Capítulo XXXI parte II

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Terminamos de cenar.

Nuestra primera, de muchas, en casa.

Mando a nuestro hijo a la habitación para que Eduard y yo podamos conversar mientras terminamos de lavar los platos.

Yo lavo y él seca, como el equipo que somos ahora.

— Antes de irnos a dormir quiero que dejemos aclarados algunos puntos, puede que esta mudanza haya sido apresurada, pero tengo fe de que si aclaramos ciertas cosas ahora, no tendremos problemas adelante —él asiente de acuerdo, terminamos lo que estamos haciendo y caminamos hasta la sala para conversar cómodos—, quiero que las cuentas y los trabajos sean 50/50, y por supuesto que más adelante veamos la posibilidad de comprar una casa para los tres, y si decidimos ampliar la familia —lo veo tragar saliva y palidecer—, o no —niego tratando de no pensar en ello por los momentos. Tomo sus manos y las acaricio—, en fin, eso es lo quiero, que las responsabilidades sean compartidas.

— Y así será, chaparrita, ya sabes que yo no tengo la misma creencia que mi madre, que las mujeres nacieron solo para ocuparse de su hogar y su familia. Tú podrías ocuparte de pagar los servicios y si no te molesta yo puedo seguir pagándole al ama de llaves para que venga dos veces por semana a limpiar; entre tus estudios, nuestros trabajos y cuidar a nuestro hijo, no quiero que nuestro único tiempo libre se vaya en limpiar la casa.

— Está bien, pero nosotros nos ocupamos de nuestra ropa.

— Yo podría hacer el desayuno y llevar a Len a la escuela, ya sabes que me voy a trabajar temprano, tu podrías hacer el almuerzo y de la cena podríamos ocuparnos ambos o el que llegue temprano —ambos sonreímos; parece una locura, hace seis meses no quería saber nada de él y ahora estamos viviendo juntos—. Ven acá —me atrae hacia él, acomodo mis piernas en cada extremo de su cintura y me siento—, parece un sueño que tu estés aquí, que ambos los estén —esboza una sonrisa amplia.

— El más lindo de los sueños hecho realidad —ambos nos sonreímos y lo beso, nuestros labios se armonizan y danzan siguiendo una rutina que solo ellos conocen. Podría morir hoy y sería feliz.

— Te amo, Ojazos chispeantes.

— Te amo, Mon Amour.

25 de marzo de 2023.

— Isabella, hay mucha gente —hablo con los nervios a flor de piel. Hoy es el desfile de la línea de vestidos de mi mejor amiga y solo tengo algo que decir de ellos...

Son espectaculares.

El concepto de su línea es que no necesitas miles de dólares para tener un vestido bello y de lujo, no sé qué hizo, pero los vestidos tienen telas y adornos que cualquiera pensaría que cuestan mucho dinero cuando en realidad son muy accesibles.

— Lo sé, es una locura, aunque ¿Qué debía esperar? Mi hermano trabaja en una revista muy reconocida y mi cuñada es una modelo famosa, ambos tienen muchos contactos y no sé porque no creí que ellos invitarían a todos sus conocidos. Este es uno de mis sueños hecho realidad y no sabes lo contenta que estoy, tengo todo lo que una vez deseé —sus ojos se cristalizan y yo la abrazo.

— Y te lo mereces, bell, no sabes lo feliz que estoy por ti.

— Bueno, ya es hora.

— No, no —niego y abro a tope los ojos—, Isabella, voy a hacer el ridículo, yo canto y toco el piano, no modelo.

— Maddison —me toma por el rostro y me hace mirar sus grandes y brillantes ojos celestes—, lo harás fenomenal, solo recuerda los consejos que Kayla, las demás modelos y yo te dimos, no es gran cosa, amiga, no eres modelo, así que solo tienes que caminar con estilo y divertirte —asiento confiando en mi mejor amiga, quien a su vez está confiando en mí.

¿Nuestro "Felices Por Siempre"?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora