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NOVIEMBRE NO FUE UN BUEN mes para nadie.
Más de la mitad del colegio odiaba a Harry; los de Hufflepuff, porque estaba robándole la gloria a Cedric, los de Ravenclaw, que creían que Harry haría cualquier cosa para obtener fama y los de Gryffindor, a quienes no les hizo mucha gracia que Slytherin, eternos rivales de la casa de los leones, tuvieran la oportunidad de ser el centro de atención, otra vez, gracias a él.
Durmstrang y Beauxbatons encontraron indignante que Hogwarts tuviera dos campeones y ellos no, así que no tardaron en sumarse a la campaña de: hagamos la vida de Harry imposible.
Claramente, las serpientes ya estaban acostumbradas a permanecer en el ojo del huracán. A ninguno de ellos les importó demasiado sacar la varita, hechizar a algunas cuantas personas y sonreír como si nunca hubieran roto un plato en la vida cuando veían lo que las demás casas parecían creer era un buen sabotaje hacia Harry.
— ¿Cuántos galeones viste en el suelo, McLaggen? — la atronadora risa de Malcolm cortó el vestíbulo, acompañado de demás serpientes presentes, mientras Cormac trataba de levantarse en el suelo con la poca dignidad que le quedaba tras haber tropezado cerca de las puertas del comedor por el maleficio piernas de gelatina que el gemelo Flint envió a él.
Una insignia de Potter Apesta le brillaba a McLaggen cerca del escudo de Gryffindor en la túnica. Harry, al verlo, decidió que no compadecería al idiota y disfrutó bastante el maleficio de Furúnculos que Daphne lanzó a su cara sin inmutarse. La insignia de Potter Apesta había estado de moda la última semana; fueron invención de Zacharias Smith, un Hufflepuff de su año, que las repartió gratuitamente a todo el colegio. Las serpientes estuvieron muy enojadas cuando se enteraron.
— Ningún Slytherin apesta — siseó Higgs, luego de unos días. Harry los encontró el jueves por la mañana en la sala común a él y Avery, la rival académica de Apolo, probando diferentes hechizos sobre una de las insignias para ver si podían cambiar el lema que estas rezaban y giraban como apoyo a Diggory — Si Polo ve esto, va a enloquecer.
— Él ya lo vio — le informó Avery, las cejas oscuras fruncidas en concentración. El grabado de la insignia perdió tonalidad, pero aparte de eso, nada fue alterado, lo que debió ser frustrante para ella porque gruñó las siguientes palabras: — Un Hufflepuff de nuestro año la tenía en la clase de Aritmancia. La profesora Vector castigó a Potter luego de que conjurara esas aves que estamos aprendiendo de Transformaciones y se las clavara en el culo.
— Malvado — Higgs sonrió maquiavélicamente — Ya he visto lo bueno que es con las aves asesinas.
Harry también se enteró lo bueno que era su hermano a la hora de emplear ese encantamiento.
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[4] TOCADISCOS ━━ harry potter
FanficCuando las cartas de Hogwarts arriban al pequeño apartamento de Lambeth que Billie Jean comparte con su tutora, Cher, y su hermano mayor, Tom, ninguno de ellos pudo haber esperado lo que el futuro les deparaba solo con asistir a la infame escuela de...