Estamos todas en el salón de la casa arreglándonos. Eduard se encuentra en casa de sus padres. Luego de maquillarme, todas con cuidado me ayudan a colocar el hermoso vestido blanco que Isabella creó para mí; la parte de arriba tiene un escote en uve, manga larga y con apliques florales, hay una cinta blanca entre mis pechos y el comienzo de mi estómago, la falda es de tul, sin cola y tiene unos cuantos apliques, pero no muchos; ya mis bebés hacen que resalte. El vestido es sencillo, sin embargo, no deja de ser hermoso y me representa a la perfección.
— Bella, espera —le pido antes de que salga. Ya estamos todos en la iglesia y antes de salir quise tener una conversación a solas con mi mejor amiga—, ¿Algún último consejo antes de casarme? —ella se lo piensa por un momento.
— No es un consejo, es una confesión y tal vez no sea adecuado decirla ahora, pero no puedo callar más; Eduard no te merece, y sí, llevo enamorada de ti desde siempre —me toma la mano y me la besa—, si sientes lo mismo por mí no te cases, podemos escaparnos y hacer una vida juntas —ambas nos miramos, ella seria y yo asombrada.
No logramos contenernos más y nos largamos a reír.
— De acuerdo, eso fue muy divertido —los ojos se me cristalizan de tanto reír.
— Lo siento, de verdad quería hacerte esa broma antes de salir allá. Ahora, respondiendo a tu pregunta, el matrimonio es difícil, está lleno de buenos y malos momentos, ¿Pero sabes que es lo mejor? —Niego—, que los momentos malos pueden terminar en buenos porque las reconciliaciones luego de una discusión son las más deliciosas y placenteras —me guiña el ojo y no puedo evitar reír de nuevo, con ella nada es en serio, pero así la amo.
POV OMNISCIENTE.
— Tranquilo, hermano, ya saldrá, no es como si te fuera a dejar plantado —bromea Aiden al ver que su hermano no deja de moverse.
— No es eso, sé que mi chaparrita al igual que yo desea casarse conmigo, es solo que quiero verla; esta semana apenas hemos coincidido y no la veo desde ayer. Además, ansío admirarla en su vestido de novia —habla Eduard un poco desesperado.
— Si te hace sentir mejor, mi hermana me envió una foto y se ve hermosa —menciona Ian. Cada uno tiene a su propio padrino y madrina, los de Maddie son: Ian e Isabella. Los de Eduard son: Elena y Aiden.
La música empieza a sonar, lo que hace que todos instalen sus miradas en la entrada, las madrinas caminan por el pasillo envueltas cada una en un vestido rojo de su propia elección, atrás de ellas vienen Mason, quien lleva los anillos; Natalie, quien es la niña de las flores; Y por último Ludmila, quien lleva un cartel que dice: papi, allí viene mami, tu futura esposa.
Eduard le sonríe a su hija encantado, luego cuando la novia hace acto de presencia con su padre de un brazo y su hijo del otro, todo deja de existir para él. En un principio, Maddie, no lo ve por estar detallando su alrededor, sin embargo, cuando su mirada se posa en el novio esboza una gran sonrisa.
Entonces, ambos se ven.
Marrón verdosos contra gris azulados.
No pueden apartar la vista el uno del otro. Ambos se encuentran fascinados.
Eduard parpadea múltiples veces, tratando de evitar soltarse a llorar; se siente decepcionado de Ian, la descripción que le dio con anterioridad no le llega a los talones. Maddie se ve maravillosa, no puede creer que la mujer que tiene enfrente vaya a ser su esposa y mucho menos, que a pesar de todo, ella lo ame. Este día le parece un sueño.
Maddie llega a su lado y como no puede contenerse, lo jala de la corbata y une sus labios; ambos sienten como si este fuera su primer beso, y es que hace días no se daban uno adecuadamente; mueven sus labios a un compás lento, disfrutándose y olvidando que un grupo de personas los mira.
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¿Nuestro "Felices Por Siempre"?
Romance"El amor te hace volar, lo malo es que nunca sabes qué rumbo tomará, o peor, si caerás" Ella es una chica que creció creyendo en los cuentos de hadas, en príncipes azules y en finales felices, y aunque sabe que nada es color de rosas ni como lo pint...