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EL ÚLTIMO DÍA DE JULIO, en el cumpleaños número 14 de Harry, Alphard Black consideró buena idea hacer una visita al departamento 303 en Londres tras recibir una carta de Cyrene.
Harry estuvo dibujando toda la mañana, oyendo de fondo los revoloteos de Tom y Billie Jean cantando una canción de Nirvana, Daphne (que se quedó a dormir ayer para pasarla juntos el día de su cumpleaños) metiendo dulces a su boca y señalando cada equivocación de afinación por parte de Tom sólo porque adoraba molestarlo. Gato maullaba desde el regazo de Harry, esperando recibir mimos por parte del novio de su dueña, que si no se equivocaba respecto a las conclusiones que sacó Billie Jean de ese día en la Casa de los Gritos, había sido uno de sus viejos dueños.
— ¿Quién diablos le colocó Gordo Gryffin? — Harry pensó en voz alta, deslizando el carboncillo sobre el boceto estampado. Sonrió un poco divertido de reconocer la forma; sin notarlo había estando dibujando al minino naranjado que se rascaba los bigotes muy satisfecho con la vida luego de que le dieran atún de comer — Es un nombre horrible.
— Sirius dijo que Gryffin de Gryffindor — explicó Billie Jean, respirando exageradamente al bajar del sofá a donde ella y Tom estaban subidos. Las gotas de sudor le caían al costado de la cara y en la frente, sus pies descalzos provocando un sonido seco contra la alfombra. Harry no se equivocó al pensar que, con la llegada de la pubertad y la desaparición de la grasa infantil de su rostro, Billie Jean tenía pómulos marcados y facciones puntiagudas; no existía una mejor manera de describirla, al estilo de Tim Burton — Fue idea de tu padre, era un orgulloso Gryffindor.
Harry trató de no removerse de incomodidad. Desde que tenía 11 años y había sido clasificado a Slytherin, no podía evitar preguntarse qué pensaría su padre si siguiera vivo, si viera a su hijo menor formar parte de la casa que acogió durante varios años muchos de los brujos oscuros de la historia del mundo mágico. Por supuesto, él y sus amigos siempre luchaban contra esos prejuicios y Harry no quería pensar que su padre podría tenerlos, considerando con quien se había casado, sin embargo... Sin embargo, Harry seguía siendo un chiquillo huérfano que buscaba la aprobación de los adultos, aprobación de un padre al que se le arrebató la oportunidad de tener.
Alejó esos pensamientos al instante antes de que empezara a deprimirse. Era su cumpleaños, el día debería resultarle feliz.
— ¿Y Gordo? — preguntó Daphne, ignorando (o decidiendo ignorar) la cantidad de vías de tren que se volvía la mente de Harry y dándole un vistazo al gato anaranjado, viéndolo lamerse la pata sin darles un poco de su consideración. Casi se rio, el bicho narcisista ese — El pobre Gato no está tan gordo.
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[4] TOCADISCOS ━━ harry potter
أدب الهواةCuando las cartas de Hogwarts arriban al pequeño apartamento de Lambeth que Billie Jean comparte con su tutora, Cher, y su hermano mayor, Tom, ninguno de ellos pudo haber esperado lo que el futuro les deparaba solo con asistir a la infame escuela de...