gimme love

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xiii.




HARRY SE DESPERTÓ A MEDIANOCHE empapado de su propio sudor.

La vela que él y Apolo mantenían encendida sobre la mesita de noche junto a la cama desgastada en la que Harry descansaba crepitaba aún, dándole una iluminación anaranjada a las sombras de la habitación que irritó la vista de Harry. Contando mentalmente cada respiración que daba para poder controlarse mejor, cogió las gafas debajo de la almohada y se las colocó.

Sus ojos zafiro recorrieron los rincones del ático, tratando de encontrar la razón tras esa sensación de cosquilleo que molestaba sus manos, casi como si se sintiera observado. ¿Cuál era la posibilidad que realmente se hubieran colado a un orfanato londinense?

— Polo — llamó, con voz susurrante — ¡Polo!

Apolo, que dormía en el colchón junto a la cama, le gruñó entre sueños que no lo molestara, girando su cuerpo y dándole la espalda a Harry.

Harry rodó los ojos, cogiendo la vela de la mesa de noche y colocándola en el suelo, dejando caer su cabeza y así poder ver debajo de la cama. La tabla suelta de madera, que Harry retiró tratando de ser lo más silencioso posible para no despertar a su hermano, contenía la libreta de dibujo de Harry y sus lápices de carboncillo, un escondite que Harry usaba normalmente con la intención de mantener las garras de la madre superiora lejos de sus regalos de cumpleaños.

Abrió la libreta y comenzó a dibujar.

Había tenido uno de sus extraños sueños, los que se le hicieron tan habituales a Harry desde que tenía memoria que lo único por lo que le preocupaban era para plasmarlos en sus dibujos. La escena no era muy diferente a las demás, el rayo de luz verde y la risa escalofriante era constante, aunque esa vez Harry pudo notar el destello de un par de ojos rojizos y otro par de ojos lilas, observando el cuerpo inerte junto a la cuna destruida y el bebé llorando. 

Suspiró con frustración cuando la imagen empezó a diluirse en sus recuerdos. Eso era otra cosa que también sucedía, Harry tenía poco tiempo para dibujarlo antes de que lo olvidara. Después de tantos sueños podía tener una panorama más claro de toda la escena, pero lo que sea que llegara nuevo se desvanecía rápido. Viendo el dibujo, al menos sabía que el suceso tenía más de un asesino.

Sabrá Merlín lo que Harry ve en sus sueños.

Se limpió las gotas de sudor de la frente y cambió de página, resignado a pasar otra noche en vela para descubrir el rostro de los aparentes asesinos. Tenía que gastar su tiempo, porque aún tardaría un poco antes de que amaneciera. Si se concentraba a completar su dibujo del espejo de Oesed, las horas se le pasarían más rápido y la madrugada acabaría sin que el insomnio se volviera tedioso para Harry.

[4] TOCADISCOS ━━ harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora