31 de diciembre de 2022.
— 5, 4, 3, 2, 1... ¡Feliz año nuevo!
Gracias Dios, por todas las bendiciones que nos y me has dado en este año que pasó.
Gracias, por darnos otro año fructífero.
Gracias, por haberme dado el don del perdón.
Gracias, por haber devuelto a mi vida a las personas que más quiero.
Gracias, por las oportunidades que se me han presentado.
Gracias, gracias por todo.
Y Dios, para este nuevo año quiero pedirte muchas cosas, entre ellas que este año sea mucho mejor que el pasado, que me des la valentía y sabiduría para enfrentar los problemas —sobre todo los amorosos— y para decidirme por un chico, por el que me ame y yo ame y sobre todo, por el que no me falle. Señor, te lo pido de todo corazón, amén.
Miro a mi familia con felicidad y lágrimas en los ojos, y los abrazo.
Por muchos años más al lado de mi familia.
03 de enero de 2022.
— ¿Crees que les guste, mami? —se lleva las uñas a la boca, se las bajo enseguida porque odio cuando hace eso y luego me agacho frente a él.
— Mi amor, no estés nervioso. Para tu padre, el mejor regalo que puedes darle es tu presencia, igual a tu tía, por lo que ellos amarán cualquier cosa que les des —le beso la mejilla y me levanto para luego tocar la puerta del departamento.
Hoy es el cumpleaños de Eduard y Elena, mi hijo y yo estuvimos pensando que regalarles hasta que vi en internet una idea maravillosa que sé que les encantará.
La puerta se abre y vemos a Eduard, así que gritamos ¡Feliz cumpleaños! Len deja los regalos en el suelo, salta a los brazos de su padre y ambos se abrazan; si no tuviera las manos ocupadas les tomaría una foto, se ven tan lindos así. Me acerco a ambos y como puedo le doy un corto abrazo. Eduard nos hace pasar y le entrego los dos mini pasteles que mi hijo y yo hicimos, en ese momento aparece Lena y mi hijo y yo la abrazamos y felicitamos.
— Les trajimos pastel y regalo, para ti Eduard el de queso porque sé que te encanta y para ti Elena el de tiramisú.
— Gracias, Maddie —sonríe Elena.
— Sí, no hacía falta, pero no lo voy a despreciar —comenta Eduard con una leve sonrisa, me he dado cuenta que poco a poco está volviendo a ser la misma persona de antes, carismático, coqueto, alegre, Elena me había dicho que a raíz de lo que pasó hace más de 6 años él se volvió una persona inexpresiva, intolerante y testaruda, así que espero que le devolvamos... Digo, que mi hijo, le devuelva la razón para sonreír todo el tiempo.
— Pero lo que les va a fascinar será esto —Lenin le entrega el cuadro a su padre y yo a Elena, ambos le quitan el papel de regalo y se quedan hipnotizados admirando el cuadro de fotos.
Mi hijo y yo les regalamos un cuadro de fotos de cada uno con Len, el cuadro tiene una foto grande de mi hijo con su padre —en el caso de Elena, una foto de ella con Len— y alrededor pequeñas fotos de Lenin, desde que estaba en mi vientre hasta la actualidad. Me pareció el regalo perfecto para ambos porque sé que quieren tener un recuerdo de Len de más pequeño.
— ¡Oh, Maddie! ¡Muchas gracias por esto! —Elena me abraza y luego lo hace con Lenin, observo a Eduard y él, al igual que su hermana, tiene los ojos llenos de lágrimas, Eduard se disculpa y lo vemos desaparecer por el pasillo, le pregunto a Lena cual es la habitación de su hermano y cuando me responde me dispongo a buscarlo.
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¿Nuestro "Felices Por Siempre"?
Roman d'amour"El amor te hace volar, lo malo es que nunca sabes qué rumbo tomará, o peor, si caerás" Ella es una chica que creció creyendo en los cuentos de hadas, en príncipes azules y en finales felices, y aunque sabe que nada es color de rosas ni como lo pint...