Lo mejor para todos

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~ Will ~
La puerta sonó de nuevo aún más fuerte, sus hijos observaban asustados y Alissa estaba apunto de abrir.
-Alissa! Aléjate de la puerta- La niña pegó un brinco y fue con sus hermanos.
La puerta de nuevo sonó y Will la abrió.
-Habéis visto una niña por aquí?
Su voz sonaba ronca a causa de toda la bebida de la noche anterior. Sabía quien era, siempre estaba en ese club de fulanas al que Will solo se acercaba alguna vez por la buena bebida.
-No- sabía que su tono sonaba irritado, pero las únicas ganas que tenía en ese momento era de pegarle una buena paliza- Deje de molestar.
-Tiene algún problema?
-Aquí no nos gustan los extraños- empezaba a ponerse tenso el ambiente.
-Usted es ese hombre- puso una sonrisa repugnante de dientes sucios- Bebía y bebía sin descanso y lo único que hacía era gritar un nombre... Como era? -Will apretó los puños y dientes, pero antes de hacer una tontería delante de sus hijos, James detrás de la puerta puso su mano sobre su hombro- Ah Rose, eso era.
-Lárguese, tengo cosas que hacer.
-Vamos amigo, solo soy un hombre solitario como tú que busca a su querida hija.
-Si la vemos le avisaremos - dijo James saliendo de detrás y finalmente cerrando la puerta- Estas bien?
-Si gracias hijo.
-Deberías haberle pegado hasta que suplicara, pero eres un cobarde- dijo Ben.
-Ben! -chilló James- véte a tu habitación, ya!
Sabía que su hijo Ben lo odiaría para siempre, y eso siempre lo torturaría, pero ahora debía pensar en todo lo que tenían encima. Había tanto en lo que pensar... de pronto la vista se oscureció y los oídos pitaron.
-Hey papá, estás bien? - Su hijo le ayudó a sentarse en el viejo sillón y cobró el sentido enseguida.
-Que vamos a hacer ahora?
-No lo sé - contestó James.
-No tenemos suficiente dinero para cuidar a otra niña, James viene justo hasta para todos nosotros.
-Un orfanato?
-No, ni hablar- Will recordó todas las veces que en su infancia visitó aquellos lugares tan tristes- Jamas te acogen estando ahí hijo, ni siquiera tienen un futuro... De dónde crees que sacan a tantas fulanas? -Su hijo puso una cara extraña.
-Entonces que más podemos hacer?
Will recordó a aquel hombre adinerado que fue a buscarlo al trabajo para hablar sobre matrimonios convenidos.
-Escucha hijo, tengo una solución no muy agradable, pero esa niña tendrá un futuro seguro.
Le contó lo que tenía pensado y ambos estuvieron de acuerdo. Le habría gustado quedarse con la pequeña y darle todo el cariño del mundo, pero lo primero eran sus hijos.
Cogió el carruaje y se dirigió hacia donde se hospedaba aquel rico. Tocó la puerta inseguro al tener el futuro de Emma en sus manos.
-Buenos días señor.
-Señor William! Que sorpresa- dijo con un puro en la boca.
-Todavía quiere negociar?
-Por su puesto, pase- se dirigieron a un despacho y le ofreció asiento- Sabía que volvería.
-Tengo una hija de 8 años, me gustaría que tuviera un buen futuro, sin tener que preocuparse el día de mañana.
-Conmigo a su hija jamás le faltará de nada.
-Porque quiere negociar conmigo? No tengo dinero, dígame dónde está el truco.
-El truco no tiene nada que ver con usted William, la gente de cuna alta quiere tener vínculos, poder, tierras... lo que sea, pero de diferentes zonas de todos los continentes- le alargó un puro- No quiero sus tierras ni nada por el estilo, aquí hay gente importante a la que quiero hacer aparentar que tengo mucho en todos los lugares, incluido aquí.
-Vaya tontería.
-Si- rió- verdad? Pero esa gente por aparentar cualquier cosa te hacen parecer importante y eso es muy bueno para mis negocios.
-Como será su vida?
-Pasará un tiempo con vosotros para despedirse, hasta que acabe con mis negocios aquí. Vivirá en una mansión, con todo tipo de enseñanzas y lujos. Conocerá a mis dos hijos y se casará con el más mayor de 12 años, Dennis.
-Es buen chico?
-Demasiado bueno William, no se preocupe. Su hija se convertirá en toda una dama, lista y rica. El resto de la familia recibiréis dinero cada 3 semanas para gastos.
-Bien, querrás algo a cambio como es de suponer.
-Jamas debe salir a la luz que es su hija, o no aparentaría absolutamente nada como comprenderá.
-Que dirá?
-Inventare que es de una familia de fuera, que sus antepasados ultramillonarios vivían en este pueblo, y lo creerán.
-Bien, donde tengo que firmar?
El hombre sacó papeleo y Will firmó todo después de leerlo rápidamente. Cerraron el trato con un apretón de manos y salió afuera.
El corazón le iba a mil por hora, acababa de firmar el futuro de una niña que ni siquiera le pertenecía. Pero no podía hacer nada más, quizás era lo mejor.
Una vez en casa la niña ya había salido de la habitación y comía bollos en la cocina, acompañada de todos su hijos, menos Ben que seguía castigado. Se dirigió a su habitación y abrió la puerta.
-Ben, voy a hablar de algo importante y debemos estar todos- su hijo lo miro de mal humor como de costumbre- Créeme cuando te digo que habría matado a ese monstruo ahí mismo- no dijo ni una palabra y los dos se reunieron con todos.
-Como estás Emma?
-Mejor, gracias señor- dijo masticando.
-Puedes llamarme Will, están ricos he?
- Muy ricos- Porfin sonrió, esa niña era preciosa.

-Bien, ahora todos vamos a hablar, de acuerdo? -James me lo a contado papá, no me parece buena idea

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-Bien, ahora todos vamos a hablar, de acuerdo?
-James me lo a contado papá, no me parece buena idea.
-Beverly no tenemos otra opción- James miraba a su hermana.
-Tejeré vestidos y los venderé, se me da bien.
-Bev tus intenciones son buenas, pero las telas también cuestan dinero.
-Pero... no es justo papá.
-Emma voy a contarte algo y espero que te parezca bien.
-Me voy a pasear con Cassie y Sam, prefiero no estar- dijo Beverly cogiendo a Sam de la mano y a Cassie en brazos.
-Emma, nuestra familia es muy pobre y no podemos tener en casa a nadie más- dijo James.
-No quiero volver- dijo Emma llorando.
-No, eso jamas, tranquila estarás a salvo- James la tranquilizó.
-Lo que quiere decir es que nos encantaría que te quedaras, pero no habría comida suficiente y acabaríamos perdiendo la granja.
-Y que voy a hacer? - dijo con lágrimas en los ojos.
-Oye no vamos a abandonarte- James cogió su mano.
-Hay un hombre en el pueblo que tiene dinero y le encantaría que fueras a vivir con él y sus dos hijos.
-Y como puedo saber que es bueno?
-Porque si no lo fuera jamás te entregaría a él.
-La estáis vendiendo? -Ben los miró a los dos con cara asco- Emma no es un objeto.
-Ben ya lo sabemos, pero es lo mejor para todos.
-No - chilló - No es cierto, para mí no y para ella tampoco.
-Ben- dijo Emma con voz dulce- Ya me has salvado y te lo agradezco.
-Te odio- miró a Will y salió de ahí.
-No creo que lo diga enserio - dijo Emma y Will le devolvió una sonrisa triste.
-Pasarás un tiempo con nosotros y podrás despedirte de Ben.
-Y estaré cerca?
-No- le dolía cada palabra que salía de su boca y tenía que procesar aquella pequeña- Pero vivirás en una casa grande y podrás salir cuando te plazca.
-Seré libre?
-Siempre- dijo James.
-Te enseñarán a leer y a escribir y todo lo que tiene que saber una dama.
-Caramba vas a ser una princesa- dijo Alissa que había estado callada escuchándolo todo.
-Conocerás a sus dos hijos y... - ¿ como podía decirle a esa pobre criatura algo que él y su mujer juraron no decir jamás a sus hijos? - Y te casarás con uno de ellos al ser mayor.
-Casarme? -puso los ojos como platos.
Will no supo qué decir, se sentía tal y como él siempre evitó sentirse.
-Todos debemos casarnos, ya sea por amor o cariño- dijo James.
-Y si no le quiero?
-Estoy seguro de que los dos os cogeréis cariño viviendo juntos- contesto de nuevo.
-Gracias por ayudarme, ojalá pudiera quedarme con vosotros- hizo un suspiro- Pero estoy segura que ahí podré ser más feliz de lo que he sido nunca.
-Sabes cuantos vestidos podrás tener? - dijo Alissa- Pero no te fíes de las niñas que los lleven, son unas cara huevo- hizo reír a Emma- Te enseño nuestra granja?
-Me encantaría, pero todavía me duelen.
-Es verdad, entonces quieres jugar con mis juguetes?
Emma asintió emocionada. Will pensó que aquella pobre niña jamás habría jugado con otros niños, hasta que apareció Ben... Entendía a su hijo, quería a aquella niña como él mismo quiso a Rose de pequeño. Ojalá hubiese podido estar con ella para siempre y vivir el mismo amor que vivió el, pero no había forma.
-Has hecho bien papa- dijo James consolándolo como si pudiera leer sus pensamientos.
Ojalá

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