[4] TOCADISCOS ━━ harry potter

thriller 3.0

xxx.

GATO HABÍA LLEGADO A LA BIBLIOTECA mientras Billie Jean trataba de completar su trabajo de Herbología.

— ¿Es tuyo? — preguntó Parvati Patil, su compañera de trabajo. 

A un lado de la chica bonita de ascendencia India, Lavander Brown soltó un chillido entre dientes de ternura al ver al gato, que le enseñó los colmillos amenazadoramente y saltó al regazo de Billie Jean. Ambas Gryffindor miraron a la Hufflepuff, que sintió sus mejillas sonrojarse al hundir la mano entre el pelaje naranja de Gato y acariciar a su mascota. 

— Lo es — comentó, un poco avergonzada. Estaba segura que no permitían los gatos en la biblioteca. Miró a ambos lados, asegurándose que Madame Pince no estaba cerca de ellas — Estoy segura que lo dejé encerrado en el dormitorio. 

— Domar a los gatos es una actividad difícil — dijo Lavander, aún enternecida. 

Gato se veía bastante satisfecho de la atención, aunque nunca fue un animal particularmente sociable, y ronroneó contra el vientre de Billie Jean. A ella le pareció divertido la actitud casi arrogante y egocéntrica del animal. Se preguntaba si era algo copiado de sus anteriores dueños. Recordaba a la señora de la tienda de mascotas, cuando estuvo ahí la primera vez, decirle que Gato ya había sido vendido antes, devuelto a ellos luego de que lo encontraran vagando por las calles. Tener un mitad kneazle por ahí no era una buena idea según el Departamento de Regulación de Criaturas Mágicas del Ministerio. La dueña, dijo a Billie Jean, nunca logró enterarse qué sucedió al chico adolescente de sonrisa brillante que compró a Gato, tantos años atrás.

— No te preocupes — dijo Parvati, al ver que Billie Jean volvía a echar un vistazo corto a su alrededor — Madame Pince no se da cuenta de nada a menos que hables.

— Los chicos mayores vienen a besarse aquí por esa razón — agregó Lavander, y una oleada de calor golpeó el rostro de Billie Jean. Las Gryffindor frente a ella solo se rieron, como si hubieran estado esperando esa reacción — Apolo Potter lo encuentra muy acogedor, si todas las veces que se la pasa aquí dicen algo.

Ella se atragantó. Lo que menos quería era recordar lo hormonal que estaban sus amigos de grados superiores últimamente, sobre todo tras el incidente entre él y Cedric de la sala común. A parte, nunca creyó a Apolo inocente, considerando las miradas que compartió con Higgs todo el año anterior antes de que lo petrificaran. 

— Cedric Diggory parecía muy acalorado ayer, antes de irse — continúo Parvati, levantando su ceja de manera sugerente.

— Tú sabes algo de eso ¿cierto? — preguntó Lavander, con perspicacia.