Capítulo XXII

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— ¡Guau!

Los escucho decir. Termino de bajar las escaleras y me detengo enfrente de ellos.

Helmanita... ¡Luces como una pincesa! —se acerca abrazarme.

— Luzco como una, pero quien, verdaderamente, lo es, eres tú, Natalie —le pellizco su pequeña naricilla.

— Bueno, amiga, ya tengo que irme, mi esposo me espera —Bell se despide de todos y sale de la casa.

— Mi niña, ¡Estás hermosa! Ryan quedará deslumbrado al verte —habla mi madre.

— Pero que no se deslumbre mucho —comenta mi papá, a lo que reímos. El timbre suena y estoy segura que es Ryan, por lo que le digo a mis padres que yo abro y cuando lo hago no es a Ryan a quien me encuentro.

— ¡Mami! —Se lanza hacia mí y lo atrapo—, ¡Estas bellísima, mamá! ¡Te extrañé!

— ¡Mi cielo, gracias! ¡Yo también te extrañé mucho, mi vida! —Lo lleno de besos; es una suerte que el labial que estoy usando sea de los que no se corren. Lo bajo y él entra a saludar.

— Hola, Eduard, buenas noches —lo saludo y él me recorre con la mirada.

— Buenas noches, Maddie, Guau... Estás... No tengo palabras, luces... Espectacular —creo que me sonrojo, es una suerte que sea de noche y no se pueda notar el tono rojizo en mis mejillas.

— Umm... Gracias. Se me acaba de ocurrir una idea, ¿Por qué no te quedas con Len una noche más y lo llevas mañana en la mañana al departamento?, estoy segura que llegaré muy entrada la noche y él estará muy feliz de pasar otra noche contigo y, tranquilo, esto no afectará tu fin de semana del mes —hablo con seguridad. Ambos se aman y mientras mi hijo no está pasando tiempo conmigo me gustaría que lo esté con él, sé que fui un poco irracional al principio, pero ya no más.

— Guau, Maddie, ¡Claro que sí! —A pesar de que su expresión es seria noto emoción en su voz—, yo sí quiero pasar tiempo con Len —Alzo una ceja divertida y él abre los ojos cayendo en cuenta de lo que acaba de decir —, no digo que tú no quieras pasar tiempo con él, claro que quieres, eres su madre e hiciste un gran trabajo estos últimos años, Lenin es un niño grandioso y me alegra que seas la madre de mi hijo, solo... Quiero recuperar el tiempo perdido con él —se apresura a explicar, estoy segura que cree que me ofendí.

Le digo que no se preocupe, que yo sé que soy una buena madre y que nadie me hará cambiar esa opinión de mí, puede que a veces lo dude, pero él no tiene porqué saberlo. Veo el auto de Ryan estacionarse y entro a la casa, le pido a mi madre que por favor le arregle otra muda de ropa a Lenin porque se quedará otra noche con su padre y ella asiente de acuerdo, antes de que suba me despido de ella, luego de mi padre y de mis hermanitos y por ultimo de mi hijo, en seguida vuelvo a salir.

— Bueno, Eduard, nos vemos mañana, que tengan una gran noche —mi novio llega a nosotros y lo saludo—, ¡Hola, mi amor! —le doy un beso de pico.

— ¡Hola, belleza! ¡Estás para comerte! —me muerde la oreja y yo rio un poco incómoda al tener a Eduard tan cerca de nosotros y que este vea nuestras demostraciones de afecto; sé que si él lo hiciera con su novia sentiría un pequeña molestia, lo que me hace confundir porque no debería. Lo insto a caminar y él le da una última mirada a Eduard antes de que empecemos a caminar hacia el auto y nos subamos a este para dirigirnos a la inauguración.

POV OMNISCIENTE.

Eduard y Lenin pasaron una noche agradable, no hicieron mucho, solo lograron ver una película antes de quedarse dormidos en la habitación del rubio mayor.

¿Nuestro "Felices Por Siempre"?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora