[4] TOCADISCOS ━━ harry potter

hopelessly devoted to you

xxxiii.

EL COMIENZO DE LAS VACACIONES de invierno de 1993 no fueron las ideales para Billie Jean. 

Considerando que estuvo llorando la mayor parte de la madrugada, le sorprendió bastante ser capaz de despertarse para tomar el tren a King Cross el día de la víspera del solsticio de invierno. Ella y Tom decidieron, a finales del verano, que pasarían Yule con tía Cher, así que habían sido los primeros en colocar sus nombres en la lista de personas que volverían a casa esas vacaciones. 

Se restregó el ojo, arrastrando el baúl a través de los pasillos casi vacíos del tren, haciendo sonar su nariz mientras trataba de encontrar a Susan y Ron entre los compartimientos. Billie Jean ya no estaba segura de que tenía congestión de verdad o sólo eran los resultados de su prolongado llanto por la discusión con Harry. 

Harry. 

Aún le dolía recordar lo que se dijeron hacía unas pocas horas. 

— ¿BJ? — preguntó Tom, detrás de ella. Los ojos verdes la observaban, analíticos y preocupados— ¿Todo está bien? 

No. 

Y su aspecto no la estaba ayudando a ocultarlo. Era consciente de que tenía el cabello despeinado, los ojos hinchados, la nariz roja, la mirada cristalizada y rojiza, se le quedó marcada la almohada a la mejilla y la moquera no se detuvo todo el camino desde la entrada del castillo a la estación de Hogsmeade. Además, vestía de negro, lo que fue un poco gracioso considerando su afición a los estampados escoceses y los colores pasteles. Ni siquiera lo había notado, eligiendo la ropa a tientas de lo poco que no echó al baúl la noche anterior. Un resoplido escapó de sus labios recordándolo. 

— No quiero hablar de eso, Tom — susurró, restregándose el párpado una vez más. Le ardían los ojos, probablemente por el llanto. 

— Bien, adivinaré — decidió, encogiéndose de hombros — ¿Tiene que ver con Harry? Colocas esa cara cuando piensas en Harry — ante la mirada asesina que le regaló Billie Jean, Tom sonrió de lado — Te conozco más de lo que me das crédito, prima — ella bufó, Tom era de las personas más observadoras que conocía y no sólo eso, habían crecido juntos. Si había alguien que la entendía mejor que nadie, ese era él. Son familia — Te habló de Sirius ¿cierto? 

No pudo evitar tensarse, recordando que Tom y Harry compartían habitación. 

— ¿Él te dijo? 

— Tengo insomnio la última semana del semestre — Tom levantó la ceja, burlándose de ella en silencio por haberlo olvidado — Apareció en nuestra habitación a las cuatro y media de la madrugada y no se veía mejor que tú ahora, BJ. Me insultó y casi me hechizo para que me metiera en mis asuntos, pero sabes lo terco que soy y lo emocionalmente inestable que estaba Harry a esa hora. Terminó contándome lo que pasó ayer.