[4] TOCADISCOS ━━ harry potter

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xxvii.

CUANDO BILLIE JEAN BAJÓ DE SU CUARTO, temprano en la mañana, a la sala común de Hufflepuff, no se esperó encontrarse a Apolo sentado a horcadas sobre Cedric, besándose muy apasionadamente frente a la chimenea.

— ¡Oigan, no sean exhibicionistas! — les reprendió la rubia, sacudiendo su bolsa de libros y haciéndola sonar. 

Cedric prácticamente tiró a Apolo de su regazo, colocándose de pie y con las mejillas volviéndose rojas enfrentando a Billie Jean. Tenía la camiseta mal acomodada, los labios hinchados y el cabello alborotado, lo que era un buen indicador de que ya llevaban un rato allí. Ella trató de no reírse, solo por cortesía, mientras Apolo se quejaba desde el suelo y se acariciaba el culo.

— Eh — Cedric tartamudeó, frotándose las manos — Buenos días, BJ.

— Son más que buenos para ti, al parecer — señaló Billie Jean, levantando la ceja como burla al ver que el rostro de Cedric solo acentuaba el sonrojo. Casi parecía a punto de explotar. A ella le estaba costando controlarse sin querer avergonzarlo más — ¿Recibiste Janucá antes de tiempo, Ced?

— A veces olvido que eres judío — susurró Apolo, acomodándose el uniforme. A diferencia de Cedric, ni siquiera se inmutó de la presencia de Billie Jean, estirando su brazo y chocando los cinco a la chica ante la broma — ¿Dormiste bien, BJ?

— Mejor que nunca — Billie Jean se mordió el labio. Cedric tenía los ojos clavados en el suelo y las manos entrelazadas bajo su vientre, sin querer mirarla a la cara. Esto era tan hilarante, sobre todo por la risita que soltó a Apolo, para más vergüenza de Cedric — Tienes algo entre tus pantalones, Polo. ¿No te funcionó holgarlos este verano? 

— Nada que no pueda arreglar después — insinúo Apolo, cruzando los brazos sobre el pecho. Los ojos azules le brillaron tras las gafas antes de abrir la boca, lo que fue una señal para Billie Jean de que diría algo que sacaría a Cedric de sus casillas — Seguro Higgs no tiene problemas en darme una mano. 

Cedric alzó la cara, repentinamente enojado. Billie Jean emitió una carcajada. Apolo se veía muy triunfante cogiendo su mochila de libros del sofá y caminando hacía el túnel que daba salida a la sala común de Hufflepuff, revolviéndole el cabello al pasar junto a ella e ignorando a Cedric por completo. 

— Eso te lo mereces — dijo Billie Jean, señalándolo con su dedo índice. Cedric arrugó la nariz ofendido — ¡Vamos, Ced! Te gusta, le gustas. ¿Por qué no decides pedirle ser tu novio ya? Tú mismo lo estás empujando con Higgs haciendo todo este teatro. ¿Traerlo a la sala común y luego alejarlo sólo porque yo llegué? Eres mejor que eso, Diggory.