Capítulo 22

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JOAQUÍN

Quería separarme, juro que quería hacerlo, pero sus labios adictivos no me dejaban, era como probar una y otra vez el dulce que tanto anhelabas.
Nuestros labios bailaban a un compás lento, no había prisa, no había temor de saber que tarde o temprano nos iban a ver, estábamos en su casa y en esa habitación llena de música, solo existiamos nosotros dos.

Después de un rato, nos separamos y aun que no tenía el valor suficiente para verlo directamente a los ojos, el tomo mi barbilla para que lo hiciera. Ambos sonreímos y ninguna palabra salió de nuestras bocas, algo nuevo se estaba formando entre nosotros, ya no eramos mejores amigos, algo había cambiado y aquello comenzaba a gustarme
Seguimos poniendo musica pero esta vez, la palabras acerca de ese beso sobraban, yo quería esperarme hasta el amanecer, cuando ya el poco alcohol que estaba en nuestros cuerpos ya no nos fuera a hacer una mala jugada.

Los chistes y la musica continuaron sin ningún problema después de ese beso y cuando el alcohol ya comezaba a pegarnos mas, las miradas coquetas junto con piropos de parte de ambos también iniciaron y las deciamos importándolos poco que mañana tuviéramos que aclarar ese tema

EMILIO

-Emi.- me llamó alguien, aun que no le di la mínima importancia.- Emi..- tocaron mi hombro-. Emilio..- la voz tan conocida de mi mamá, me hizo despertar, haciendo que mis ojos quedaran ciegos por el sol

-Que? .- respondí al acostarme de nuevo mientras me ponía la almohada en mi cabeza, no sabía que ella estaba aquí pero en el momento ni me importo, solo quería dormir

-Ven, tengo algo para ti.- mamá salió de el cuarto

Ayer, la pijamada de dos, la habíamos terminado hasta las 4:00 de la mañana y se termino todo el ruido por que las cervezas también se habían terminado ya y por que nuestra energia y nuestro sano juicio ya no nos permitian estar mas tiempo de pie.
En la madrugada cuando se terminó todo, como pudimos fuimos a apagar la luz y a recostarnos llenos de risa por alguna tontería que habíamos dicho

Terminé por despertarme mas a fuerzas que de ganas, no nos habían alcoholizado tanto, por lo que solamente me desperté con mucha sed y un leve dolor de cabeza, me quedé recostado en mi cama con mi antebrazo en la frente recordando lo sucedido ayer por la noche, no estaba tan tomado cuando sucedió ese beso con Joaquín

Sonreí al percatarme que Joaco dormía plácidamente boca abajo en el otro lado de la cama, me levanté con cuidado de no despertarlo, ya varias veces me había dado cuenta que si lo despertaba antes de él lo hiciera por su propia cuenta, se despertaba con un humor de lo pésimo

Sin ir al baño a tan siquiera ponerme agua en el cabello, salí a la sala en donde aun estaba todo el tiradero de ayer.

-Mande.- bosteze alzando un cojín para después sentarme en el sillón con la almohada en las piernas

-Abre la caja que esta en la mesa.- me dijo mi madre mientras jalaba una silla de el comedor para sentarse

En la mesa que estaba en el centro de los sillones, aparte de las frituras que ayer no nos terminamos y una poca de basura, había una caja de color rojo con un moño azul, mamá sabia que me gustaba mucho el contraste que formaban ambos colores. Al tomarla y verla detenidamente, tenia una aguja en el moño por lo que la tome para quitarla y de una vez por todas abrir el regalo que mamá me había comprado

En el interior de la caja solo había un pequeño globo inflado que al parecer entro ahí de una manera un poco difícil

-¿Y luego?.- mire a mi mamá quien ya estaba tomando café

-Pincha el globo con la aguja.- me sonrio

Hice lo que me pidió y con un poco de ruido, el confeti salió de el pequeño globo dejandome ver solamente un montón de serpentinas, me temi que el ruido haya despertado a Joaquín

-¿Mamá para esto me levantaste tan temprano?.- la miré aburrido

-No es muy temprano Emilio, son al rededor de las 12;00 de la tarde

Abrí los ojos de golpe ¿Las 12:00?

-Anda, deja de preocuparte por la hora y por tu sueño y busca entre las serpentinas

Suspire y busqué con mi mano algo que no sabia que específicamente. La caja no era muy grande como para encontrar algo pero segundos antes de que me rindiera de que no había nada, encontré una llave, una llave con un mini llavero de una guitarra negra

-¿Y esto?.- la mire sonriendo mientras mostraba la llave con el mini llavero. Ella se levanto, hizo a lado las tantas cobijas que ayer había sacado y se sentó a lado de mi

-Mucho antes de que tu nacieras, tal vez antes de que supiéramos que día ibas a venir al mundo, tu padre quería que a los 17 o casi 18 años, independientemente de que te gustara o no tocar instrumentos musicales, quería que te regalaramos una guitarra acústica, quería que tu tuvieras lo mejor, él en donde sea que este y yo, queremos que seas el ser mas feliz de este mundo Emilio.- acarició mi mejilla-. Él te lo dijo muchas veces. Yo se que después de lo que paso en Veracruz no he estado al pendiente de ti, pero sabes que te amo como a nadie mi Ángel.- mencionó aquél apodo que papá y ella me habían puesto a los 4 años y que después de tanto no me decía hasta hace poco, me sonrió intentando no derramar ninguna lágrima de las tantas que tenia retenidas en sus tristes ojos-. Entonces, como el quería regalarte la guitarra, la compro días después de que tu naciste. Esta es la llave que abre el cantado de el estuche de esa guitarra, fue de los primeros tesoros que agarre antes de iniciar el fuego esa vez.- le sonrei con tristeza y emoción a la vez, un objeto mas para recordar a papá, una cosa mas para poder sentirlo cerca

Corrí a la habitación de mi madre para sacar aquella joya preciada que me había dejado mi padre hace años para después llevarla a mi habitación

Tomé el estuche y sin demasiada prisa abrí el candado, la perfecta guitarra tan solo tenia una capa de polvo, mas cuando la limpie, se veía preciosamente hermosa, mis ojos amenazaban con soltar lágrimas de felicidad. La saque de aquel estuche con el mismo cuidado que se tiene al cargar a un bebe y la puse en la silla que estaba en una de las esquinas de mi cuarto, no dejaba de admirarla

Mis ojos amenazaban con soltar las lágrimas que me causaba al ver esa guitarra, al despertar siempre he tenido la sensación de que todo es un sueño y que cuando abra los ojos, mi vida de cuando tenia 5 años estaría intacta, creía que mi padre aun estaba vivo y que esta vez no se iba a ir solo por que si, pero siempre que despertaba, un golpe de realidad me hacia recordar que esos días de felicidad y sonrisas se habían quedado en mi infancia

Mi estómago gruño cuando comenzó a oler que mamá había empezado a hacer de desayunar, recordé de aquel tiradero que habíamos dejado en la sala por lo que toque suavemente las cuerdas de la guitarra y salí de la habitación justo antes de que mamá me gritara

-¡Y Emilio ven a recoger tu tiradero!.- me gritó

Rei levemente por que ya sabia que me iba a decir eso

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Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora