Capítulo XXXI parte I

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16 de marzo de 2023.

Suspiro, me llevo las manos a la cara para luego bajarlas y salgo del ascensor, afuera del departamento me está esperando un Eduard muy guapo, no lleva traje, pero bien que su ropa cómoda podría hacerle competencia; esa camisa blanca y esos jeans rasgados lo hacen ver irresistible.

— Hola, Mon Amour —le beso la mejilla una vez llego a su lado.

— Hola, chaparrita, ¿Lista para tu sorpresa? —asiento emocionada, cuando se trata de sorpresas hechas por Eduard no sé qué esperar, pero siempre termino satisfecha—, ok, primero —saca un pañuelo de su bolsillo trasero y me cubre los ojos.

Me hace caminar, escucho como cierra la puerta y me guía hacia algún lado, todavía no me encuentro familiarizada con el espacio y no sé a dónde me lleva, nos detenemos en un lugar y me pide que me quite los zapatos, como son unas sandalias no es complicado hacerlo, damos unos cuantos pasos más y siento una superficie acolchada, me pide me siente y seguido de esto me quita la venda y me quedo encantada observando mi alrededor.

Ambos nos encontramos sentados en un fuerte de sabanas, muy bien iluminado con luces pequeñas decorativas y afuera donde no llegan las sabanas hay una bandeja que contiene dos copas, una botella de champan, un plato con frutas cubiertas de chocolate blanco —mi favorito—, dos trozos de pastel de chocolate y una caja de pizza.

— ¿Pretendes engordarme, Mon Amour? —pregunto con las cejas enarcadas y una sonrisa burlona.

— No, solo complazco todos tus antojos —responde mirándome embelesado.

— Esto es hermoso, Eddy, gracias por esta sorpresa, se me había olvidado lo romántico que puedes llegar a ser.

— En ese caso me encargaré de recordártelo todos los días del resto de tu vida —con su mano empieza acariciarme la mejilla y yo cierro los ojos disfrutando de su tacto, de sus caricias.

— ¿Ya podemos besarnos?

— No —hago un gesto de querer llorar y él se ríe—, quiero que lo nuestro quede claro y que nuestro primer beso sea para sellar nuestra relación —suspiro resignada y asiento para complacerlo, lo mismo pasó cuando nos hicimos novios por primera vez, así que debí suponerlo—, ¿Viste bien la luces? —iba asentir, pero entonces algo capta mi atención.

Entre la separación de luz y luz están atados unos papelito, miro a Eduard intrigada y este me dice que cada uno contiene una razón por la que me ama, le sonrío enternecida y tomo uno de los papelitos.

"Razón N#10 por la que te amo:

Porque tienes un corazón tan grande, capaz de ser justo y de perdonar ".

Tomo otro.

"Razón N# 11 por la que te amo:

Porque contigo siento que puedo hacer cualquier cosa y sé que me apoyarás".

"Razón N# 12 por la que te amo:

Porque me quieres tal y como soy, comprendes y aceptas mis defectos, mis errores y mis fortalezas".

"Razón N# 13 por la que te amo:

Porque a tu lado sé que cada día será diferente, tú y mi hijo son la mejor parte de mi día".

Mis ojos se cristalizan, estoy conmovida por sus palabras, miro a mi alrededor y puedo contar más de cincuenta papelitos, tomo tres más y los leo.

"Razón N# 36 por la que te amo:

Porque tu belleza me cautivó, pero tú inteligencia me conquistó y tu personalidad me enamoró".

¿Nuestro "Felices Por Siempre"?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora