CAP 16

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Al subir al auto del mayor, Jimin miraba todo a su alrededor, prestaba atención a cada minimo detalle de aquel auto negro. Estaba perfectamente limpio, la fragancia floral invadía sus sentidos. El menor se preguntaba si la casa de Hobi sería igual de limpia y ordenada, de que color serían las cortinas, si las sábanas serían de seda. ¿Viviría en un departamento o un casa con jardín? Seguramente en un lujoso departamento en el centro, a tono con su auto. ¿Tendría mascotas? De solo pensarlo, al joven se le llenaban el corazón de ternura. Se lo imaginaba con algún perrito o gatito, jugando acostados en la cama, riendo sin parar. Era una postal soñada de la cual quería ser parte. Quizás su imaginación, y principalmente sus sentimientos, iban demasiado lejos. Pero no podía evitarlo, lo que sentía por Hoseok era cada vez mas fuerte e incontrolable. Por un lado moría por sus abrazos, por dormir acurrucado junto a él, por compartir risas y sueños. Y por el otro, su instinto animal deseaba ser suyo, entregarse por completo, gritar su nombre al llegar a un orgasmo. De solo pensarlo se sonrojaba.
Ambos se abrocharon los cinturones y Hobi puso en marcha el auto. Jimin le explicó donde vivía y el mayor emprendió el camino mas corto para llegar al destino. El rubio no paraba de observarlo, Hoseok se veía tan atractivo conduciendo. Estaba concentrado en la ruta, su mirada fría y sería puesta al frente causaban una sensación extraña en Jimin. El menor se preguntaba que pasaría si jugaba con fuego un rato, si tan solo lo distraía lo suficiente como para que lo mire un instante sin que pierda el control del vehículo. No, era una pésima idea, el moreno se enojaría con él si lo intentaba distraer. Además, ¿Desde cuando le gustaba jugar tan al límite? Estaba sorprendido de si mismo, de como su imaginación podía llegar tan lejos, de como deseaba sentarse encima del mayor en ese momento. No habían pasado ni veinte minutos del último beso y quería volverlo a besar, a sentir las manos del mayor en su piel. Tenía tantas fantasías guardadas en una cajita de madera oculta en el fondo de su mente que no aguantaba mas, necesitaba cumplirlas una por una.

-¿En que pensas?-preguntó Hoseok, rompiendo el silencio.

Jimin se ruborizó por completo y lanzó una pequeña risita, negando con la cabeza.

-Pensaba en lo bonito que te ves manejando...-respondió con timidez.

-¿Ah si? ¿Te gusta verme manejar?- preguntó con curiosidad el moreno.

-Si...te ves muy atractivo Hyung.-respondió el menor mordiéndose el labio inferior.

-Gracias...y decime, ¿Solo en eso pensabas?

-Pensaba en muchas cosas para ser sincero...

El mayor lo miró divertido, el rubio nunca dejaba de sorprenderlo. Y eso le encantaba.

-Pero decime aunque sea una.-pronunció entre risas.

-Si vas a reírte no te digo nada.-protestó Jimin, haciendo puchero.

-Okey, okey, no me río, lo prometo. Ahora decime en que pensás.

Hoseok se puso serio y siguió mirando la ruta, esperando la respuesta de Jimin. El menor suspiró un instante y lo miró, no podía creer lo atractivo que era. Mordió su labio inferior y acarició la pierna del mayor, arriesgándose por completo.

-Pensaba en lo mucho que me gustaría estar arriba tuyo en este momento.-respondió con un tono seductor.

El mayor lo miró sorprendido y le respondió con una sonrisa maliciosa, cargada de lujuría y perversión. Entendió perfectamente lo que el menor deseaba y para su alegría, él también moría por tenerlo encima suyo. Dobló a su izquierda de forma brusca y aceleró, subiendo la adrenalina en sus venas y alterando las palpitaciones de su acompañante.

Condujo algunas cuadras hasta encontrarse con una solitaria calle cortada y estacionó allí. Hoseok desabrochó el cinturón de Jimin y luego el suyo con rapidez, tomando de sorpresa al menor. Corrió el asiento hacía atrás y le hizo señas para que se acomode encima de él. El rubio obedeció y torpemente se sentó encima de él. La adrenalina corría por sus venas, estaba jugando con fuego. Debía estar llegando a su casa y sin embargo estaba ahí, sentado encima de su profesor, quien comenzó a besarle el cuello mientras colocaba sus manos en la cintura del mas pequeño y lo apretaba contra él. El mayor lo besó en los labios con intensidad y locura, sus lenguas chocaban en la desesperación de encontrarse. Ambos estaban totalmente necesitados del otro, ya no había vuelta atras.

Just Dance [HOPEMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora