Capítulo 50

610 82 45
                                    

⚠🤫🤫Este capítulo tiene varias menciones fuertes, se recomienda discreción 🤫🤫⚠

NARRADOR

11 años atrás

Eduardo empezó a tomar y a meterse droga, Karina se había ido a trabajar, era momento de poner en marcha las cosas que tenía en mente. Quería estar con el pequeño hijo de su novia. Emilio le había robado el corazón desde que lo conoció, su mente pervertida y sucia, le había dicho que ese niño inocente sería su nueva presa, la nueva diversión para que no se aburriera tanto mientras no tuviera  trabajo

-Oye Emi, ¿que juegas?.- le preguntó a el pequeño niño que estaba en la parte de en medio de la sala, estaba con muchos muñecos de peluche, todos estaban perfectamente alineados

-El señor Tedy es cantante, todos ellos son su público.- señaló los muñecos que estaban perfectamente acomodados en un círculo-.  Le están aplaudiendo por que sus canciones son bonitas.- le contestó Emilio con aquella tierna voz y casi sin prestarle atención, sin duda era un niño feliz-. ¿Tu no quieres jugar? Tu haces que el señor Tedy siga contando y yo juego con este.- tomó un conejo rosa

-Mejor tu con el señor Tedy y yo con tu conejito.- le sonrió de una rara manera

-No, este conejito no lo prestó por que mi papá me lo compró.- le contestó abrazando mas al pequeño muñeco, a Eduardo ya no le parecía extraño que Emilio mencionara a su padre, su progenitor siempre estaba presente en el pequeño niño

-Mejor juguemos a otra cosa.- hizo que el niño pusiera los peluches en el sillón y que se pusiera de pie

-¿Como que?.- contestó sin interés, no le apetecía cambiar de juego pero recordó que su madre le había dicho que tenía que ser amable con Eduardo

-Juguemos al doctor, ¿quieres? Es divertido

-Si, está bien.- contestó Emilio de manera tierna, le parecía interesante aquel juego, él jamás había jugado a eso y menos con algún adulto. Cargó a el niño, diciéndole que las consultas de un doctor se hacen en los cuartos.

Eduardo también había tenido una infancia bastante fea, su padre le pegaba mucho, tanto a él como a su madre y hermanos, los dejaba sin comer y casi no los dejaba salir, era triste la vida patética de Eduardo. Siempre tuvo la oportunidad de mejorar y olvidar su pasado infante, pero mejor se refugió el las drogas, en el alcohol, se convirtió en una persona podrida que se hacía pasar por buena gente para hacerle cosas sucias a los niños, por desgracia, los abusadores están en casa, en escuelas, no solamente en la calle, Eduardo tenía que entender que los niños no se tocan

-Bueno, vamos a jugar.- le dijo a Emilio al estar ya en su cuarto infantil y alegre

El juego empezó tranquilo, finguiendo que hacia una consulta, Eduardo y su mente asquerosa hicieron que Emilio tocara el genital de ese mounstro, siguiendo con el juego diciendole y simulando que era ahí donde tenía el problema, aun que después de eso, él empezó tocando partes íntimas de Emilio, haciendo que el niño se sintiera incómodo

Cuando el pequeño niño del que estaba abusando comenzó a llorar, su paciencia se le acabó, quería acabar con su inocencia de manera rápida, por lo que le pegó y regañó para que guardara silencio, le ordeno que quitara su pijama y toco mas sus pequeñas partes íntimas. La primera vez no lo embistió, solo toco su cuerpo y se toco el miembro enfrente de Emilio, el niño que a esa noche ya estaba llorando a mas no poder, sabía que aquello dejó de ser un juego

Harto de que Emilio estuviera llorando por media hora seguida, lo dejó, se acomodó el pantalón de nuevo y le sonrió

-Escucha, Emi, no quiero que le digas nada ni a tu mamá ni a nadie ¿me oíste?.- tomó la pequeña barbilla de el hijo de Karina para que sus ojitos llorosos lo mirarán

-¡Le voy a decir a mi mamá mañana que regrese!.- le gritó llorando, Eduardo soltó una risita sin ninguna gracia mientras lo veía

-No, Emi, no le vas a decir. Y si le dices, no te va a creer, eres un niño pequeño y tonto que siempre inventa muchas cosas.- se levantó con una sonrisa cínica de la cama en donde se había sentado-. Ahora duermete, que no te quiero volver a escuchar llorar.- despeinó el cabello de Emilio y se salió del cuarto, haciendo que el pequeño inocente llorara a mas no poder

La vida era tan injusta con Emilio

Actualidad
-

-Por eso creo que fue mi culpa, por no decirle a mamá.- Emilio ya le había contado todo a Joaquín, se estaba desahogando a profundidad-. Lo hizo cuantas veces quiso. Me pegaba si es que no le hacía caso, una vez me pegó enfrente de mi madre. Esa fue la única vez que le dijo algo por hacerme cosas. Todo eso duró como un año, año en el que me pegaba y violaba cuantas veces quería, hasta que mi mamá se dio cuenta. El estaba encima de mi.- abrazó sus piernas y miró al cielo, en un intento por hacer que sus lágrimas pararan, el simple echo de recordarlo le erizaba la piel-. Cada embestida dolía mas y mas, yo le pedía que ya me dejara en paz, el cuarto estaba abierto y mamá lo vio, le grito groserías y se fue de la puerta del cuarto, él me regañó, creo que mi madre estaba tan furiosa que fue a tomar una pistola, lo alejó de mí y le disparo cuantas veces pudo.- sus lágrimas salieron a mas no poder, era algo traumante-. Después de eso, mi madre empaco todo, me abrazó, me vistió y me metió a la camioneta que era de mi padre junto con todas las cosas. Yo vi cuando incendió mi casa. Fue mi culpa, desde que el empezó a abusar de mi, hasta que su asquerosa vida llegó a su fin y también tengo la culpa de que mi madre perdiera la casa que mi padre había comprado para ella.- escondió su cara entre sus piernas que tenía abrazadas y olvidando que no estaba solo, se puso a llorar de nuevo, contagiando de tristeza a Joaquín

-Emi.. Emilio mírame.- le susurró para que lo mirará, entre sus piernas estaba repitiendo que él tenía la culpa, verlo así después de ver como sonreía en todo el día, rompía mucho a Joaquín, un ángel como lo era Emilio nunca debió de haber sufrido aquellas cosas tan horribles, ningún niño lo merece.- Ángel, mírame.- le llamó como siempre quiso hacer, de la misma manera en la que le hablaban los padres de Emilio, el chico triste hizo caso-. Ángel tu no tienes culpa de nada.- tomó sus mejillas y limpió las lágrimas que seguían saliendo sin parar, Joaquín también estaba llorando.- Ese hombre ahorita mismo debe de estar pudriéndose en el infierno. Tu eras un niño que no sabía de eso, toda la culpa es de Eduardo y de tu mamá por no ponerte atención, gracias por confiarmelo, gracias por desahogarte conmigo.- lo abrazó por décima vez

-Toqué fondo Joaquín, ya no quiero recordarlo, quiero dormir sin que mi mente me haga estar despierto por los recuerdos involuntarios, ya no quiero despertar en plena noche por que su sonrisa cínica invade mi mente. Ya no quiero acordarme de él. Siempre quiero escapar, pero no existe lugar donde pueda huir de mi, estoy harto de eso..- habló contra el hombro de Joaquín

-Emi.- se separaron para que Joaquín pudiera ver a los ojos tristes de Emilio.- Dicen por ahí que cuando la tormenta toca al mar, después el sol sale aun mas hermoso, ya lo contaste, ese es el primer pasó, ya te desahogaste y con el tiempo lo irás superando, irás confiando más en ti.- le sonrió y limpió nuevamente las lágrimas, Emilio también le sonrió, dandole en pocas palabras las gracias por escucharlo

-¿Por que nunca llegaste mas temprano a mi vida? Te necesitaba tanto.- lloró de nuevo y se abrazaron una vez mas

La luna, el mar y las estrellas fueron testigos de aquel tierno abrazo. Los mismos testigos que fueron cuando todo aquello ocurrió, los que vieron todo cuando Karina llegó a esa misma playa para que el mar se llevará la culpa que sentía por haber matado a una persona

************************************
Gracias por la paciencia

Gracias por leer
Gracias por estar aqui

No olviden dejar su voto y comentar que les pareció ✨

Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora