Capítulo 49

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NARRADOR

Su celular estaba sonando, había dejado perder un par de llamadas creyendo que era su madre, esa señora siempre se le ocurría marcarle tarde, pero después de un rato, se puso a pensar. Su madre no le marcaría a las 3:00 casi 4:00 de la mañana a menos de que fuera una emergencia, por lo que se levantó de golpe, ganando con eso un mareo

Emilio solo estaba dispuesto a hacer un último intento, se había desesperado con que Joaquín no contestara dos llamadas seguidas, trató de entenderlo, eran las 4:00 de la mañana, nadie en su sano juicio está despierto tan tarde y menos Joaquín, que había tomado una cantidad de alcohol un poco mas alta que él, trató de controlarse y se dispuso a hacer una nueva llamada que esta, si fue contestada

-¿Emi, que paso? ¿No estabas durmiendo a lado mío?.- le habló Joaquín cuando vio el nombre bajo el número de quien lo estaba llamando, su intención no era que su tono de voz se escuchara molesto, estaba preocupado, cuando se levantó de golpe y se le pasó el mareo vio que Emilio no estaba, Joaquín no sabía que Emi tenía ansiedad de vez en cuando

-Yo.. Eh, perdón, Joaquín, lamento despertarte, simplemente me sentí mal, creí que saliendo a la calle me sentiría mejor pero no, pero...- Emilio se trató de controlar, sus lágrimas aun no parában-. Solo, perdón por marcar, estaré en la habitación cuando amanezca.- estaba a nada de colgar, se sintió tonto marcandole a Joaquín sabiendo que él no iba a solucionarle nada, él no podía arreglar las cosas del pasado

-Emilio, espera, ¿estas llorando? ¿Necesitas que esté contigo? ¿Estas bien?.- iba a contestar que si, que estaba bien, que solo necesitaba tomar aire y que estaría a la perfección a la madrugada, pero de su boca salieron otras palabras

-No, no estoy bien Joaquín, quiero llorar mas de lo que ya lo estoy haciendo, siento el alma tan desgarrada que en cualquier momento haré una locura, y siento que quiero matarlo apesar de que ya lo está, no se, Joaquín....- en ese momento, Joaquín habló, interrumpiendo a Emilio, se le había partido el corazón de tan solo escucharlo llorar, quería meterlo a una cajita de cristal y no permitir que alguien le hiciera daño daño

-Escuchame, Emilio. Estaré contigo. ¿Estas en la playa? Voy allá, no te muevas.- dijo Joaquín y colgó sin siquiera dejar que Emilio dijera algo, a él solo le tocó esperar, estaba llorando a mas no poder

Joaquín se levantó de donde estaba sentado, guardo su celular y salió apresurado de la habitación, se dispuso a correr para llegar rápido, la playa no estaba tan lejos pero no quería que Emilio se sintiera solo ni un minuto.

Se estaba culpando a si mismo, tal vez si no hubiera aceptado jugar con él las cosas serían distintas, tal vez si le hubiera insistido a su madre de que no fuera a trabajar por las noches, él ahorita mismo estaría en aquella habitación prestada, durmiendo plácidamente a un lado de Joaquín, sin ningún trauma, siendo feliz, posiblemente estaría emocionado por contarle a su madre de las cosas que había echo en el día a lado de sus amigos, pero no, las cosas ya estaban echas, él no tenía la culpa de nada. Era un niño inocente que no sabía que era lo que le hacían pero que le dolía, que cada que se terminaba, lloraba exactamente igual que como lo estaba haciendo en esos momentos.

Joaquín llegó a la playa, y desde lejos se vio la silueta de Emilio, estaba sentado a orillas del mar, con sus piernas juntos, abrazandose para saber que no estaba solo, se veía que quería hundir la cabeza en sus piernas y cerrar los ojos, pero lo que no sabía Joaquín, era que si lo hacía, los recuerdos estarían mas presentes en su mente, se acordaría de todas y cada una de las cosas sucias que le decía. Él no dijo nada y se sentó al lado de el chico triste que le robaba el corazón cada que sonreía con el sonrojo en ambas mejillas, sabía que Emilio ya sabía quien estaba al lado suyo, ambos se quedaron en silencio, no era necesario hablar, Joaquín debía dejar que se hiciera silencio hasta que Emilio se sintiera bien hablando y contándole que era lo que le pasaba

