El sol se escondía en la gran ciudad de Seoul, las calles comenzaban a encender sus luces y algunos negocios comenzaban a cerrar. La gente emprendía su camino para volver a casa, el calor no daba respiro aun y eso ponía fastidioso a todos, principalmente a Hoseok, quien había estacionado muy lejos su auto y tenía que caminar por una calle en subida, lo cual lograba en él una sudoración extra que no necesitaba. Había tenido un día intenso y lleno de inconvenientes, no veía la hora de llegar a su casa, darse una ducha y tirarse en la cama a ver una película. Vivía en un departamento carisimo en el centro de la ciudad, el cual pudo comprar gracias a sus exitosos años como bailarín. Una vida que parecía tan lejana, aunque hacía menos de un año que había tenido que retirarse. Un retiro forzoso, dado que había sufrido una caída durante una competencia, algo que jamás le había pasado y que le dejó una importante lesión en la rodilla. Fue examinado por los mejores médicos de Corea y todos le recomendaron lo mismo: que no volviese a bailar de forma profesional. En ese momento, Hobi vio su vida desmoronarse por completo, su pasión, su modo de vida, había terminado. Su único cable a tierra había hecho cortocircuito, y esto desencadenó en un problema peor: la ruina de su noviazgo con un hombre 10 años mayor. Un noviazgo del cual no hablaba mucho, era de público conocimiento que el joven estaba en pareja pero evitaba contar detalles acerca de su enigmático en las entrevistas. No solo por ser reservado y cuidar su imagen pública, el principal problema era que salía con el bailarín mas importante de Asia: Lee Taemin. Era un personaje amado por el ojo público, lleno de carisma y talentoso, siempre respondía con soltura y educación cualquier pregunta de los periodistas. Pero jamas confirmó su relación con el menor, negaba constantemente estar saliendo con alguien. El menor respetaba eso, pero puertas adentro, el mundo de Hoseok era muy diferente. Desde los 18 años salía con ese hombre, a quien había conocido durante una competencia. Habían intercambiado números y en menos de una semana Hobi se encontraba perdiendo su virginidad en el departamento del mayor. Su relación empezó así, impulsiva, pasional, devorándose entre ellos. Pero pasaron los meses y esa intensidad se convirtió en amor, en sentimientos puros y hermosos. Y fue así como seis meses después el mayor le pidió ser su novio. A escondidas claro. Los primeros tres años fueron increíbles, Taemin acompañaba a Hobi a todas las competencias y certámenes que hubiese, convirtiéndose en su consejero, casi un representante. Por su parte, Hobi apoyaba a su pareja en su nueva academia de danza, la cual, curiosamente, es donde actualmente trabajaba. Taemin al cumplir 30 había decidido retirarse y abrir un instituto donde los jóvenes puedan aprender diferentes ritmos. Había contratado a los mejores bailarines de cada rubro para que den clases y fomenten el amor por la danza en cada uno de sus alumnos. Hoseok admiraba muchísimo a su novio, no conocía hombre mas bueno que él. Pero esa imagen perfecta del mayor fue cayendo poco a poco. La pareja comenzó a desgastarse, peleaban cada vez con mas frecuencia. El estrés que traía Taemin con la academia hizo de él un manojo de nervios, se irritaba con facilidad y la persona que tenía que sobrellevar esos cambios de humor era Hobi. El mayor lo maltrataba, lo hacía sentir que no servía, que debía esforzarse mucho mas. Peleaban con agresividad, al punto de hacer que Hobi quebrara en llanto y el mayor lo abrazara, prometiendo que no volvería a gritarle. Pero esa promesa estaba hecha de humo, se desvanecía con el viento mas suave. El sexo se había vuelto violento, duro, donde Hoseok no podía opinar. Estaba ahí para satisfacer a su pareja, ser su objeto de placer, su juguete. Sentía que no podía quejarse, sentía que era lo mínimo que podía hacer para recompensar a su novio por todo lo que hacía por él y su carrera. El menor no podía pelear, no podía estresarse, no podía permitirse caer. Tenía que ser fuerte, su una carrera estaba en ascenso, debía mostrarse feliz ante el mundo. El apodo "J Hope" fue otorgado por eso, por su carisma, por su alegría contagiosa, por su ojos llenos de pasión, por su mensaje positivo. Pero cada vez era más difícil sostener esa mentira, su vida personal lo estaba ahogando. Y fue ese el momento donde colapsó, donde en una de las competencias mas importantes de su vida se cayó, obteniendo así una grave lesión que dio por finalizada su carrera. Buscó consuelo en su novio, pero su mundo terminó de romperse cuando el mayor no lo calmó, por el contrario, le recriminó sus fallas, lo culpó de no haber ensayado lo suficiente. Tuvieron una larga y cruel discusión, donde el menor empacó sus cosas y se fue de ahí, del lugar que durante cinco años había llamado hogar. Se alojó en un departamento que había comprado hacia poco tiempo y no salió de ahí por tres semanas. Consumió drogas, lloró, comió puras porquerías, bebió cualquier cantidad de coca cola. Hizo todo lo que jamás había hecho: vivir, sentir. En esas semanas Taemin lo había intentado localizar, pero Hoseok no quería hablar aun. Esperó un mes y atendió su llamada. Hablaron con calma y el mayor se sinceró: ya no quería volver con él pero tampoco quería que se aleje. Le ofreció dar clases en su academia: "para que no te alejes por completo de tu pasión" le había dicho el mayor. El menor dudó un poco y le dijo que lo pensaría. Un mes más tarde, Jung Hoseok se unió al grupo docente de la academia. Pero ya no era el mismo chico dulce y divertido. Había adquirido un carácter frío, sumamente disciplinado, y con poco tacto al hablar. Pero era la única forma que encontró para mostrarse fuerte, para que no lo vuelvan a joder. No volvió a salir con nadie, solo tenía sexo ocasional con cuanto hombre quisiera. Se había vuelto dominante en la cama, hacía lo que quería con los demás, enloqueciendolos. Se había convertido en un nuevo Hoseok y ya no había vuelta atrás.
Subió a su auto y encendió la radio. Puso en marcha el vehículo para volver a su hogar. Durante el viaje se acordó de Jimin, de sus mejillas rosadas, de sus labios carnosos. De lo mucho que lo preocupó verlo mal, se preguntó si vivía solo o con sus padres, lo veía muy solo. Recordó lo nervioso que se puso cuando estaban tan cerca uno del otro y sonrió. Había algo fascinante en ese niño, algo misterioso en su mirada que intrigaba a Hoseok. Quería saber mas sobre él, moría de ganas de llevarlo a su cama. Pero debía ser prolijo, nadie tenía que saberlo.
Al llegar a su hogar, dejó las cosas sobre el sillón negro del living y se dirigió al baño. Se dio una larga ducha, necesaria y revitalizante. Se puso el bóxer, se secó el pelo y se acostó, tenía mucho sueño. Pero antes de dormir, decidió mandarle un mensaje a Jimin. Al ver las respuestas del menor, sonrió a la pantalla, dejó el celular en la mesita junto a su cama y se durmió. Estaba arruinado.
ESTÁS LEYENDO
Just Dance [HOPEMIN]
FanfictionJung Hoseok es un ex bailarín retirado que da clases en una de las academias mas prestigiosas de Seoul. Park Jimin es uno de sus alumnos mas talentosos y con una mirada demasiado dulce...hasta que su profesor decida terminar con toda su inocencia.