Luego de aquel domingo repleto de emociones, la paz reinaba en la Academia de Lee Taemin. La clase del lunes fue relajada e incluso mas corta de lo usual. La primera media hora se dedicaron a hablar de la muestra, repasando las pequeñas fallas que notaron, para poder mejorar. El resto del tiempo ensayaron pero de forma mas liviana, Hobi no quería exigirlos demasiado. Sabía que el día anterior había sido pesado y que los chicos cargaban con mucho cansancio físico y mental. Y los entendía, él también se sentía agotado. Había sido un evento repleto de emociones, tanto buenas como malas. Estaba orgulloso de los chicos, de lo bien que salió la muestra, de lo mucho que se esforzaron. Pero también se sentía raro con el noviazgo oficializado de Taemin y Minho, le removió sentimientos que creía tener muertos. Se sentía avergonzado de que los chicos lo hayan visto mal, llorando. A esa altura se imaginaba que todos sabían la verdad y se sentía extraño, se había esforzado tanto en mantenerlo oculto y el mismo lo había arruinado. Pero para su sorpresa, ninguno de los chicos preguntó nada al respecto. Fue un alivio ya que no tenía idea que decir al respecto. Agradecía tener alumnos tan respetuosos, o al menos alumnos poco curiosos.
Al finalizar la clase, los jóvenes se despidieron de él, dejándolo solo. Todos salvo Jimin, que se había ido al vestuario a dar vueltas hasta que se fueran todos, para no levantar sospechas. Al cabo de quince minutos, salió de su escondite y se dirigió directamente al estacionamiento, donde el mayor lo esperaba ya subido en el auto. Caminó tranquilo, aunque sus manos temblaban un poco. Estaba nervioso, era la primera vez que se quedaba en casa de alguien que no fuera ninguno de sus amigos. Y mas aún, porque presentía lo que quizás pasaría. Había soñado tantas veces con su primera vez, aunque nunca había logrado ponerle un rostro exacto a la persona con la que imaginaba esa situación, ya que nunca sintió una atracción muy fuerte por nadie en el pasado. Pero últimamente esa persona anónima de sus sueños había adoptado un rostro familiar, ni mas ni menos que el de Jung Hoseok, el hombre que le quitaba el sueño desde hacía meses. La persona con la que se dejó llevar tantas veces, con el que quería romper cualquier limite del bien y el mal. Porque detrás del rostro inocente de Jimin, se escondían mil fantasías que ni siquiera se animaba a pronunciar en voz alta. Su imaginación era terrible, no paraba un segundo de fantasear en las noches de soledad. Había momentos donde se imaginaba situaciones mas soft, donde el mayor lo trataba con dulzura y cariño, transmitiéndole una sensación de paz y protección. Pero en otras ocasiones donde sus hormonas explotaban, las imágenes que se le venían a la cabeza eran muy lejanas a la dulzura. Se imaginaba situaciones mas intensas, en lugares indebidos, cumpliendo sus kinks, jugando con los limites. Su cuerpo quería experimentar tantas cosas pero su mente estaba repleta de miedos producidos por la vida que tuvo. Solo lo entenderían quienes lo vivieron, el abuso sexual marca un antes y un después en tu vida, te corrompe, te lastima, te arruina la psiquis. Se necesitan años de terapia y un entorno que acompañe para poder superarlo, o al menos intentar vivir con ello sin volverte loco. Y el joven solo tenía a sus amigos, porque nunca se lo mencionó a sus padres. Y para ser honestos, cada vez tenía menos intenciones de hacerlo. Quizás sería bueno decírselo a Hoseok...no, no era buena idea. ¿Y si se lo decía y él se alejaba? No, no podía imaginárselo, sería un dolor del cual no podría recuperarse jamas. Lo mejor era no pensar tanto, porque sino iba a explotar.
Al llegar al auto, el mayor sacó el seguro y Jimin ingresó al vehículo. Cerró la puerta y le dio un beso suave al moreno, quien le sonrió apenas despegaron sus labios. Encendió el auto y comenzó el camino de vuelta a casa. Jimin encendió la radio, para poner música de fondo y que no sea tan tenso el viaje.
-¿Te molesta la música Hyung?-preguntó.
-No bebé, al contrario, me gusta manejar con música de fondo.-respondió el mayor.
-Debe ser lindo manejar...-susurró el menor.
-Deberías hacerlo, es relajante. Al menos para mi.
-Supongo...no se hacerlo de todas formas.-respondió Jimin apenado.
-¿Queres que te enseñe a manejar?-preguntó el mayor.
-¿No te molesta Hyung?
-No realmente, tengo vocación de profesor por si no lo notaste.-contestó entre risas.
El menor rió ante el comentario, le gustaba ver esa faceta divertida de Hobi. Amaba verlo reír, amaba ver sus hoyuelos marcarse en sus mejillas.
-Jimin, una pregunta.
-¿Si Hyung?
-¿Por que seguís diciéndome Hyung? A esta altura podes decirme Hobi.
El menor sintió como sus mejillas enrojecieron por completo, no se esperaba esa pregunta.
-Me parece mas suave que decirte Daddy.-respondió agachando la cabeza.
-¡JIMIN!- exclamó el mayor, intentando contener la risa pero al cabo de unos segundos explotó en carcajadas.
Al llegar al departamento, Hoseok estacionó el auto en el garage y ambos bajaron. Caminaron hasta el edificio tomados de la mano, intentando no reírse mas del comentario de Jimin. Saludaron al encargado del edificio y se dirigieron al ascensor. Esperaron unos minutos hasta que las puertas se abrieron y pudieron entrar. El moreno marcó el piso de su departamento y ambos vieron las puertas cerrarse. Hoseok acorraló a Jimin contra una de las paredes del ascensor y acarició la mejilla del menor. Sus respiraciones se entremezclaban debido a la cercanía de ambos.
-¿Con que Daddy eh? Interesante...-pronunció.
-Eh...bueno...yo...
-No necesito explicaciones bebé.
El mayor apoyó su bolso en el piso, lo tomó por la cintura y lo besó con desesperación. Sus lenguas se encontraron y se saborearon con lujuria, sus cuerpos se necesitaban mas que nunca. Las manos de Hoseok bajaron al trasero del menor y lo apretó contra su cuerpo, logrando que al pequeño se le pusiera la piel de gallina. Se besaban con furia, se deseaban con locura. Pero el ascensor no era el lugar ideal para concretar sus fantasías, al menos no por ahora. El mayor se separó un poco y le sonrió, había durado menos de dos minutos ese beso pero había sido suficiente para endurecer un poco al pequeño. No dejaba de sorprenderse con la sensibilidad al tacto que tenía Jimin y para ser sinceros, le fascinaba.
-Muy bien, llegamos.-pronunció el moreno, tomando su bolso del suelo.
Jimin lo imitó, tomó sus cosas y ambos salieron del ascensor. Caminaron en silencio hasta el departamento del mayor, quien colocó las llaves y abrió la puerta. Se adentraron al lugar y dejaron las cosas en un sillón. Hoseok fue a la cocina a preparar la cena y de paso sirvió un vaso de jugo de naranja para cada uno. Jimin por su parte se quedó jugando con Mickey, quien no paraba de dar saltitos y besitos al recién llegado. El mayor le alcanzó la bebida fría y ambos tomaron, morían de sed luego de esa pequeña pero intensa sesión de besos. Volvió a la cocina y siguió con los preparativos de la tarta de verduras que iban a cenar. Ya tenía el relleno preparado así que solo tuvo que poner la masa en el molde para tarta y agregar el relleno. Colocó la otra tapa por encima y cerró los bordes. Metió la tarta en el horno a temperatura mínima, para evitar que se queme. Lavó las cosas que había ensuciado y volvió al living, en media hora la cena estaría lista . El mayor se sentó en el sillón abierto de piernas, apoyando su espalda en el respaldo. Sacó el celular del bolsillo un momento para chequear unos mensajes de su hermana, mientras Jimin seguía jugando con su mascota. El menor al notar la posición en la que estaba sentado el mayor, mordió su labio inferior y sigilosamente se levantó del suelo donde estaba jugando y se acercó al moreno. Se sentó encima de sus rodillas, tomándolo de sorpresa. El mayor dejó su celular a un costado y lo tomó de la cintura, acercándolo mas a su cuerpo. Jimin se acurrucó contra él, dejando su cuello a la altura de los labios de Hoseok.
-¿Te aburriste de jugar con Mickey?- preguntó el mayor mientras le daba pequeños besos en el cuello.
-Si...-respondió entre leves jadeos.
-¿Y que te gustaría hacer?
-Me gustaría que juguemos al algo...mejor dicho, que juegues conmigo.
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Just Dance [HOPEMIN]
FanfictionJung Hoseok es un ex bailarín retirado que da clases en una de las academias mas prestigiosas de Seoul. Park Jimin es uno de sus alumnos mas talentosos y con una mirada demasiado dulce...hasta que su profesor decida terminar con toda su inocencia.