Capítulo 27

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EMILIO

Correr para intentar salír de la escuela sin ningún golpe era algo tan común para mi desde sexto de primaria, tal vez lo hubiera tomado como ejercicio si no fuera por que me persiguen y cuando volteo tengo que correr para salir de la escuela y llegar a mi casa. Mi mente ya había echo la idea de que juntar todo mi valor y ser valiente para enfrentar a Vanessa era algo prácticamente imposible. Siempre me armaba de valor, me hacia la idea de las tantas cosas que quería decirle por ya haberme cansado la paciencia por todas y cada una de las cosas que me hacia, pero cuando era el momento de verla, todo ese valor se iba abajo y terminaba llorando por sus palabras tan hirientes

Y ahora, estaba corriendo una vez más para que saliera sin ningún rasguño de la prepa.
Ayer Joaquín insistió en que viniera hoy, ya que las vacaciones iniciaban el jueves al salir de clase, hoy era martes, además de que faltar 2 veces a clase no era muy mio, él sabia que poniendo su cara de ángel le diría que si  todo y con esa misma carita fue la que me convenció para venir y justo ahora me estoy arrepintiendo de hacerle caso

Ya le había dado 2 vueltas a toda la escuela, no había podido salir por que había demasiada gente en la entrada y sabía que en la calle, todos se iban a burlar de mi, me había metido a salones pero siempre se metían a revisar

Tuve la gran idea de meterme a un salón donde daban la clase de gastronomía, las mesas eran enormes y trate de ocultarme entre la base que las sostenian cuando escuche la voz de Daniel, trate de salir pero el se me acerco a modo de evitar mi huida

-Hey nenita.- me sonrió haciéndome entrar de nuevo al salón

-De-dejame pasar.- le contesté con voz nerviosa y con la cabeza agachada

-No... No quiero.- alzó los hombros-. ¿A donde ibas con tanta prisa?.- preguntó irónico-. ¿No sabes que te puedes caer por correr como tonto?.- se burló, en ese momento llegaron Vanessa y Manuel ambos con la respiración acelerada

-¿Creíste que escaparías hoy?.- me sonrió Vanessa mientras caminaba para estar a lado de mi

-Me-me tengo que ir, te-tengo co-cosas que hacer.- hablé con tartamudez haciendome a un lado para no quedar tan cerca de ella

-Habla bien.- se acercó a mi con molestia y dió una fuerte golpe en la espalda acompañado de un empujón alejándome de ella-. Pa-parece q-que ti-enes retortijones en la lengua.- habló con una voz demasiado tonta a mi parecer. Daniel y Manuel comenzaron a reír por las palabras de Vanessa, Manuel se acerco a mi y me empezaron a empujar como si de una pelota se tratará

-Ya.- les dije mientras me quitaba de el pequeño circulo de tres que habían echo

-Uy, Emi esta enojado.- habló Vanessa alzando los hombros-. Todos sabemos que eres una nenita

-Quiere llorar.- comenzó a decir Manuel, después, Vanessa y Daniel lo siguieron fingiendo una pequeña canción después de que se dejaran de burlar, habló Vanessa

-Ayer te vimos Emilio.- me dijo-. Estabas corriendo como tarado mientras llorabas.- las risitas de Daniel y Manuel no tardaron mucho en escucharse de nuevo-. ¿Que le pasó a tu príncipe azul?

Me quedé callado, no quería contarle nada, no era algo de su incumbencia

-Oye, Emilio, en estas épocas te queremos desear que tengas una buena navidad.- habló Daniel 

-Bueno.- Vanessa le restó importancia y se acerco a mi, poniendo un brazo al rededor de mi cuello-. No es un secreto que tú mas que nadie la pasas de la manera mas patética, después de todo, ni tu mamá te quiere cerca

Mis lágrimas terminaron por salir recordando que apenas hace un año, la noche en la que se suponía que tenia que estar acompañado de mis seres queridos, la pasé solo, cene solo y recibí navidad y año nuevo solo, por que mamá había aceptado un trabajo de ultimo momento en el que tenía que estar de viaje, en esas noches me dormí temprano para no sentir tanto la soledad y para no tener ese ataque de ansiedad por recordar lo que me había pasado de niño. Aun que Diego, desde que lo conocí, me ha invitado a esas excursiones que su familia hace en la ultima semana de todos los años para recibir navidad y año nuevo en un distinto estado de México, nunca acepté y no por que no quisiera, si no por que me sentiría como alguien ajeno a la familia de Diego

