bad reputation

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xxviii.




LOS SUEÑOS CON SUS PADRES NUNCA se detuvieron para Billie Jean.

Cada noche, antes de acostarse a dormir, debía asegurarse de que tenía un hechizo silenciador alrededor de las cortinas de su cama de dosel. Cada noche, Billie Jean despertaba vuelta un mar de lágrimas, aferrada a Gato que intenta calmarla con sus maullidos y caricias, temblando a más no poder mientras recuerda, como en un disco rayado, todo lo que pudo ser su vida si ellos siguieran allí con ella. 

Era deprimente, y las ojeras la delataban.

— BJ — llamó Ron, esa mañana, notando la forma que tropieza contra la esquina de la mesa de Hufflepuff. Billie Jean hizo un sonidito de garganta, rascándose la nuca y asegurándose de tantear los objetos a su alrededor antes de sentarse. Susan, a un lado de Ron, comparte una mirada preocupada con el otro pelirrojo — ¿Acaso dormiste ayer?

— Estoy bien, Ronnie — murmuró, recostando la mejilla contra la palma de su mano, su codo apoyado en la madera. Susan y Ron tienen las mismas expresiones escépticas al oír la mentira — Chicos, de verdad. Tuve algunas pesadillas, pero no es nada de lo qué preocuparse.

Susan se ve muy preocupada.

— Deberías ir con Madame Pomfrey — sugirió, dejando los cubiertos encima de su plato y concentrándose en el estado deplorable en que se encontraba Billie Jean. Su cabello rubio no parecía peinado, sosteniéndose el flequillo de una forma rara con un cintillo color blanco. Las bolsas moradas bajo sus cristalinos ojos grises sólo hacen que se siente peor de no haber notado antes que algo estaba ocurriéndole a su mejor amiga — Ella te dará pociones para dormir sin sueños, B.

— A mí me funcionan — dijo Ron, dándole un mordisco a su tostada. Desde el inicio de año estaba tomando esas pociones, tener la habitación solitaria sin la cama de Chris le ocasionó malas noches a Ron — Susan tiene razón, BJ. Ve a la enfermería.

— Estoy bien — repitió Billie Jean, bostezando abiertamente — No necesito nada.

 Billie Jean se negaba a dejar de soñar con sus padres.

No los conoció, solo tenía fotos e historias vagas, las cuales tía Cher accedía a contarle solo si estaba de humor para hablar acerca de sus viejos amigos. Y en esos sueños, pesadillas, o lo que fueran, le brindaban a Billie Jean una sensación de confort que no quería acabara; tener a sus padres, que ellos la amaran, que ellos la vieran crecer, era algo a lo que no podía evitar aferrarse. 

Era egoísta, lo sabía. Y la hacía sentir mala persona. 

Agachó la cabeza y tomó la taza de café. En los últimos días, solo vivía gracias al café.  

[4] TOCADISCOS ━━ harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora