[4] TOCADISCOS ━━ harry potter

And you say you belong to me, and ease my mind (extra IV. Potter & Rowle)

iv.

JAMES POTTER ya no estaba muy seguro de porqué creyó buena idea comprarle un gato a su esposa CYRENE ROWLE como su regalo de aniversario, baby shower y presente de bodas.

Por supuesto, James a veces tomaba mala decisiones (sólo a veces, ¿vale? hay cosas de las que no se arrepiente de haber hecho). No es particularmente algo constante, pero lo hace. Sigue siendo un ser humano, no puede evitar recostarse cada noche en la cama matrimonial de la habitación principal de la cabaña en Valle de Godric y repasar toda su vida preguntándose qué hizo mal para terminar ahí, persiguiendo al maldito gato infernal mitad kneazle que los odia a todos excepto a él, su esposa y su hijo de cinco meses, Apolo.

— ¡Gordo Gryffin! — gritó, bajando las escaleras y rezando por no hacer mucho ruido que llame la atención de la hermosa rubia en la bañera. Cyrene va a intentar matarlo como se entere que está caminando descalzo, a mitad del invierno de 1978, y también se quejara porque no es un buen ejemplo que debería darle a su hijo recién nacido. Maldito gato del demonio — ¡Gordo Gryffin, ven aquí! ¡Es hora de comer, amigo!

Algo que pareció un jarrón estrellándose en el suelo hizo saltar a James, girándose a la sala con la chimenea encendida y encontrándose al felino anaranjado de pie sobre la mesa de centro, el horrendo florero de patrones geométricos que James intentó dar a sus padres antes de que se mudaran, un regalo de bodas de su cuñada Menthe a Cyrene, roto y los pedacitos repartidos por la alfombra. 

Una maldición de felicidad escapó de sus labios al oír el ronroneó de Gordo Gryffin, lamiéndose la pata como si no acabara de hacer que Cyrene colocara el grito en el cielo cuando se enterara que el regalo de su hermana ya no tenía lugar en el mundo terrenal.

— Te daré atún por esto, gato mañoso — prometió James, acercándose velozmente y reteniendo al gato antes de que pudiera escaparse otra vez. Los pelos se le erizaron a Gordo Gryffin mientras James le alzaba, acercándole a su pecho y acariciándole detrás de las orejas, divertido de como se volvió una bola naranja de ronroneos y satisfacción con el movimiento rítmico de sus dedos.

Y Cyrene preguntaba porqué James creía que era la versión humana del gato endemoniado.

— ¿Qué fue ese ruido? — el goteo del agua contra la madera de las escaleras consiguió captar la atención de James, que dirigió de inmediato sus brillantes orbes avellana, ocultos detrás de gafas cuadradas, hacia el otro lado de la pared, viendo a la preciosa rubia sólo envuelta en toalla bajar a la primera planta de la cabaña.