-Ay, no te sientas mal.- me habló Vanessa mirandome-. Nosotros te vamos a dar un regalo

Se separo con brusquedad de mi lado y me empujó haciendo que cayera al suelo, en ese momento, los golpes empezaron, mis lágrimas no cesaban  vez en este año sea igual, probablemente Joaquín y Carlos vayan a irse de vacaciones con sus familias y Diego no podrá acompañarme a la cena de noche buena por su viaje de costumbre a otra parte de México. Eso era lo mas probable

-Feliz navidad.- gritaron los tres cuando se escucharon pasos en el pasillo, la señora de la limpieza ya estaba cerca, siempre se paseaba por los pasillos para asegurarse de que ya no hubiera ningún alumno, en ese momento, el taller se quedo solo, me quedé yo solo ahí dentro, con el silencio de acompañante y deje que mis sollozos fueran los únicos que hicieran ruido en esa triste aula. Después de todo, ni tuve tiempo para preguntar si ella tuvo la culpa de que atacaran a Joaco

-Chico... No se que tengas, pero ya no puedes estar aquí.- me dijo la señora de limpieza tocando mi hombro, sin decirle nada tomé mi mochila y limpie mis lagrimas para salir a prisa

JOAQUÍN

-Am, esa bola rosa es mia.- habló el personaje animado de la película que estaba viendo

-De echo la bola rosa es nuestra.- repetí junto a Sid, el personaje de la película que estaba viendo

-Nuestra? Y quien de ustedes dos es la mamá? - repetí una vez mas junto a Diego causando que al final me riera de la película

Tal vez pedirle a Carlos que le diera a mi mamá mi laptop para ver una película, no había sido una buena idea, la película que había puesto, no era la primera vez que la veía, ya hasta me la sabía de memoria pero aun así, daba risa y eso hacia que mi herida doliera, no un dolor insoportable pero si molesto, el doctor dijo que era normal y que probablemente hoy o mañana me daría de alta y yo daría todo por volver a mi casa, la cama de el hospital era muy incómoda. Ayer por la noche mamá, papá y mi hermana quisieron convencerme de irme de nuevo a Miami, pero no lo lograron, tuve que contarles de que la compañía de Emilio me hacia muy bien y con eso aceptaron en que me quedará, si no, capaz de que hubieran obligado a irme

Alguien tocó la puerta y pensando que era uno de los médicos, cerré la laptop, mamá dijo que tenia que prestar mucha atención a lo que dijera el doctor, ella junto a mi hermana y mi papá habían ido a comer algo. Desde ayer en la tarde, se la han pasado aquí. Cuando la puerta se abrió, sonreí. Era Emilio

-Hola.- me dijo sonriendo mientras entraba a la habitación-. ¿Como te sientes?.- cerró la puerta

-Mmh.. Bien.- contesté-. Ya sabes, me duele cada que me muevo o que me rio.- sonreí

-Es normal ¿que no?.- se sentó en el sillón

-Supongo.- el silencio se apoderó de la habitación, nuestras miradas conectaron, sus ojos mostraban más tristeza de lo acostumbrado-. ¿Hoy te molestó Vanessa?.- pregunté rompiendo con el silencio, mi pregunta fue respondida sin que Emilio dijera algo. Su brazo mostraba moretones nuevos y me di cuenta que una vez mas traía el labio partido

-No.- se levantó de el sillón y antes de que pudiera preguntarle otra cosa, tomó mi mano-. Oye, ¿donde pasaras navidad?

Me quede pensando, no la quería pasar en Lo Ángeles, todo era aburrido ahí, quería ver como se ponía México en navidad, ya había pasado muchas navidades con mi familia, después de todo, siempre era lo mismo

-Nose, ayer por la noche, Diego me preguntó lo mismo.- lo miré-. Me invitó a una excursión ¿vamos?.- pregunté con una sonrisa

Después de un rato, Emilio asintió. Esto sería lo mas genial que jamás haya echo
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Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora