xxiv.
POCO DESPUÉS DE LAS DOCE DE UNA madrugada de verano, lo único que mantenía despierta a Billie Jean eran los maullidos de Gato.
Ella, tía Cher y Tom se quedaron ese día haciéndole compañía al tío Alphard, que tenía su local en el callejón Knockturn abierto las 24 horas del día. Billie Jean y Tom estaban sentados junto al mostrador, los ronquidos del castaño dormido formándole coro a Gato. Su felino mascota naranjado se enrollaba alrededor de su pierna, restregándole los bigotes contra el tobillo y logrando, con el suave tacto de su brillante pelaje, que los párpados de Billie Jean se quedaran abiertos.
— Tom — murmuró, pateando su costado.
Él se quejó entre sueños, murmurándole una amenaza y una petición de que lo dejara en paz, cambiando de posición con su cara contra el frío mostrador. Billie Jean bufó, estirándose y colocándole una manta abrigada encima de los hombros.
La campanilla de la puerta sonó, indicando la llegada de un cliente. Ella parpadeó, extendiendo los brazos para quitarse la pereza que tenía.
— Bienvenida a... — ahogó un bostezo, cubriéndose la boca con la mano. Sus iris grises estaban un poco desenfocados, lo que solo hacía que viera la forma de la capucha negra cubriendo una cara pálida — ¿Qué clase de libros está... —otro bostezo, se maldijo internamente por no dejar a tía Cher el turno nocturno — buscando en específico?
— Me recomendaron el lugar por su discreción — inquirió la voz femenina. El cerebro de Billie Jean, tan aturdido del cansancio como estaba, no logró procesar del todo que esa era una voz que ella ya había escuchando antes. Definitivamente, una que nunca debió conocer en primer lugar — ¿Libros sobre almas?
Billie Jean asintió, colocándose de pie y tomando a Gato. Los maullidos de su mascota se hicieron más intensos, la cara aplastada de Gato en dirección a la desconocida. Billie Jean acarició su pelaje, tratando de relajar a su tensa mascota, que continúo mirando con sus felinos ojos azules desconfiadamente.
— ¿Almas en qué ámbito? — preguntó, perdiéndose entre las hileras de estantes.
Tío Alphard había sugerido a Billie Jean y Tom que tuvieran cuidado cuando trataran con los clientes; estando en el Callejón Knockturn, la mayoría de ellos eran bastante cuestionables. Por supuesto, a Alphard no le importaba realmente, por lo que dijo a Billie Jean y Tom cuando tía Cher no escuchaba, lo que estaba vendiendo eran los antiguos libros que pertenecían a la Noble y Ancestral Casa Black antes de que lo desheredaran. A Alphard no le interesaba mucho la legalidad del asunto, si con eso hacía dinero y jodía el nombre de su familia en el proceso.
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[4] TOCADISCOS ━━ harry potter
FanfictionCuando las cartas de Hogwarts arriban al pequeño apartamento de Lambeth que Billie Jean comparte con su tutora, Cher, y su hermano mayor, Tom, ninguno de ellos pudo haber esperado lo que el futuro les deparaba solo con asistir a la infame escuela de...