Capítulo I

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Soy una chica normal, nada cliché.

No soy la chica más bonita del instituto, pero tampoco la más fea; mi cuerpo no es el mejor ni el más curvilíneo, y aunque no soy plana tampoco tengo nada que presumir, por lo que repito, soy una chica normal, con la diferencia de que mi cabello me hace resaltar, soy pelirroja, natural, lo heredé de mi madre y no me quejo, amo mi cabello, sin embargo, no resulté afortunada al heredar los ojos de mis padres —azules, claros y oscuros—, tengo el mismo color de ojos que mi tía Alessia marrón verdosos, pero no me quejo, son bonitos y cuando me enojo se vuelven completamente verdes.

Soy buena en mis estudios, me gusta sacar buenas calificaciones por eso me esfuerzo, pero también me gusta divertirme, cada fin de semana salgo de fiesta con mis mejores amigos y mis padres me dan permiso porque su condición es que no descuide mis estudios, y ellos saben que no hay peor castigo para mí que sacar una mala nota y que gracias a ello me castiguen, no sé qué cosa es peor y eso los hace ser los mejores padres, me conocen muy bien.

No soy la persona más sociable, pero si alguien se acerca hablarme yo lo sigo y así es como he hecho la mayoría de mis amistades, me gusta llevarme bien con las personas, pero no sufro si le caigo mal a alguien, es natural que no le guste a todos.

En cuanto a chicos se trata podría decirse que sí soy un cliché, nunca me he enamorado por ende no he tenido novio, uno que otro chico me ha invitado a salir, pero nunca los he dejado llegar a más, tampoco es que me preocupe, solo tengo quince años, pronto dieciséis y mientras llega alguien a mi vida prefiero seguir disfrutando.

La relación con mi familia es muy buena, aunque eso puede que se deba a que no tengo muchos familiares, mis abuelos paternos y maternos ya fallecieron (tres de un ataque al corazón y mi abuela materna de cáncer de páncreas), mi padre no tiene hermanos, y Alessia, la hermana mayor de mi madre, vive en Francia —lugar de nacimiento de mi madre, mi tía y el mío—, pero a pesar de eso nos visita con frecuencia, para mi ella es como una segunda madre, Alessia no tiene hijos, así que no tengo primos, por lo que es una suerte que mi madre se haya embarazado de nuevo y yo haya tenido un hermanito con el que jugar y crecer.

Mañana iremos a la fiesta de cumpleaños del amigo de un amigo de mi mejor amigo, sí un poco confuso, pero ya qué, fiesta es fiesta. Isabella, mi mejor amiga, nos confeccionó el atuendo a ambas, ella ama diseñar ropa y no pierde ocasión para crear algo.

Mientras espero a que se haga mañana adelanto todo lo que pueda de tarea y cuando se hacen las cinco y media me baño, me cambio y mi padre me lleva al entrenamiento. Practico karate desde muy pequeña, mis padres quieren que sepa defenderme ante cualquiera que quiera hacerme daño, no siempre estarán conmigo y en este mundo existen personas malas que les gusta aprovecharse de niñas y en este caso de adolescente como lo soy yo.

Cuando regreso a casa, a eso de las ocho, mi madre me saluda con un beso y un abrazo, y mi hermanito de doce años me pregunta si jugaré videojuegos con él, entonces le respondo que sí, pero que después que me bañe y coma.

17 de enero de 2015.

Al día siguiente, como a las siete de la noche, mi madre me deja en casa de Bell, siempre que vamos de fiesta me quedo en casa de mi mejor amiga, mis padres confían mucho en mí y en mis mejores amigos.

— Pórtate bien, cuídate y no cometas ninguna locura —pide mi madre antes de que baje del auto. Siempre me dice lo mismo, creo que a veces tiene miedo de que quede embarazada siendo tan joven como le pasó a ella.

— Tranquila mamá, sé hasta qué punto divertirme —le doy un abrazo y bajo del auto, toco el timbre y es Bella quien me abre, saluda a mi madre y entramos a la casa, me dice que su madre está en la habitación y que no hagamos mucho ruido porque le duele la cabeza, asiento y subimos a su habitación.

¿Nuestro "Felices Por Siempre"?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora