Capítulo XXXVI

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05 de octubre de 2023.

Escucho el timbre sonar y me levanto a abrir la puerta, son mi madre, mi tía, Isabella, la señora Milena y Elena, las saludo con un beso en cada mejilla y las hago pasar, les ofrezco algo de beber y ellas lo rechazan, nos sentamos y les hago saber porqué están aquí y también que sus opiniones serán bien recibidas siempre y cuando no me las impongan y estén relacionadas con lo que Eduard y yo queremos; esto más que todo va dirigido a la madre de mi prometido.

Les explico la temática de la boda y aunque la señora Milena hace una mueca disgustada, se abstiene de decir algo.

— Bien, Elena —observo a la melliza de Eduard—, podrás imaginarte que quiero que te encargues del servicio de catering —ella asiente.

— Por supuesto, cuñada, hasta me iba a ofender sino me lo pedías. Conozco un excelente servicio de catering, coordino con ellos, les hago saber sus gustos y luego les aviso para las diversas pruebas, y yo misma haré el pastel de bodas. Siempre he soñado con hacerlo —habla ella emocionada y yo sonrío feliz, la hermandad entre Eduard, Aiden y ella es increíble.

— Bueno, como quieras, tú estás a cargo, tú decides que hacer o no, solo espero que tenga mucho chocolate, eh —ella ríe y me siento satisfecha con ello, poco a poco está retomando el rumbo de su vida y eso hace feliz a Eduard, por lo tanto a mí también—. Bella, quiero que te encargues de mi vestido de novia, y solo de eso, te doy poco tiempo para que lo diseñes y confecciones y no quiero que estés estresada por eso justo ahora —ella y mi mejor amigo rubio están tratando de embarazarse y el estrés puede retrasar el proceso.

— Me ofendes, Miller —niega cruzada de brazos—, desde que regresaste con Eduard he estado trabajando en tu vestido de novia —alzo las cejas asombrada—, claro que le hice modificaciones porque ciertas personitas no estaban incluidas en el modelo —señala mi vientre y yo suelto una carcajada—, luego te lo muestro. Les ayudaré en todo lo pueda, tú no te preocupes —le regalo una sonrisa agradecida y dirijo mi mirada al resto de mujeres.

— Ustedes se encargaran del resto y yo les ayudaré en mis limitados tiempos libres, con el trabajo, los estudios y Len mi tiempo libre es casi nulo, pero las ayudaré cuando pueda. Trabajen en sus tiempos libres, no quiero que detengan sus vidas por esto —la señora Milena me interrumpe.

— No te preocupes, Maddison, nosotras nos encargamos de coordinar nuestros horarios —opina y mi madre y Alessia la respaldan.

— Bien, eso es todo, avísenme cuando me necesiten y yo trataré de acudir, ahora tengo que irme —miro mi reloj—, dentro de poco Eddy llegará por mí, iremos a ver casas, estos bebés —masajeo mi vientre—, necesitarán un lugar más amplio para poder hacer travesuras —mi teléfono suena y es Eduard para avisarme que ya está abajo—, ya llegó, ¡Lenin! ¡Ya tenemos que irnos! —en menos de un minuto mi hijo está con nosotras, las saluda y luego salimos del departamento.

(..❤..)

— ¿Qué tal te pareció? —pregunta Eduard una vez salimos de la segunda casa.

— No me convence, el jardín es pequeño y ya sabes que quiero un jardín amplio donde nuestros hijos pueden jugar, correr. Además, quiero instalarle unos juegos para que los niños se mantengan entretenidos. ¿Y ya viste la cocina? Es diminuta, y aunque no soy una chef, me gusta tener espacio para cocinar, tú hermana se infartaría al ver esa cocina —ambos reímos.

— Bien, ¿Segura que aguantas ver más casas? No deberías esforzarte mucho, después tendrás los pies inflamados.

— Segura. Estoy bien, veamos dos casas más y ya lo dejamos para otro día, ¿Está bien?

¿Nuestro "Felices Por Siempre"?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora