Unos días después, en la academia, el verano se hacía presente con más intensidad, el aire acondicionado del salón no era suficiente, cada minuto que pasaba se volvía mas y mas tortuoso. La clase se hacia cada vez más larga, o al menos eso sentía Jimin. Se sentía cansado, sin energía, sus piernas no estaban respondiendo correctamente. El calor era cada vez mas agobiante, los ventiladores no daban abasto. Los jóvenes estaban quejosos, cada indicación de Hoseok era respondida con suspiros de cansancio. Estaba exigiendo demasiado, pero los muchachos no se iban a dejar caer... Salvo uno.
-JIMIIIIIIIIN- la voz de Moonbin, uno de los chicos, resonó en el estudio, parando en seco la clase.
-SE DESMAYÓ- gritó Jeno.
-No se le tiren encima tarados, lo van a ahogar- protestó Yugyeom.
-Profeee rosadito se cayó-gritó Jisung, haciendo señas hacía donde se encontraba el profesor, quien se había distraído contestando un mensaje en su celular.
-¿QUE OCURRE?- preguntó Hoseok alarmado, mientras se acercaba a donde estaban los muchachos dispuestos en ronda. Se abrieron un poco, dejando un espacio para su profesor.
Y Hoseok pudo ver lo que ocurría.
Jimin se había tropezado y caído, pero se lo notaba pálido, como si estuviera mareado. Tenía la mirada perdida, no comprendía que pasaba, solo quería pararse y seguir bailando. Sus compañeros se lo impedían, diciéndole que se quede quieto. Hoseok se arrodilló junto a Jimin, y acarició su frente, buscando indicios de fiebre. Jimin lo observa un poco atontado, pero con la conciencia justa para poder apreciar el rostro de su profesor. Estaba maravillado de lo que veía, jamás lo había tenido tan cerca, y poder apreciar su perfecta piel y sus ojos castaños tan misteriosos, era un sueño para el menor. Prestaba atención a todos los detalles de su rostro, pero no pudo evitar fijar su mirada en los labios del mayor. Se preguntaba como se sentirían, parecían suaves, quizás tenían gusto a algún dulce. Jimin en sus más profundas fantasías moría por probarlos, sentirlos contra los suyos, que recorran su piel. Pero jamás lo admitiría, a nadie, ni siquiera a su mejor amigo. Le daba vergüenza tener esos pensamientos, en 18 años jamás se había sentido realmente atraído a alguien y no sabía como manejar esa situación. Era demasiado tímido, demasiado inocente, demasiado tonto como para que alguien como Jung Hoseok lo mirase de esa forma. Jimin tenía un don para autoboicotearse, se había convencido a si mismo de que él no merecía que lo amen, estaba demasiado roto y asustado, y a la gente no le gusta jugar a pegar piezas rotas sin instrucciones.
-¿Querés sentarte mejor? -la voz de Hobi interrumpe los pensamientos del menor. Su voz suena calma, y eso tranquiliza a Jimin.
-Si, creo que seria lo mejor...me duele mucho el pie...-pronunció Jimin en voz baja, realmente tomó conciencia de lo que había pasado, y lo mucho que le dolía el pie. Hoseok ayudó al menor a sentarse, y acarició su pierna, en señal de que todo iba a estar bien. Esto provocó un leve escalofrío en el menor, junto a una tímida e inocente sonrisa.
-Chicos, terminó la clase por hoy, cuídense del calor por favor.- pronunció el mayor, dirigiéndose a los muchachos que aun rodeaban al rosado.
Los jóvenes asintieron y se despidieron de ambos, dejando la sala vacía. Hoseok observó a Jimin, quien se encontraba mirando el piso, haciendo puchero. Eso provocó ternura en el mayor, jamás había visto un chico tan hermoso y adorable. Apoyó su mano en la rodilla del joven y preguntó:
-¿Cual pie te duele? Así te lo vendo, no pretenderás volver a tu casa así, ¿Verdad?
-El izquierdo...no te preocupes, me doblo el tobillo siempre, se vendarmelo.- contestó el menor un tanto nervioso. Odiaba que lo toquen.
-Apenas distinguís cual es el derecho y cual el izquierdo, déjame a mi, no tengo drama, de verdad. ¿Tenes vendas?-respondió el mayor y si que tenía razón, Jimin aun estaba algo atontado.
-Si...están en ese bolso, en el bolsillo...-pronunció señalando un bolso negro que estaba tirado contra una pared.
"Para que insistir en que puedo solo, si él no me va a dejar" pensó el menor.
El mayor dio media vuelta y se acercó al bolso, poniéndose en cuclillas mientras lo revuelve. Eso permite a Jimin observar mejor el panorama de su hermosa espalda, moría por abrazarlo, por tocarlo. Llevaba puesto una remera blanca y un pantalón cargo negro, que combinan perfecto con zapatillas Nike blancas. Su piel algo bronceada quedaba a tono con su cabello y ojos castaños. Hoseok era una obra de arte.
-Aquí encontré la venda, veamos...-se acercó al menor nuevamente, tomó su tobillo y lo acarició. Mierda, si que le dolía. El joven hizo una mueca de dolor y Hobi posó su mirada en él. "Respira hondo" pronunció. Jimin tomó aire y su profesor comenzó a vendar su pie lo más ajustado posible. Le dolía muchísimo, Hoseok lo estaba haciendo rápido para que no le duela más aun. Al terminar de vendar mira al rosado y le dice "Respira" con una voz suave. Le hizo caso y empezó a sentir como su cuerpo se aflojaba mas y mas. Sin pensarlo, Jimin apoyó su cabeza en el hombro del mayor. Cerró sus ojos e intentó soportar el dolor del pie, sentía que todo se movía, estaba muy mareado. Hobi puso su mano en la espalda del menor, dando suaves caricias para tranquilizarlo. El joven sentía una mezcla entre dolor y falta de fuerza en el cuerpo, ya no podía controlar sus movimientos.
-Creo que me voy a desmayar...siento flojas las piernas...-susurró el menor.
-Tranquilo, respira...¿comiste algo antes de la clase?-preguntó el docente.
La pregunta del millón. Claro que no había comido, su absurda dieta inventada por el mismo no se lo permitía, comía lo mínimo indispensable, que claramente no era suficiente. Jimin intentó decirle algo pero los ojos se le cerraron. Le vendría bien dormir un poco, impregnado del perfume del mayor. Jamas le había gustado la vainilla tanto como ahora.
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Just Dance [HOPEMIN]
FanfikceJung Hoseok es un ex bailarín retirado que da clases en una de las academias mas prestigiosas de Seoul. Park Jimin es uno de sus alumnos mas talentosos y con una mirada demasiado dulce...hasta que su profesor decida terminar con toda su inocencia.