-Ya estoy aqui bebé, llora si eso es lo que necesitas, no se por que estas así, pero sea lo que sea, aqui estoy.- le dijo a Joaquín a Emilio mientras extendía su brazo para abrazarlo, a su acompañante le ganaron las ganas de llorar, de nueva cuenta estaba llorando a mas no poder mientras escondía su carita en el pecho de Joaco. Su cabeza comenzaba a doler por tantas lágrimas derramadas, fue tanto su llanto que contagio de tristeza a su amigo de ojos color miel, después de un rato, el chico con lágrimas se alejó, limpiando sus ojos

-Sabes, no se por que me puse así, estaba...- se aclaró la garganta-. Yo estaba feliz por que al fin tuve una noche buena cómoda, estaba contento por que estaba contigo, por que tenía a Carlos y a Diego como amigos, por que al fin nadie me estaba diciendo groserías como solía hacerlo Vanessa en redes sociales, me sentía feliz, pero..- suspiró y dejó caer varias lágrimas-. No se, tal vez, el alcohol, tal vez estaba tocando fondo como el año pasado en estas fechas. Tengo miedo por que sé que si no lo cuento, no voy a poder estar bien. Jamás le dije a los psicólogos con los que mamá me llevaba, no tenía el valor, siempre me prometí que no se lo contaría a nadie, que a pesar de todo o de que tan mal me pusiera no lo diría jamás. Es tan vergonzoso pensar en contarlo pero... Ya no puedo, solo quiero decirlo en voz alta una vez, que alguien me escuché, creo que eso me ayudaría ¿tu me puedes escuchar? .- lo miró

Joaquín se quedó callado, asintió y también limpió sus lágrimas, estaba confundido, no sabía que Emilio tenía ansiedad o algún trauma, ni siquiera Diego lo sabía. Emilio de nuevo estaba nervioso, todo su cuerpo temblaba

-Me violaron a los 6 años.- soltó sin más, logrando que sus lágrimas volvieran a salir al igual que los recuerdos





















































Joaquín no sabía que decirle, el sentimiento lo inundó, todo comenzaba a tener sentido, tal vez esa era la razón por la que él era tan tímido, tan callado, tan inseguro, el chico al lado de Emilio se le hicieron agua los ojos de nuevo y sin decir ni una palabra, lo abrazo. Ahora mas que nunca quería protegerlo pero a pesar de que sus cuerpos se unieron, él chico de ojos tristes se alejó de nuevo

-Fue la pareja de mi mamá, tenía solo seis años, no sabía nada sobre las cosas malas que me podían hacer los hombres que mi madre llevaba a casa. Era un niño feliz a pesar de que mis padres no estaban juntos.- sorbió la nariz y continuó hablando aun con lágrimas recorriendo en sus mejillas.- Después de la muerte de mi padre, mi mamá no me prestaba atención, me dejó tan solo que tuvo que contratar niñera, se la pasaba tomando alcohol y llevaba uno que otro hombre a la casa cada fin de semana. No tenía ninguna preocupación por que tenía de las grandes cantidades de dinero que mi papá había dejado y cuando sintió que su etapa de duelo terminó, se juntó con Eduardo, ese maldito...- Emilio guardó silencio, ambos se mantuvieron así, en silencio, Joaquín no quería ni sabia decir nada, quería que él se desahogara

-Una vez, mamá tuvo que irse a trabajar de noche, yo me quedé jugando en la sala, mi niñera ya se había ido y mi mamá me dejo a su cuidado. Eduardo se empezó a comportar raro, me preguntó que si quería jugar y yo le dije que si.- Emilio empezó a llorar de nuevo, Joaquín lo abrazó nuevamente-. No debí de haber aceptado, no debí, lo mejor era que me hubiera subido a mi cuarto y poner el seguro, fue mi culpa Joaco, fue mi culpa.- repitió contra el pecho de Joaquín mientras lloraba, el chico de ojos miel trataba de ser fuerte, él también quería llorar, no podía creer que desde pequeño haya sufrido tanto

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Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora