Capítulo 24

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JOAQUÍN

Los días restantes de noviembre se fueron como agua. Diciembre llegó lleno de exámenes difíciles
Los maestros se había puesto más estrictos con nosotros y si antes los trabajos eran muchos, después de la llegada de diciembre, se hicieron más

Esa tarde de el 26 de noviembre no tuvimos oportunidad de hablar de el beso, Emilio buscaba un pretexto para no hablar de ello y el resto de esa tarde también la pasamos con Diego y Carlos. En parte, entendía muy bien a Emilio, tal vez y no hablaba del beso por no perder la amistad que teníamos, algo me hacía pensar que no debía de darle tanta importante

Y aun que nosotros no les dijimos nada de lo sucedido, cada que podían, mencionaban mas que el shipp que habían formado con el nombre de Emilio y el mio tal vez si era real y que se lo estábamos ocultado. Por que a decir verdad, ya ni siquiera nos molestabamos tanto en ocultarnos las miradas y sonrisas tontas que constantemente se daban sin querer entre Emilio y yo.

Ya estábamos en las ultimas semanas de clase antes de salir de vacaciones por diciembre, por lo que los fuertes trabajos fueron bajando hasta llegar a casi no hacer nada en el salón de clases

El día de hoy, nos encontrábamos en mi casa y no por que a Emilio le molestara que estuviéramos con el, si no por que a Carlos y a mi, en especial a mi, me era injusto que solo el desastre se hiciera en la casa de Emi. Estábamos jugando con la consola que mamá me había mandado desde Miami, ella decía que era mejor que lo tuviera aquí a que se descompusiera por no usarla y aun que yo le dije que eso no era posible, la mando junto con el dinero que mandaba cada mes y una carta me había mandado mi hermana Renata aun que no entiendo por que la mandó si ahora existe WhatsApp.

La noche no tardó mucho en llegar, ya todo el día nos la habíamos pasado viendo películas, bebiendo cerveza a medias y discutiendo para saber quien iba a ir a la tienda cada que el refresco o los dulces terminaban. Eran al rededor de las 9;00 de la noche y todos sabíamos que por lo peligroso que era, las tiendas que vendían dulces buenos ya había cerrado, por lo que quien fuera a comprar, tendría que ir hasta al supermercado

-Vas, esta ronda es la última.- habló Diego mientras volteaba a ver Emilio al mismo tiempo que subía su pierna al sillón-. Si tu pierdes, tu y Joaquín tienen que ir a comprar de nuevo la botana, si yo pierdo, Carlos y yo, iremos a comprar.- le extendió la mano

-Va.- Emilio también extendió su mano estrechando la mano de Diego. Y aun que los dulces abundaban, las frituras ya se estaban terminando y queríamos que lo ultimo que se fuera a comprar, durara hasta que el sueño, nos obligue a ir a la cama

Mis dos amigos se acomodaron una vez más en el sillón, seleccionaron el carro con el que preferían jugar y dieron un "play" A el control. En cuanto el semáforo de el videojuego que mi televisor nos dejaba ver, se puso en verde, ambos chicos arrancaron al instante, Emilio llegó a ser el segundo lugar en la primera vuelta y así se intentó mantener hasta la ultima vuelta en la que mas de una vez chocó con los obstáculos que el mismo videojuego ponía

-¡Buuumm! ¡Gane!.- soltó Diego mientras golpeaba sus piernas

-¡Yy! ¡Trampa!.- gritó Emilio sonriendo-. Arrancaste mas cuando era la ultima vuelta

-Por eso gane.- le contestó Diego mostrando su lengua-. ¿Revancha?.- estiro su mano esperando que Emilio la estrechara pero eso nunca paso

-No, ya es tarde y a lo mejor cierran el supermercado

-Bien.- dijo Diego y se sentó de nuevo en el sillón

Salimos enfrentando el frío que hacia en ese momento en la ciudad de México, fuimos platicando de cosas sin sentido hasta llegar a el supermercado en donde llevamos solamente dos refrescos y demasiados dulces aun que a mi parecer, el que iba a terminarselos todos iba a ser Carlos

EMILIO
Todo paso demasiado rápido, que ni siquiera me dio tiempo de juntar todo el valor de enfrentar a la persona que dañó a Joaquín

Íbamos ya de regreso a la casa de Joaquín, ya habíamos comprado las suficientes cosas para comer el resto de la noche, dulces, chocolates, galletas, dos refrescos, demasiadas frituras y apenas 3 vacitos de fruta iban en al rededor de 3 bolsas, Joaquín cargaba un refresco junto a una bolsa y yo otro junto a los dos bolsas restantes

-Entonces ¿Nunca has sabido por que Vanessa te tiene tanto coraje?.- me preguntó Joaquín cambiando de tema cuando ya estábamos por llegar

-No, a veces le preguntó y siempre cambia la respuesta.- alze los hombros

-O tal ves por que te tiene envidia.- me contesto también alzando los hombros

Reí suavemente, no era normal que una chica le tenga envidia a un chico de su misma edad

-¿Que me podría envidiar?.- pensé en voz alta causando que captara de nuevo la atención de Joaco

-Uh, no lo se, tal vez.... Tus caireles.- se puso de puntitas para tocar mi cabello-. O tus ojos o... Tal vez tu forma de ser... O tal vez ahora se la agarró mas contigo por que ya no tiene toda la atención para ella como antes.- me sonrió

Tal vez tenia razón, después de mi supuesta celebración de mi cumpleaños, la mayoría dejaron de mirarme como bicho raro por que supongo que las mentiras que Vanessa decía de mi dejaron de tener el peso tan fuerte que antes tenia

Yo cambié de tema, no me gustaba mucho hablar de Vanessa, menos cuando estaba con Joaquín. Comenzamos a jugar ya que en una de las bolsas que yo tenia cargando, traía los pingüinos que Joaquín habían comprado, se los quería comer ya, yo comencé a reír y a dar vueltas mientras caminaba para que no alcanzara la bolsa. Dimos tantas vueltas que cuando me detuve, Joaco quedó frente a mi, demasiado cerca.

Me quise acercar más para una vez mas, robar un beso de su boca, después de todo, habían pasado semanas después de el beso de el día de mi cumpleaños y quería probar sus labios una vez más, pero en ese momento un hombre con pasamontañas pasó demasiado cerca de nosotros, no nos hubiera importado si no hubiera sido por que aquel hombre enterró una navaja en el estomago de Joaquín, todo pasó demasiado rápido que cuando junte todo mi valor para enfrentarlo, el tipo ya había corrido como un cobarde

Joaquín puso su mano en donde lo habían lastimado, intentando que el sangrado parará

-Joaquín.- lo miré preocupado y en shock, estaba doblado por el dolor

-Estoy bien Emi.- dijo en un susurró de voz, intentó llegar a la banca que estaba cerca, pero solamente dio 3 pasos cuando ya estaba por caerse y antes de que llegara al suelo, solté las bolsas que tenia conmigo, importandome poco que se agitara el refresco y que las galletas que tenia adentro se rompieran, tome a Joaquín, caminando a la banca a la que quería llegar

-Por dios, Joaquín, como vas a estar bien.- mis ojos ya estaban inundados de lágrimas

Lleno de desesperación saqué mi celular llamando a la ambulancia, la señorita me respondió con toda la paciencia del mundo, mis nervios hicieron que varias veces me trabará con las palabras, pero al final, terminé dando bien los datos de donde me encontraba con Joaquín

-Joaquín, mirame, no dejes que el dolor te haga dormir.- acaricie su mejilla que estaba inundada de lágrimas por el dolor que tenia

-No lo haré, tranquilo.- me intento sonreir

-No voy a estar tranquilo hasta que venga la ambulancia.- besé su frente y mas a fuerzas que de ganas, me obligue a levantar los refrescos y las tantas frituras que habíamos comprado por que habían quedado a medio paso

¿Y si esto es plan de Vanessa? ¿Y si se la había agarrado más con Joaquín?
El solo pensar en que esa chica de cabello rubio había pasado de hacerme daño a mi, a hacerle daño a Joaquín, me hacia que el coraje que tenia creciera cada vez más. Una cosa era molestarme a mi y otra molestar y dañar a las personas que más quiero

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¿Ustedes que creen? ¿Creen que ese ataque haya sido por culpa de Vanessa? ¿Cuales son sus teorias?

No olviden dejar su voto y comentar que les pareció

Gracias por la paciencia
Gracias por estar aquí
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Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora