Capítulo 14

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JOAQUÍN

Sabia a la perfección que Emilio estaba mas que ebrio, él no estaba consiente de las palabras que había dicho, la noche se estaba tornando un poco extraña, yo también debería de estar ebrio par aceptar la propuesta tan loca de Emilio y digo loca por que él me ha dicho que era heterosexual y besarnos sería como arruinar nuestra amistad. Después de ver que como pudo había abierto la puerta de su cuarto, entré, el niño que me causaba tanta curiosidad ya estaba recostado en la cama boca abajo, ya no tenía la playera puesta

-Emi... Ya me voy, cualquier cosa me llamas ¿va?- le dije mientras me sentaba en la cama para que me escuchara

-No, quédate un rato mas.- me dijo mientras tomaba mi mano y sonreía de medio lado

-Ay Emi, también tengo que ver a Carlos y...

-¿Me cuentas un cuento?.-me dijo interrupiendome al mismo tiempo que soltaba mi mano-. El que sea.- dijo bostezando

-Uh...- me quede pensando, Emilio comenzaba a quedarse dormido por el alcohol que tomo así que no importaba el cuento que le contara-. -Había una vez una niña que vivía en un mundo sin color, las calles estaban rodeadas por edificios altos e imponentes, dibujados con distintos matices de gris. La carretera que corría su calle era de color carbón y las lineas pintadas en ellas color gris. La ciudad era grande, enorme y a ella la hacia sentir pequeña y menuda
Las calles eran grises y aburridas y a ella la hacían sentir insignificante y sin vida

Ese día ya comenzaba a obscurecer, a hacerse negro el que había sido un día gris y cubierto de nubes. Aun que bien mirando, ella nunca había visto otro color que no fuera gris o blanco. Y la luz que empezaban a encenderse era de un color gris artificial

Hacia frío y viento, el cielo amenazaba con tormenta ¿lluvia negra y gris nieve? Pero a pesar de esas predicciones del tiempo la niña iba con blusa de tirantes

Aun que la ciudad era aburrida e imponente y nunca nadie visitaba esas calles grises y silenciosas, un día, un niño se perdió, no era un niño de ahí, eso estaba claro, tenia el color de piel obscuro y cálido, tenia labios que a la niña parecían casi comestibles.- cuando ya estaba por terminar el mini cuento que estaba contandole, Emilio quedo dormido, como si de un pequeño niño o tal vez un pequeño ángel se tratara, suspire y me levante de la cama, tome la cobija que Emilio tenia en los pies de la cama y la puse a modo de que no le diera frío por la noche. Me agache hasta ver la tranquilidad en la que dormía, me quede ahí por unos segundos, preguntándome el por que un chico puede llegar a ser tan tímido y tan inseguro de si mismo, me daba tanta curiosidad saber si Emilio había sido un niño feliz o si en algún momento llego a tener una fea infancia, nunca habla de su niñez y eso es lo que mas me llama la atención ¿que le habrá pasado para que tanto su mamá como Emilio tengan los ojos llenos de una muy notable tristeza?. Suspire sabiendo que tal vez nunca me contestarían esas preguntas, tal vez mi curiosidad lo tomen como toman la curiosidad de una señora que pregunta y se mete en la vida de todos.
Me levante de el suelo en donde estaba viendo a Emilio y salí de la habitación no sin antes dejar sus llaves y su celular en la mesita de noche y cerrar la puerta.

Emilio
Se sentía asquerosamente horrible tenerlo encima de mi, sentir que las penetraciones eran mas constantes y fuertes me daban ganas de vomitar, mis lágrimas salían a un punto de secar mis ojos, pero cuando creía que las lágrimas se habían acabado, salían aun mas sorprendiendome

-Una envestida mas y te ira peor.- dijo mamá sosteniendo algo entre las manos mientras se acercaba a la cama, aquel asqueroso hombre se quito de encima de mi, asustado, yo tome mis pequeñas rodillas y comencé a llorar con mas fuerza, mamá camino hacia donde el estaba y lo tomo de el cabello para después tirarlo al suelo-. ¡¿Me puedes explicar que putas le estabas haciendo a mi hijo!? Eres un maldito ser asqueroso, ¡es un niño!¡Te dije que cuando estuvieras drogado no te metieras con Emilio!- gritó y dejo salir algo pesado de lo que traía en manos-. Maldito ser asqueroso ¡Ojalá te pudras en el maldito infierno por arruinarle la vida a un ángel!- gritó con tanto coraje que nuevamente hizo ruido con lo pesado que tenía en las manos

Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora