Capítulo 52

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NARRADOR

-¿Puedo preguntarte algo?.- preguntó Joaquín a Emilio

Después de un momento de estar en la playa platicando cosas triviales, ambos se quedaron en silencio, no era ningún secreto que Joaquín era una persona muy curiosa y preguntona, por lo que las dudas asaltaron su mente

¿Como es que Karina no fue a la cárcel después de que mató a Eduardo? ¿Los vecinos jamás escucharos los balazos? ¿Cuantas veces Emilio le dijo a su madre lo que le hacían y ella nunca hizo caso?

-Si.- respondió con duda y a la vez temor, no quería responder a nada, pero Joaquín era algo aparte, ver y estar al lado de Joaco es decirle que si a todo lo que él pidiera

-Cuando... Se fueron de aqui...- aclaró la voz, temeroso de que Emilio no fuera a responder, no quería que se pusiera triste de nuevo, mucho menos quería incomodarlo, solo quería encontrar la respuesta a sus dudas-. Tú... ¿Ya como te sentiste en ciudad de México? ¿Tu si te querías ir de aqui? ¿Alguna vez le dijiste a tu madre?.- miró al frente, intentado no cruzar la mirada de Emilio con la suya, hizo tres preguntas, pero fue por la curiosidad, cerró la boca antes de que preguntara cosas que no eran de su incumbencia

Emilio fingió una risita y fijó su mirada al cielo, ya estaba claro, ya habían pasado mas de una hora ahí

-Le dije muchas veces, en muchas ocasiones, le pedí que no me dejara solo con él, que me hacía cosas raras y que siempre me lastimaba, que mejor me iba a casa de mi abuela o que ya no fuera a trabajar, pero ella jamás me prestó atención, siempre le ponía mas atención a su trabajo y, contestando a la segunda pregunta, la verdad es que, yo solo quería que me alejaran de Eduardo, que alguien le dijera cosas y que ya no me volviera a tocar. Mis pensamientos infantiles me hacian creer que el mounstro debajo de la cama iba a salir y se lo iba a llevar para siempre, que tal vez papá iba a llegar y me salvaría para llevarme con él, pero por obvias razones aquello jamás sucedió. Por culpa de él, que me tocó y abusó cuantas veces quiso, me dió hafefobia.- suspiró con tristeza y miró su mano que aun estaba entrelazada con la de Joaco, no se quería alejar de él

-¿Que es eso?.- preguntó en un susurró, apenado por su ignorancia

-Es el miedo, pánico, a que te toquen.- contestó con tristeza, Emilio no quería llorar de nuevo, se había calmado y ya empezaba a dejar de doler su cabeza, pero no hacerlo fue imposible, recordarlo siempre lo ponía mal, incluso si no recuerda lo peor que le hicieron-. Pero fue lo único que superé con el tiempo, en parte fue por los psicólogos a los que mamá me llevaba y por Vanessa, la conozco a ella y a sus dos weyes desde que íbamos en primaria y desde que la conocí me pegaba. Jamás fui lo suficientemente valiente como para enfrentarme a ella.- guardó silencio y después habló de nuevo-. Y la verdad es que después de que llegamos a ciudad de México y ví que ya no íbamos a regresar, me sentí triste, por aqui en Veracruz mi papá había conocido a mi madre, aqui fui donde nací y donde podía recordar los bonitos momentos que viví con mi padre.- soltó una risita sin ninguna pisca de humor-. ¿Suena patetico no? Aqui nací, aqui crecí y aqui viví mi peor trauma.- su voz se fue haciendo mas bajita para entrecortarse y soltó las lágrimas retenidas sin hacer mucho ruido para que Joaquín no lo viera, pero fue imposible, el sol ya amenzaba con salir haciendo que él viera las lágrimas e inmediatamente sintió los brazos de Joaquín, ese chico jamás lo dejará solo

Por la mente de Joaco pasaban muchas cosas, le estaba guardando mucho coraje a Karina, ¿como fue posible que jamás se diera cuenta de que le hacian cosas a su hijo? ¿Por que le prestó mas atención a su trabajo?

Karina en su momento sabia a la perfección que Eduardo tenía problemas con la droga y el alcohol pero creyó en la promesa que Eduardo le hizo de ir a rehabilitación, ella jamás imaginó que dejarlo solo con la persona que empezaba a ganarse su corazón le haría tanto daño a su pequeño niño, por desgracia, jamás tenemos que dejar a los pequeños con personas que no conocemos

Ambos chicos se quedaron en silencio, uno intentando calmar sus lágrimas y otro besando la frente de su chico para intentar calmarlo, los minutos pasaron, tanto que sus celulares marcaron las 6:00 de la mañana

Ambos empezaban a tener sueño, después de todo aun no habían dormido mucho, fueron solo segundos los que Joaquín cerró los ojos, segundos que pasaron de manera muy rápida, en un abrir y cerrar de ojos ya el sol estaba a punto de empezar a calentar el arena

Emilio decidió que era momento de volver

-Ya deberíamos de irnos Joaco.- le dijo soltando un bostezo mientras se levantaba de aquella arena fría que el mar ya empezaba a tocar

-Si.- contestó Joaquín imitando el bostezo de Emilio

-¿Cuanto apuestas a que llego mas rápido que tu al mar?.- le dijo Emilio viendolo con una sonrisa, ya se veía mejor que hace unas horas, el mar estaba a tan solo 10 pasos gracias a que se fueron recorriendo entre cada plática

-Un beso.- susurró Joaquín

-Conste.- respondió Emilio viendolo con una sonrisa, se prepararon para correr y salieron disparados al mar, ambos sintieron la fría agua salada, pero al acostumbrarse se metieron hasta que su cuerpo lo permitió sin importales que después de aquel cambio de temperatura brusco les diera algún tipo de gripa

-Te gané.- respondió Joaquín con una sonrisa al salir a la superficie debido a que sus pies ya no tocaban el arena al igual que Emilio

-Fue trampa.- contestó el otro chico con una sonrisa

-No es cierto.- soltó una risita y se acercó a Emilio, dejando que él pusiera las manos en su cuello para después acercarse y juntar sus labios, Joaquín quería que aquel beso durara mas de lo normal, pero de lo contrario se iban a alejar demasiado de la orilla del mar

Al salir de aquella agua salada, no les quedó de otra manera que ponerse a correr hasta salir de el arena, puesto que no traían toalla para secarse, al empezar a caminar de regreso a la casa en la que estaban Carlos y Diego, Joaquín inconscientemente entrelazó su mano con la de Emilio, quien al darse cuenta se le sonrojaron las mejillas pero no hizo el intento de alejar su mano

Iban platicando de lo que querían hacer en el día, de cosas triviales e incluso de como eran las cosas que vivía Joaquín en Miami, para Joaco platicar de su casa y entorno era aburrido pero para Emilio era diferente, le daba curiosidad visitar Miami, siempre ha querido recorrer el mundo y conocer muchas otras culturas aparte de las que conoce en México. Joaquín lo veía platicar de las cosas que quisiera hacer a lo largo de su vida, escucharlo soñar con una sonrisa en la cara hacía que lo quiera proteger de todo

-¿Te digo algo?.- le dijo antes de llegar a la casa, Joaquín se acercó mas a el chico que le gustaba, lo miró sonriendo, Emilio asintió-. A la vez si quisiera ser un superhéroe y protogerte contra el mal.- le cantó de nuevo la canción que se habían dedicado hace muchos minutos, Emilio soltó una risita y miró al frente, tratando de recordar lo que seguía de la canción

-Y regalarte la vía láctea... En un plato de cereal.- le susurró estando mas cerca de Joaquín, se permitió robarle un beso que solo duro segundos

Ambos sonrieron después de aquel beso y siguieron caminando para entrar a la casa, si no hacían ningún ruido era probable que durmieran hasta las 11:00, después de todo, ya casi eran las 7:00 de la mañana

No cabía duda, de que Joaquín le daba color a la vida de Emilio y Emilio hacía que los colores de Joaquín brillaran mas, se hacian felices el uno al otro sin necesidad de hacer alguna cosa en específico

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Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora