Despedida

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~Travis~
Pasó el día fuera con Beverly, ella solo intentaba consolarlo y entretenerlo de alguna forma, pero lo único que hacía Travis era disimular su ansiedad por ella.
La amaba, no habían tenido ocasión de compartir más momentos mágicos juntos, pero sabía que la amaba con todo su corazón.
La observó con delicadeza como si quisiera memorizar cada rincón de ella... observó sus ojos reflejando mucho más allá de lo que su vista alcanzaba, sus labios intentando sonreír a pesar de todo y su pelo suave y fresco moviéndose con la brisa. Sabía que la amaba y la necesitaba con todo su ser

Apartó un mechón de pelo de su cara y besó su frente

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Apartó un mechón de pelo de su cara y besó su frente. Evitaba pensar el separarse de ella... pero era algo inevitable.
-Estás bien? - Siempre se arrepentía después de preguntar, él lo sabía y era algo que le parecía muy adorable de ella.
-Aquí contigo estoy bien- Beverly le sonrió y le acarició la cara - Beverly... Sabes que me importas verdad?
-Si claro, ocurre algo?
-No puedo quedarme aquí.
-Como? -Beverly se separó unos centímetros de él- Por que dices eso Travis?
-Estoy poniendo en peligro a tu familia, Edgar destruyo a la suya... Que le impide destruir la tuya?
-Está atado y débil Travis, no puede hacernos nada.
-Conozco a Edgar y créeme, siempre consigue la manera de hacer daño.
-Travis todo está bien - Beverly buscaba sus manos desesperadamente.

-No, nada está bien, jamas me perdonaría que te pasara algo

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-No, nada está bien, jamas me perdonaría que te pasara algo.
-Pero esque no me va a pasar nada, déjame ayudarte- Su tono era suplicante y angustioso.
-Lo siento Beverly.
-No- ella se acercó a él llorando- porfavor quédate conmigo- sus frentes estaban unidas como si jamas fueran a separarse- te quiero.
El dolor que sintió Travis ese día jamás se lo hubiera deseado a nadie. Su corazón palpitaba con fuerza como si fuera a explotar en cualquier momento. Memorizó su olor antes de separarse de ella, acarició su pelo y manos. Murió de ganas de besarla pero no lo hizo.
-Te quiero Beverly.
Soltó sus manos y se alejó dejándola atrás. Escuchó llantos tras el que lo rompieron por dentro, pero sabía que era lo correcto, no merecía más sufrimiento y él se lo causaría si no marchaba. Mientras se dirigía hacia su casa no podía parar de llorar como un niño, pero las lágrimas cambiaron a odio. Todo era culpa de su hermano, se lo arrebató todo... Su infancia, su hogar, sus padres, su hermana y ahora su amor. Lo odiaba y se prometió que al encontrar a Samantha lo mataría.
Entró a la caseta y se dirigió hacia su hermano con intención de llevárselo de nuevo a Londres y ahí empezar su búsqueda.
La sangre se le heló, sintió que el mundo entero se le caía encima y empezó a inhalar con fuerza. Edgar no estaba, en su lugar había una silla vacía con cuerdas tiradas en el suelo y una carta. Chilló con rabia y golpeó todo lo que encontró, acabando en el suelo llorando. Cogió la carta arrugada con manchas de sangre y la desplegó.
<< Me encantaría poder decir que a sido una visita agradable, pero no a sido el caso. También me encantaría poder ver tu cara al no encontrarme. Espero que por fin hayas aprendido que jamas podrás ser feliz hermanito.
Samantha esta capturada en Londres por mis hombres, posiblemente ya esté muerta cuando llegues, solo la alimentaba yo y por tu culpa habrá quedado en los huesos. Te deseo suerte encontrando su cadáver, ojalá poder acompañarte pero tengo temas pendientes.
Tú queridísimo hermano >>
Travis habría golpeado más cosas si no las hubiera golpeado ya, solo pudo chillar lo más fuerte que pudo y odiar con todas sus fuerzas. Cogió una maleta de mano y metió lo más esencial. Bajó al pueblo y cogió el primer carruaje que encontró para bajar al puerto y subir a un barco directo a Londres. Al marchar no miró atrás , no podría soportarlo. Cada movimiento del barco era un paso más de distancia de su amor, le rompía a pedazos... pero tenía que encontrar a su hermana con o sin vida y acabar con su tortura.

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