matorrales donde pudo ver al pequeño pájaro asustado.
-Tranquilo pequeño no tengas miedo.
Lo cogió con cuidado pero rápido para que no escapara, visualizo el terreno y corrió dentro de su habitación. Abrió sus manos donde tenía escondido al pajarito y observó si estaba herido, no le pareció herido. Cogió gotitas de agua y se las dio, acompañadas de unas miguitas de pan que cayeron la noche anterior en su alfombra.

Pensó que alomejor solo estaba cansado y necesitaba descansar

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Pensó que alomejor solo estaba cansado y necesitaba descansar. Lo dejó en su cama escondido detrás de su almohada y empezó a cantar para él. Pasó toda la tarde mirando por su ventana y cantando para su invitado, hasta que vio una figura grande por entre los árboles y de inmediato agachó la cabeza. Su padre abrió y cerró de un portazo como siempre y escuchó pisotones que iban de un lado a otro de la casa. Se oyó como se rompía algo contra el suelo asustando a Emma y lo siguiente fueron llantos. Asustada pensó que lo mejor sería acostarse en su cama y hacerse la dormida.
-Emma? -chilló, y al no oír respuesta se oyeron pisotones hacia su habitación.
Emma se tapó hasta la cabeza y escondió aún más al pájaro, la puerta se abrió.
-Emma levántate - La niña siguió haciéndose la dormida-He dicho que te levantes.
La asustó tirando una botella al suelo haciendo que se rompiera en miles de pedazos.
-Lo siento papi- se levantó quedando sentada sobre la cama.
-Levántate.
-Me pondré los zapatos.
-No
-Pero me cortare.
-He dicho que no- Emma se levantó evitando pisar un cristal y quedó mirando a su padre -Ahora ven aquí.
-Pero...
-Ven aquí- chilló

Fue poco a poco evitando cada cristal que veía y cuando ya estaba cerca su padre la cogió del pelo tirando de ella y haciendo que se despistara y pisara cristales

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Fue poco a poco evitando cada cristal que veía y cuando ya estaba cerca su padre la cogió del pelo tirando de ella y haciendo que se despistara y pisara cristales. Emma chilló pero no le hizo ningún caso y siguió arrastrándola del pelo hasta llegar a la habitación de él. La soltó y la dejó tirada en el suelo. Emma miró las heridas de sus pies que no dejaban de sangrar, intentó sacarse los pequeños cristales pero su padre sujetó su cara y estampó un vestido en la cara de la pequeña.
-Lo hueles? -le apretaba el vestido en la cara- Huélelo! Es tu madre, hoy mi mujer murió por tu culpa, tú la mataste.
-Yo no la maté- Emma echó a llorar de dolor y miedo.
-Tu la mataste el día que llegaste al mundo asesina.
Su padre esnifó el vestido y empezó a abrazarlo y a apretarlo, mientras Emma estaba espantada viendo esa escena.
-Véte- chilló .
-Me duele - lloró Emma.
-A tu madre también le dolió.
Emma quería alejarse de su padre lo antes posible y dejó el dolor atrás levantándose para ir a su habitación. Cerró la puerta y colocó su mesita delante de la puerta por si volvía. Se tumbó en su cama y colocó al pájaro en sus manos y cantó mientras escuchaba a su padre chillar como un verdadero monstruo.

Tu tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora