CAP 23

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Aquel jueves por la tarde el clima era gris, las nubes cubrían el cielo en su totalidad, el viento recorría las calles anticipando la tormenta. Hoseok miraba a través de la ventana de su departamento con un dejo de nostalgia. Luego de lo ocurrido el sábado, sentía un vacío en su interior que le dolía cada vez mas. El lunes había sido una clase realmente dura, el ambiente denotaba incomodidad. Jimin había estado raro, perdido, con ojos tristes. Yugyeom lo había mirado a Hobi con furia, ignorando las correcciones del mayor. A Jeno, Jisung y Moonbin se los había visto confundidos ante la situación, Hobi suponía que ellos no eran tan cercanos a Jimin como para saber del asunto. Pero la peor parte de la clase había sido cuando al terminar, el rubio se acercó para comunicarle que se bajaba de las clases. No dio muchas explicaciones, simplemente le había dicho que quería priorizar otras cosas. Pero Hoseok sabía mejor que nadie la verdadera razón y se odiaba por eso.
Ese jueves había cancelado la clase por el clima, no quería que sus alumnos se enfermasen por culpa de la lluvia que se avecinaba. Y tampoco tenía ánimos de salir de su casa. Estaba angustiado, había arruinado todo por completo. Odiaba ser tan débil, deseaba con toda su fuerza poder alejar a Taemin de su vida, pero no era tan fácil. Él había sido su mayor sostén durante años, Lucifer lo había querido como nunca nadie en su vida y eso era difícil de olvidar. Fue el primero en hacerlo sentir especial, en lograr que se animara a luchar por sus sueños, en hacerlo sentir alguien en esta vida. Aunque también tenía claro lo manipulador que había sido, como había ocultado su relación para priorizar su imagen, como lo había lastimado tantas veces no solo verbalmente. Era tan agobiante esta situación, una parte de él quería escapar de Taemin, pero otra parte sentía que si lo perdía, no tendría a nadie mas. Porque Hobi tenía mucho miedo a estar solo, pero su mayor miedo era volverse a enamorar y que lo vuelvan a lastimar. No lo soportaría.
Quería ser un sujeto frío, carente de sentimiento alguno y hasta hace algún tiempo atrás creía haberlo logrado. Pero Jimin rompió con esa carcasa de hielo que se había creado. El niño era tan puro, tan bueno, lleno de buenos sentimientos que lo hacían ablandarse. Había sacado un rasgo protector en él que desconocía por completo. Lo quería cuidar, protegerlo de todo mal. Arreglar sus piezas rotas, hacerlo sonreír. Sentimientos que el mayor jamás había experimentado. El juego que el mayor quería jugar era solo sexo y diversión, pero el pequeño dio vuelta el tablero e impuso sus propias reglas, quizás demasiado riesgosas para el bien de ambos. Y Hoseok no está dispuesto a jugar de esa forma. Y quizás esto que ocurrió era lo mejor para ambos, Jimin merecía alguien mejor, una persona que lo ame y lo haga sentir vivo como nunca nadie lo hizo en su vida. Un ser humano que le de el cariño y sostén que tanto necesitaba. Merecía un ser valiente, alguien que se la juegue por su amor. No un cobarde como él.
Observó como caían las primeras gotas, la tormenta había comenzado. Cerró todas las ventanas para que el agua no se meta en su departamento. Fue en busca de un viejo sweater, había refrescado un poco. Se dirigió a la cocina, buscó una taza y se preparó un café. Lavó algunos platos que habían quedado sucios. Tomó su taza y se dirigió a un sillón junto a la ventana. Puso algo de música con su celular, para romper con aquel silencio tan doloroso. Mickey se subió al sillón y se acurrucó junto a él. Le acarició las orejas y ambos miraron la lluvia caer. El otoño se acercaba no solo en Seoul, sino en su corazón.

The thick color of a rainy day in Seoul
I still can't fall asleep as I fade away
The rain stops and the reflection in the puddle
I see myself looking more miserable today

Just Dance [HOPEMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora