La clase de aquel jueves había sido un tanto extraña, o al menos eso había percibido el joven Jimin. Notaba una tensión peculiar en el aire, una cierta incomodidad que provenía de su profesor favorito. El mayor estuvo tranquilo, no fue tan exigente como en otras ocasiones y hasta dejó escapar alguna leve sonrisa. Sin embargo, el menor lo notaba raro, como si pudiera ver mas allá de esa paz que proyectaba, había algo que no estaba bien y tenía el presentimiento de estar involucrado en ese malestar. Al terminar la clase, los alumnos saludaron a Hoseok y se fueron al vestuario a darse una ducha y cambiarse. Yugyeom y Jimin esperaron a que todos se fueran para poder charlar un poco, el rubio quería preguntarle a su amigo si había notado raro al mayor o simplemente estaba enloqueciendo. Se sentaron en un banco y quedaron en silencio un instante, hasta que el mas alto rompió el silencio.
-Bueno, fue una clase...liviana, ¿No?
-Yugy...¿No crees que fue extraño?- cuestionó Jimin.
-Si, lo fue. Es la primera vez que no se enoja tanto.- respondió Yugyeom.
-Sabes que no me refiero a eso...
-No te entiendo Chim, ¿Que fue extraño para vos?- preguntó el morocho, confundido.
-Debo estar enloqueciendo pero...no me miró en ningún momento. En general solíamos cruzar miradas en los ensayos.- respondió.
-Bueno...quizás hoy estabas haciendo bien las cosas por eso no te prestó atención.-comentó Yugy entre risas.
-Siento que está enojado conmigo, que algo le pasa. No lo se, pero me pone nervioso pensar que pude haber hecho algo que lo hiciera enojar. Es decir, la última vez que lo vi fue el día del beso y luego falté. ¿Pensará que lo estoy evitando?- argumentó Jimin.
-¿Por qué pensaría eso? Le dijiste por whatsapp que habías tenido un día complicado, dudo que sea tan forro de no entenderlo...
-Si pero...-Jimin intentó interrumpirlo, pero su amigo no lo dejó.
-...No me interrumpas enano. En el mensaje te puso que te extrañaba, a menos que su humor cambie como la dirección del viento en otoño, en tres días no se pudo haber enojado de la nada. Es decir, ni siquiera volvieron hablar. Sería demente pensar que se enojó, solo porque no te miró. Estas muy sensible Chim, ¿Que ocurre?- contestó Yugy, mirando fijo a su amigo.
Sabía que Jimin podía ser muy inseguro, pero...¿Por que dudaba tanto? Se habían besado, era una buena señal de que algo pasaba, algo que el mayor correspondía con ganas. Hoseok le había mandado un mensaje preocupado por su ausencia a la clase, hasta le había dicho que lo había extrañado. Yugyeom solía ser muy despistado, pero lo tenía claro: a su amigo le pasaban cosas con el temido Hoseok y era reciproco. ¿Por que Jimin no podía verlo con claridad? ¿Por qué estaba tan negado? Quizás era el hecho de que probablemente Chim estaba sintiendo cosas en su corazón, y Hobi tal vez solo quiera divertirse. Pero jamás lo sabría si no se arriesgaba, a veces la cobardía de su amigo le molestaba, pero lo entendía, sabía lo inseguro que Jimin era consigo mismo. Y que se hayan besado era una gran logro, o al menos así lo veía Yugyeom. Solo deseaba que su amigo perdiera el miedo a vivir, por una vez en su vida.
-No ocurre nada Yugy, solo siento que lo que pasó fue el otro día fue algo momentáneo. Dudo que vuelva a pasar. Y lo entiendo, dudo mucho que Hobi quiera algo conmigo. Es decir... hoy ni siquiera me saludó.-respondió agachando la cabeza, su voz tenía un tono de tristeza que a Yugyeom no conmovió. No tenía que sentir lastima, tenía que hacerlo entrar en razón.
-Amigo, no saludó a nadie. Llegó justo para la clase, se notaba que llegó apurado. Calculo que por eso fue mas relajado en la clase, porque siempre nos reta si llegamos impuntuales, pero hoy le pasó a él. Si rompía las pelotas, alguno se lo iba a decir.- contestó el morocho, firme.
-No lo sé, aún siento que algo le pasa...-respondió el rubio, casi con un susurro.
-Jimin...creo que estas muy perseguido- respondió Yugyeom.
-Opino igual.
Ambos jóvenes quedaron helados al oír la voz de Hoseok detrás de ellos. Se miraron nerviosos sin saber que hacer, realmente no se esperaban que el mayor estuviera ahí. ¿Hace cuanto los estaba escuchando? El terror invadió el cuerpo de Jimin, sus neuronas entraron en cortocircuito. Quería huir, escaparse lo más lejos posible, esconderse bajo tierra, se sentía tan avergonzado. Por su parte, Yugyeom no tenía idea de lo que debía hacer. Estaba nervioso, pero no tanto como su amigo. "¿Debería irme y dejarlos solos?" pensó, y Hoseok, como si le hubiera leído la mente, rompió el silencio.
-Yugyeom, ¿Podrías dejarnos solos? No te preocupes por Jimin, yo lo llevo a su casa. Anda que se hace tarde.
-Está bien...-el morocho tomó sus cosas y antes de irse miró a su amigo- háblanos cualquier cosa, ¿Si?
Jimin asintió y sonrió. El morocho saludó con la mano y se retiró, dejándolos solos. Hoseok cerró la puerta y se acercó al menor. Se sentó junto a él, lo más cerca posible, rozando sus piernas. El rubio miraba el piso, muerto de nervios, sin saber que decir. Hobi acarició su pierna, en un intento de amortiguar los nervios de aquel niño, pero lo único que logró fue inquietarlo mas. El mayor tomó el rostro del rubio y lo levantó, obligandolo a que lo mire. Las mejillas del menor tenía su clásico color rosado, sus ojitos brillaban, se mordía el labio con nerviosismo. Hoseok lo observó unos instantes en silencio, le parecía un ser maravilloso, sin rastros de maldad alguna. Y eso le resultaba extraño, no lograba terminar de descifrarlo, su belleza angelical lo encandilaba. La necesidad de descubrir que había en su mente era cada vez más fuerte, necesitaba llevarlo al limite del bien y el mal, ver de que era capaz. Acercó su rostro al del joven, rozando sus narices. El menor sonrió con timidez, le temblaban las piernas, moría por volver a besarlo. Hoseok lo miraba fijo, podía sentir la respiración del rubio entremezclarse con la suya, ya no aguantaba mas, necesitaba revivir esos besos con gusto a cereza. Jimin cerró sus ojos al sentir los labios del mayor contra los suyos. Se fundieron en un suave beso, que los trajo de nuevo a la vida. Se deseaban con locura, pero en ese momento, aquella dulzura con la que se besaban era suficiente. Ambos necesitaban un poco de paz, y solo la encontraban en los labios del otro. El beso duro unos minutos, hasta que les faltó el aire y tuvieron que detenerse. Ambos se miraron con una sonrisa, sin entender muy bien como seguir. Jimin se levantó, y en un acto total de impulso se sentó encima del mayor y lo abrazó. El moreno se sorprendió ante la reacción del rubio, pero no le molestó en lo más mínimo. Le correspondió el abrazo con dulzura, acariciando su espalda. Lo llenó de besos pequeños y dulces como Jimin. El menor sonrió y lo besó en los labios, pero fue diferente al anterior beso. Fue mas intenso, sus lenguas se volvieron a encontrar, danzando entre ellas. Se besaban como la primera vez, con esa intensidad corriendo por sus venas, con el fuego que quemaba su piel. El pequeño bajó los besos por el cuello del profesor, logrando que este jadeara levemente. Hobi no dejaba de asombrarse con ese chico, era una locura que por momentos quisiera protegerlo de todo mal y en un abrir y cerrar de ojos, quisiera tenerlo en su cama. La dualidad del pequeño Jimin era muy sutil, pero cuando aparecía, lo volvía loco. Deseaba mas que nunca hacerlo suyo.
-Jimin...-pronunció Hoseok entre jadeos.
-¿No te gusta Hyung?-preguntó con un tono dulce.
-Si...es que...deberíamos irnos...van a cerrar en cualquier momento.-respondió.
-Tenes razón Hyung...¿Me podrías llevar a mi casa? Mamá se va a preocupar si no llego antes de la cena.-pronunció Jimin, levantándose y tomando sus cosas.
-Si, yo te llevo.
Hoseok se levantó y acomodó su ropa, intentando disimular su erección, lo cual fue en vano. Tomó sus cosas y ambos salieron de la academia. Caminaron hasta el auto en silencio, no tenían nada que decir. Las acciones dicen mucho mas que las palabras, y ese día Jimin dejó en claro que también quiere jugar, arriesgarse, romper sus limites. Con su accionar pudo decirle al mayor lo arruinado que estaba por él.
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Just Dance [HOPEMIN]
FanficJung Hoseok es un ex bailarín retirado que da clases en una de las academias mas prestigiosas de Seoul. Park Jimin es uno de sus alumnos mas talentosos y con una mirada demasiado dulce...hasta que su profesor decida terminar con toda su inocencia.