— Maddie... El abuelo... Tuvo un infarto... Y murió.
Mis ojos se cristalizan y me llevo una mano a la boca.
— ¿Qué? ¿Dónde? ¿Dónde estás? ¿Y Eduard?
Sé cuan apegados eran ellos al abuelo Luka, así que deben estar destrozados.
Si a mí me duele su muerte, no imagino como debe estar Eduard.
— Estamos en la funeraria... Mi hermano se desapareció y no sabemos dónde está... Por favor, Maddie, búscalo, él te necesita ahora más que nunca.
— Por supuesto, ya mismo salgo a buscarlo, hasta pronto —cuelgo la llamada—, ¡Oh, Dios mío! —por mis mejillas empiezan a bajar lágrimas, de dolor, tristeza y perdida. El abuelo Luka era un gran hombre, no creo que alguien tenga algo malo que decir de él y está de más señalar lo sabio que era.
Entonces mi mente rememora la última conversación que tuvimos, justo ayer que lo fui a visitar porque algo dentro de mí lo pedía.
>> — ¡Ay, niña! Hace no mucho yo tenía tu misma edad... Qué cosas no hice con mi amada Tiana durante ese tiempo —ambos sonreímos por la mención de la señora Lavrov. Su amor fue uno de esos que ya no se ven, puro, sincero y admirable—, la vida, aunque no lo parezca, es corta, niña, y pasa volando. Un día estamos vivos y gozando, o desperdiciando la vida, y al otro ya estamos muertos —hace una mueca melancólica.
— ¿Se amaron mucho, verdad? —cuando la pregunta sale de mi boca me doy cuenta de lo estúpida que ha sido.
— Nos seguimos amando, niña; nuestro amor traspasa cualquier muro, cualquier barrera, cualquier línea y cualquier plano, ella se fue antes de tiempo, pero esa mujer ha sido la única en todos los sentidos y lo seguirá siendo por siempre, sé que muy pronto nos reencontraremos y ya nada ni nadie nos separará —los ojos se me cristalizan, estoy conmovida por la forma en la que habla de su amor; aunque no debería sorprenderme, siempre termino igual cuando lo escucho hablar de su esposa—, pero, bueno, niña, a lo que iba, disfruta de la vida, disfruta del tiempo en el que convives con tus seres queridos, disfruta de cada momento. Nunca sabes lo que pasará, si alguien cercano a ti morirá o si esa persona eres tú, nadie tiene la vida comprada.
— Gracias, abuelo Luka —lo abrazo. <<
Que ironía.
Él mismo lo dijo: Un día estamos vivos y al otro ya estamos muertos.
Nunca sus palabras fueron tan acertadas.
— ¿Qué pasa, mami? —se acerca y me abraza.
— Mi niño —ladeo mi cabeza—, tu abuelito Luka —suspiro—, ha muerto mi vida, Dios lo llamó y ahora está a su lado, no lo volveremos a ver, Lenin, pero él siempre vivirá en nuestros corazones; en cuerpo ya no está, pero su esencia permanece aquí y nos cuidará siempre —le explico y él se aferra a mí.
— Pero Él... ¿Está mejor, verdad, mami? —pregunta entre sollozos.
— Sí, hijo, él está muy bien y junto a tu abuelita Tiana que es lo más importante.
— ¿Y papi?
— Tenemos que buscarlo, mi amor, él está muy triste y nos necesita a su lado —él asiente y camino hasta mi cuarto para buscar mi bolso.
(..❤..)
Luego de media hora llego a su departamento, el vigilante me dijo que sí se encuentra y como estamos en la lista de visitantes nos deja pasar sin anunciarnos. Salimos del ascensor y como la puerta no tiene seguro entramos.
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¿Nuestro "Felices Por Siempre"?
Romance"El amor te hace volar, lo malo es que nunca sabes qué rumbo tomará, o peor, si caerás" Ella es una chica que creció creyendo en los cuentos de hadas, en príncipes azules y en finales felices, y aunque sabe que nada es color de rosas ni como lo pint...