Capítulo 59

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EMILIO

Ya habíamos llegado a Holbox ya que así como bajamos del avión en Cancún, Miriam nos subió a un barco que nos llevaría a la isla donde pasaríamos año nuevo. Joaquín y Carlos eran los más emocionados por conocer la playa que según YouTube tenía arena blanca, ellos habían dicho que toda parte de México era hermosa pero su emoción demostraba que algunos extranjeros les dijeron que Cancún era el mejor lugar para vacacionar

Cuando llegamos al hospedaje nos dimos cuenta que era una casa algo grande, al entrar lo único que se veía a la vista era unas escaleras que daban al piso de arriba donde estaban las habitaciones y el comedor, la pared de abajo estaba adornada tan solo con un mueble y un espejo, a un lado de la decoración había una puerta que había dicho Miriam que esa habitación se la quedaría José,ya que eran una familia pequeña y nadie los molestaría

Cuando subimos todo era muy bonito, las paredes estaban pintadas de color turquesa claro con blanco, los sillones eran lo primero que nos dió la bienvenida, eran color café con tonos de turqueza y una mesita de centro transparente que tenía un florero con rosas blancas, la cocina estaba a las espaldas de la sala y se veía que lo único que era blanco era el refrigerador ya que los muebles eran cafés, un pasillo daba a 5 puertas de color blanco. De nuevo, nos dieron habitaciones separadas, la que me tocó con Joaquín tenía pintada en la pared una palmera y estaban pintadas figuras como el mar y una que otra estrella marina, combinaban con el azul turquesa que tenía la casa, lo único que nos recibía al entrar al cuarto era la cama grande con una ligera cobija azul claro con blanco, con dos grandes ventanales a ambos lados de la cama, tenía la puerta blanca para ir a el baño y en el resto de la habitación solo estaba una sala muy pequeña con dos sillones de color turquesa y el armario en donde Joaquín y yo habíamos dejado nuestras cosas desde un inicio 

A decir verdad, casi nos peleabamos por quien tendría la habitación que daba una vista algo lejana al mar, pero Joaquín hizo un trato entre todos para que no nos fueramos a enojar por algo tan simple. La habitación de Carlos y Diego también estaba muy bonita la única diferencia era que tenía diferentes tonos de azul, cuando nos acomodamos en la casa y ya todos estaban cambiados de ropa por una mas fresca, Miriam nos llevó a desayunar para después ir a la playa, por lo que salimos de la casa con mi guitarra, ya que Diego me pidió que la llevara y una mochila donde estaba el dinero de nosotros cuatro y las toallas que pondríamos en la arena para poder sentarnos

-Está muy fría.- dijo Carlos sonriendo al sentir el agua helada del mar que iba y venía

-No te muevas, ahorita la caliento especialmente para ti.- le dijo Diego exagerando sus movimientos haciendo que Carlos se sacará de onda

-Ush, que sarcástico.- contestó Carlos entrando con nosotros hasta que el agua salada nos mojara gran parte de las piernas

-Joaquín, te mandaron a saludar.- dijo Diego cuando salió del mar ya que se había sumergido en el agua para poder mojarse sus cabellos semi rizados

-¿Quien?.- preguntó el chico bonito que estaba tomando fotos de el orizonte y después se volteó para verlo

-Chispitas.- contestó mi mejor amigo y salpicó de con agua a Joaquín con sus manos

-Ush, que mal chiste.- dijo Joaco con una sonrisa en la cara mientras hacia el intento de quitarse el agua salada de sus ojos, se dispuso a guardar su celular en aquella bolsita que impedía que el agua se metiera a su celular y, acto seguido, salpicó a Diego con mucha mas agua de la que mi amigo lo había mojado, y así, empezó la guerra de ver quien mojaba mas a quien con las pistolas de agua que habiamos comprado Diego y yo en un supermercado

No había mucha gente en el mar por que nos habiamos alejado de Míriam y sus hijos, aparte de que la isla apenas empezaba a ser turistica por lo que era casi una playa virgen, la tarde se empezó a ir de manera muy rápida por estar jugando con las olas y el agua, hicimos competencia para saber quien haría el mejor castillo de arena y en una ocasión Carlos se durmió en su toalla para secarse haciendo que Joaquín, Diego y yo lo enterraramos en la arena, nos pusimos a cantar canciones que se nos ocurrían cuando se puso el atardecer al rededor de las 6:00 de la tarde, la primer canción que cantamos de manera desafinada y corta fue una de Gloria Trevi, los cuatro empezabamos a ser fan de aquella cantante, solo nos sabíamos una y eso solo por que a Diego le había gustado mucho y la ponía a cada rato

Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora